El fiscal Richard Rojas incluyó a la vicepresidente de Perú, Dina Boluarte, en la investigación que se desarrolla sobre el presunto blanqueo de capitales de la formación Perú Libre durante las campañas electorales de 2020 y 2021, que llevaron a Pedro Castillo a ocupar la presidencia del país.
El fiscal decidió incorporar a Boluarte y al viceministro de Gobernanza Territorial de la Presidencia del Consejo de Ministros, Braulio Grajeda, -más otras diez personas- con base en las evidencias y declaraciones de algunos colaboradores que la involucran en el caso.
Conocida la decisión del fiscal, la vicepresidente aseguró que no tiene nada que ver con la investigación.
«Estoy segura de que cuando concluya esta investigación se demostrará que nada tengo que ver con lavado de activos», escribió Boluarte en Twitter.
«Confío en que esta indagación no sea utilizada por intereses políticos que impulsan la vacancia (destitución) del Gobierno», agregó.
Según la causa que lleva adelante Rojas, Boluarte y Grajeda abrieron una cuenta en el Banco de Crédito de Perú en la que se recaudaron aportes ilícitos de cien soles peruanos al mes -en torno a 22 euros mensuales- por parte de trabajadores del Gobierno Regional de Junín.
Otros funcionarios con cargos más altos llegaban a enviar cantidades superiores a los 10.000 soles -casi 2.200 euros-. Este dinero estaba destinado a pagar la reparación civil del fundador de Perú Libre, Vladimir Cerrón, por su condena penal.
«La orden (de enviar dinero a la cuenta) es de la cúpula de Perú Libre a nivel nacional, liderada por Vladimir Cerrón, a través de los diferentes grupos de WhatsApp del partido», reveló uno de los colaboradores en el expediente.
Al igual que lo hizo la vicepresidente, Cerrón también utilizó su usuario de Twitter para rechazar la acusación y mostrarse solidario con Boluarte «por haber sido incluida injustamente en la investigación», la cual tiene «la clara intención de continuar la persecución a Perú Libre», enfatizó.
Cerrón, con una pena de cuatro años de prisión suspendida, quedó fuera de las elecciones presidenciales, y en su lugar se postuló el maestro y líder sindical del magisterio peruano Pedro Castillo, que acabó convirtiéndose en el presidente de Perú al ganar los comicios.