El huracán Olaf, con vientos máximos sostenidos de cerca de 155 km/h, azotó los complejos turísticos de Los Cabos, en Baja California Sur, pero no registró víctimas fatales, aunque sí daños materiales, según confirmó el Gobernador del estado mexicano Carlos Mendoza Davis.
Mendoza Davis informó que hubo interrupciones en el servicio de energía eléctrica y que se presentaron daños en las carreteras en el tramo La Paz-Cabo San Lucas.
También advirtió que se cerraron los puertos de Cabo San Lucas, San José Del Cabo, Los Barriles, La Paz, López Mateos, San Carlos y Loreto como el Aeropuerto internacional La Paz.
Finalmente, el Consejo Estatal de Protección Civil suspendió en Los Cabos y La Paz todas las actividades del sector público, entre ellas escuelas en la zona y la vacunación contra el Covid-19, hasta nueva orden.
Las autoridades trabajaban para desalojar a los residentes (unos 700) de zonas bajas e instalarlos en albergues, mientras unos 20.000 turistas extranjeros se resguardaban en sus hoteles.
Olaf, que llegó a categoría 2 en la escala de Saffir-Simpson (de 5), según informó el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC, por sus siglas en inglés), trajo a la memoria al huracán Nora que a finales de agosto tocó tierra en el estado de Jalisco, en el Pacífico mexicano, y dejó un menor español fallecido y una mujer desaparecida.
También en agosto, el huracán Grace impactó en Veracruz, en el este de México como categoría 3 y provocó la muerte de al menos 11 personas en ese estado y en el central estado de Puebla.
Por suerte esta vez, en Baja California, solo hubo daños materiales, ya que el huracán no tuvo la misma intensidad que los anteriores.