Un joven de 18 años asesinó a tiros a 21 personas en la escuela primaria Robb, en la localidad de Uvalde, Texas, y luego fue abatido por la policía, en una nueva matanza en un establecimiento educativo -el segundo en poco más de 10 días- que sacude a Estados Unidos, un país donde el acceso a las armas es libre.
El gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, informó, en conferencia de prensa, que en el tiroteo fallecieron 14 estudiantes y una profesora, a la vez que confirmó que el atacante, identificado como Salvador Ramos, también murió.
Más tarde, sin embargo, el senador por Uvalde, Roland Gutiérrez, elevó la cantidad de víctimas fatales a 21 (18 estudiantes y tres adultos), según la televisora estadounidense CNN.
Abbott precisó que Ramos llegó a la escuela «con una pistola y aparentemente con un rifle y que disparó y mató de manera horrible e incomprensible a más de una docena de niños y un profesor».
El gobernador de Texas reiteró que el tirador fue abatido por los oficiales que respondieron al llamado de emergencia, pero que los hechos aún estaban siendo investigados.
Abbott también informó que el tirador disparó a su abuela justo antes de entrar a la escuela. «No tengo más información sobre la conexión entre esos dos tiroteos», puntualizó.
«Los texanos están de duelo por las víctimas de este crimen sin sentido y por la comunidad de Uvalde», continuó.
Abbott, quien además señaló que dos policías y otras personas resultaron heridas, dio instrucciones «para que investiguen a fondo este crimen».
Por su parte, el teniente Chris Olivarez, portavoz del Departamento de Seguridad Pública de Texas, manifestó: «Todas las muertes y lesiones ocurrieron dentro de un aula en la escuela primaria Robb».
«El tirador se atrincheró en una habitación, matando a dos maestros y 19 niños. Solo sirve para mostrar el completo mal de este joven», añadió.
Mientras se producía el tiroteo, los oficiales recorrieron la escuela, rompieron ventanas y trataron de evacuar a los niños y al personal. «Luego pudimos forzar la entrada al aula donde estaba el tirador», reveló.
Inmediatamente después de la matanza, el Distrito Escolar -el órgano que rige los centros educativos- emitió una alerta a todas las escuelas de la región para elevar al máximo los protocolos de seguridad.
Los encargados pidieron a los padres de familia que no se acercaran a la zona hasta que la policía pudiera controlar la situación.
El Uvalde Memorial Hospital publicó en Facebook que estaba «atendiendo a varios estudiantes en su sala de emergencias», pero no proporcionó información sobre la gravedad de sus lesiones.
Por su parte, el hospital University Health, el otro centro médico de la ciudad, expresó que estaba «tratando a un niño y un paciente adulto de Robb Elementary».
Uvalde, descripta en primera persona
En tanto, el ex director de la escuela primaria Robb, Ross McGlothlin, describió a Uvalde, la pequeña ciudad de 16.000 habitantes ubicada a 140 kilómetros al oeste de San Antonio y a 250 de Austin, la capital de Texas.
«Nunca creemos que algo tan trágico pueda suceder tan cerca de nosotros. Robb Elementary es una gran escuela», remarcó.
McGlothlin sostuvo que cuando era director de la escuela, en 2015 y 2016, «atendía a estudiantes de tercer y cuarto grado».
«Provenían de toda la ciudad, ya que Uvalde separa a algunos estudiantes por niveles de grado en algunos campus», siguió.
«Uvalde es una pequeña gran ciudad. Es una comunidad tranquila y amigable, tierras de cultivo al sur y ranchos al norte; es la puerta de entrada al Texas Hill Country. Este es solo un triste ejemplo de que esto absolutamente puede suceder en cualquier lugar», sentenció.
Biden, lamentó otra matanza
«Tenía la esperanza, cuando me convertí en presidente, de no tener que hacer esto de nuevo», afirmó el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en un mensaje al país con motivo de lo que calificó como «otra masacre».
El mandatario lamentó «cuántas veintenas de niños pequeños que son testigos de lo que pasó, vieron morir a sus amigos como si estuvieran en un campo de batalla», y subrayó que tenía una sensación «sofocante» porque «perder un hijo es como te arranquen un pedazo del alma».
«Como nación tenemos que preguntarnos cuándo, en el nombre de Dios, vamos a hacer frente al grupo de presión de las armas, cuándo, en el nombre de Dios, haremos lo que todos sabemos en nuestras entrañas que debe hacerse para evitar la proliferación del uso individual de armas», reflexionó.
Poco antes, la Casa Blanca tuiteó que el presidente «acaba de hablar con el gobernador de Texas para ofrecerle la ayuda que necesite después del horrible tiroteo en Uvalde».
«Ya basta, nuestros corazones siguen rompiéndose, tenemos que tener el coraje de actuar a favor del control de armas», aseveró la vicepresidente, Kamala Harris, según la agencia de noticias AFP.
La Casa Blanca ordenó que las banderas ondearan a media asta por las víctimas de la escuela Robb.
Hace poco más de diez días, Payton Gendron, un supremacista blanco de 18 años mató a 10 afroamericanos en el supermercado Tops Friendly Markets de ciudad estadounidense de Buffalo, en el estado de Nueva York.
Pero a diferencia de Ramos, fue detenido por la policía y ya compareció ante la Justicia, que decretó su prisión preventiva mientras instruye la investigación.
Un informe desolador
La matanza coincidió con la publicación de un texto que reveló que los tiroteos se multiplicaron en Estados Unidos durante el año pasado.
Un conteo del FBI, la agencia federal de investigaciones, detalló que en el 2021 se registraron 61 episodios de este tipo, frente a 40 que se registraron en el 2020.
Los tiroteos dejaron el año pasado 103 personas fallecidas y otro centenar más de heridos.
Estas cifras no contemplaron a los perpetradores. Uno de cada cinco situaciones en las que hay un tirador activo deriva en un tiroteo masivo en el que al menos tres personas pierden la vida.
Biden se encontraba viajando de regreso a Washington, tras finalizar su viaje por Asia, cuando su secretaria de prensa, Karine Jean-Pierre, confirmó en su cuenta de Twitter que el mandatario estaba al tanto de lo ocurrido.
¿Quién era Salvador Ramos?
Santos Valdez, un amigo del victimario, contó al Washington Post, que Ramos «vivía con su madre y, a veces, con su abuela». Además describió que durante los últimos tiempos notó «varios cambios en su personalidad», al tiempo que aseguró que era víctima de «bullying» en el secundario de Uvalde.
Según contó al Post, «Ramos una vez se detuvo en un parque -donde a menudo jugaban baloncesto- con cortes en toda la cara. Primero me dijo que un gato le había arañado el rostro. Luego me dijo la verdad, que se cortaba la cara con cuchillos una y otra vez», relató.
«Yo estaba cómo, Estás loco, hermano. ¿Por qué harías eso?», le pregunté. Su repuesta fue breve pero reveladora: «lo hice por diversión», recordó Valdez.
En otro oportunidad, «Ramos conducía con otro amigo por la noche y disparó a personas al azar con una pistola de aire comprimido. Empujó los autos de la gente y comenzó a usar ropa negra, botas de cuero y estilo militar», apuntó.
Por último, hace aproximadamente un año, Ramos publicó fotos en las redes sociales de rifles automáticos que «tendría en su lista de deseos», confesó.