Como los bombardeos de objetivos subterráneos que hacen temblar las profundidades y superficie de la Franja de Gaza, la primera gran incursión de Israel tuvo como principal objetivo preparar el terreno para lanzar la ofensiva terrestre en lo que será una nueva fase de la guerra desatada tras el ataque del grupo islamista Hamas el pasado 7 de octubre.
Liderada por la Brigada Givati y con participación por primera vez de tanques, los soldados penetraron en el norte de Gaza donde estuvieron varias horas antes de volver a territorio israelí. «Nuestras fuerzas mataron numerosos terroristas y destruyeron infraestructuras terroristas y posiciones de misiles anti tanque», indicó el portavoz del Ejército, Daniel Hagari, que volvió a pedir a los habitantes del norte de la franja palestina dirigirse al sur. Según él, los efectivos de Hamas lo intentan evitar por la fuerza.
La operación «selectiva» de esta madrugada es un paso más del Tsáhal en sus preparativos de lo que llama «nuevas fases de la guerra». No se trató pues de la mil veces anunciada incursión terrestre a gran escala pero tampoco de las entradas puntuales realizadas hasta la fecha destinadas solo para obtener información sobre desaparecidos y secuestros en el ataque del grupo integrista que causó 1400 muertos en el sur de Israel.
«Esta importante pero limitada operación es otro recurso utilizado para mejorar las condiciones (de los soldados) en las próximas etapas de la campaña», señalan fuentes militares sobre una invasión que prevé encontrarse con numerosos explosivos y emboscadas preparados por el brazo armado de Hamas.
De momento, la ofensiva por tierra se retrasa debido a la petición de EE.UU y al intento de que no se cierre la ventana para la puesta de libertad de parte de los 224 secuestrados en manos de Hamas y Yihad Islámica.
La presión interna en Israel es cada vez mayor para que el gabinete de Benjamín Netanyahu priorice la liberación de los rehenes, especialmente de los 30 niños. Como por ejemplo, Kfir Bibes, un bebé de nueve meses secuestrado en el kibutz Nir Oz donde el 25% de sus habitantes murió en el ataque yihadista. O Avigail Idan, una niña de tres años que logró esconderse en casa de sus vecinos en el kibutz Kfar Aza después que sus padres fueran asesinados por los terroristas.O Erez Kalderon que hoy cumple 12 años seguramentre en un túnel gazatí en su cumpleañós más triste.
De ahí que Netanyahu enfatizara anoche de forma pública que es el gran objetivo de la ofensiva militar junto al ya conocido de la «destrucción de las capacidades militares y de Gobierno de Hamas en Gaza».
Dos semanas después de ingresar en el gabinete de emergencia de guerra, el líder centrista Benny Gantz ha confirmado este jueves que la guerra «entrará próximamente en etapas adicionales y con fuerzas enormes». Según él, la incursión terrestre es parte de un plan general que incluye elementos de seguridad, diplomáticos y sociales, para «cambiar la realidad» en la zona entre Israel y Gaza. El proceso puede durar años.
«Aconsejo a nuestros enemigos que no se confundan. La enorme fuerza está preparada», avisó Gantz. Pero la fuerza militar ya desplegada hasta la fecha se siente en cada porción de los 360 kilómetros cuadrados del aislado enclave palestino. El último balance de Hamas eleva el número de muertos a 7000, entre ellos 2913 niños, y de heridos a 18.400. Netanyahu afirma que sus fuerzas mataron a «miles de terroristas».
Naciones Unidas- que informó que 629.000 desplazados (poco menos del total de todos en la Franja) se encuentran refugiados en sus 150 instalaciones- alerta que «ningún lugar es seguro en Gaza». Son palabras textuales de la Coordinadora de Asuntos Humanitarios de la ONU en los territorios palestinos, Lynn Hastings, que denuncia que los avisos del Ejército israelí antes de cada bombardeo ya «no hacen ninguna diferencia».
De momento, el organismo internacional continúa dando sus servicios, vitales para los gazatíes, aunque en menor grado y muchas más dificultades que antes del bloqueo decretado por Israel en respuesta al ataque de Hamas. La falta de combustible, alerta la ONU, amenaza con colapsar los hospitales. Lo que sí entra diariamente desde el sábado son alimentos, agua y medicamentos transportados en camiones que cruzan el paso fronterizo de Rafah. Hasta la fecha, 74.
Los ataques de las últimas 24 horas han golpeado numerosos objetivos en toda la Franja incluyendo túneles debajo de la céntrica calle Al Jalaa de Gaza o en la zona sureña de Beit Janun. Israel también atacó obstáculos físicos instalados por Hamas para evitar la evacuación de gazatíes del norte al sur así como lanzaderas de proyectiles.
Entre los muertos por los bombardeos de las últimas jornadas, se encuentran 12 familiares (incluyendo la esposa, dos hijos y un nieto) del periodista del canal catarí Al Yazira, Wael Al Dahdouh. Su casa fue afectada por un ataque israelí en el campo de refugiados de Nusseirat situado unos kilómetros al sur de Gaza. Según el Ejército, la Fuerza Aérea apuntó «una infraestructura terrorista en la zona».
Pese a la presencia constante de drones en los cielos de Gaza, Hamas logra seguir disparando proyectiles contra Israel aunque en menor cantidad que al principio de la guerra. Anoche, el cuarto sellado en una casa alcanzada por un proyectil en la céntrica ciudad de Rishon Letsion salvó la vida de una familia. Este jueves, una ráfaga de proyectiles llegó a la zona de Tel Aviv. La mayoría fueron neutralizados pero uno de ellos impactó en un edificio de Petach Tikva sin causar víctimas.
Netanyahu y la cúpula militar niegan diferencias respecto a los planes a seguir. Con todo, no debió gustar mucho en el Estado Mayor que el primer ministro se haya reunido con el ex general Yitzhak Brik que en los últimos años no ha dudado en criticar públicamente lo que consideraba «insuficiente preparación del Ejército». Brik ha aconsejado a Netanyahu seguir con la intensa ofensiva aérea presionado a Hamas y no apresurarse con la opción terrestre.
Las relaciones están marcadas también por la sensación compartida de fracaso e ira por haber sido «engañados» por el régimen de Hamas y cometer graves errores- tácticos, estratégicos, políticos y militares- que condujeron al peor atentado en la historia de Israel.
Fuente: El Mundo