El aumento de los precios en alimentos y energía, producto de la invasión de Rusia a Ucrania, causará descontento y generará tensión social en América Latina y el Caribe, alertó la chilena Michelle Bachelet, la Alta Comisionada de la Organización de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
«La guerra en Ucrania ha provocado y va a continuar provocando una crisis tridimensional en los alimentos, la energía y las finanzas y esto va a tener un impacto serio en Latinoamérica y el Caribe», subrayó Bachelet, durante una exposición virtual en inglés, en un foro económico de Bloomberg celebrado en Ciudad de Panamá.
«Vamos a ver una gran inquietud y tensión política porque la inflación por la guerra provoca polarización en una región que ya ha sido impactada por el coronavirus», agregó la ex presidente de Chile.
La inflación en las principales economías de América Latina y el Caribe es la más alta en los últimos 15 años, después de sufrir primero la pandemia de covid-19 y ahora el conflicto bélico entre Ucrania y Rusia, según un reporte de abril del Fondo Monetario Internacional (FMI).
La subida de precios se aceleró en Brasil, Chile, Colombia, México, Perú y Argentina en 2021, debido inicialmente al aumento de los precios de los alimentos y la energía, la política monetaria y el ajuste de los salarios, pero se agravó con la guerra, aseguraron expertos.
«Los más vulnerables los más afectados»
Bachelet indicó que la crisis afectará principalmente «a las poblaciones más vulnerables», por lo que hizo un llamado a los gobiernos latinoamericanos para proteger «a los excluidos y escuchar las demandas de los sectores más pobres de la sociedad».
«El precio alto de los alimentos normalmente crea tensión social de manera tal que hay que pensar y prepararse para esto», alertó.
Y agregó: «Los gobiernos deben fortalecer los programas de protección social y ayuda financiera, invertir en el desarrollo sostenible y aumentar las ofertas de trabajo, porque lo que veo es una angustia en América Latina y el Caribe», concluyó Bachelet.
Controvertido viaje a China
Bachelet visitará China del 23 al 28 de mayo, confirmó hoy en un comunicado la oficina que ella dirige, en la que será la primera visita de un responsable de este cargo desde 2005.
La visita incluirá la ciudad de Cantón (sur) y las de Urumqi y Kashgar, ambas en la región noroccidental de Xinjiang, donde en los últimos años se denunciaron graves violaciones de derechos humanos contra el pueblo uigur y otras minorías musulmanas de la zona.
Bachelet se reunirá en China con altos cargos a nivel nacional y local, impartirá una conferencia en la Universidad de Cantón y dará una rueda de prensa en el último día de la visita, destacó el comunicado, según consignó la agencia de noticias EFE.
Un grupo de avanzada de la oficina de Naciones Unidas que dirige Bachelet llegó a China el 25 de abril con el fin de preparar la visita de la alta comisionada, aunque durante parte de este viaje preparatorio, que también incluyó desplazamientos a Xinjiang, el equipo tuvo que hacer cuarentena debido a la pandemia de coronavirus.
La esperada visita fue anunciada en marzo por la propia Bachelet, meses después de que también notificara que su oficina estaba finalizando un informe sobre posibles violaciones de derechos humanos de China en Xinjiang, que todavía no fue publicado por razones que hasta ahora no trascendieron.
La ONG Human Rights Watch (HRW) expresó hoy su temor a que el Gobierno chino utilice la inminente visita de la alta comisionada como una «treta publicitaria» y advirtió que la credibilidad de la ex presidenta chilena «está en juego».