Inglaterra, Países Bajos y Gales se habían comprometido a lucir el símbolo en defensa del colectivo LGTBI en sus estrenos de este lunes, pero sus federaciones no quieren arriesgarse a que vean una tarjeta amarilla
La FIFA ha conseguido evitar que Harry Kane, Virgil van Dijk y Gareth Bale lleven este lunes en sus partidos en Qatar los brazaletes arcoíris que habían anunciado que lucirían como parte de la campaña One Love “contra todo tipo de discriminación”. A apenas tres horas para el debut en el Mundial de Inglaterra contra Irán (este lunes a las 14.00), esta federación y la galesa han emitido un comunicado conjunto anunciando su rendición ante la oposición de Infantino a defender de manera pública los derechos de la comunidad LGTBI en Qatar, donde la homosexualidad se considera delito: “La FIFA ha dejado muy claro que impondrá sanciones deportivas si nuestros capitanes llevan los brazaletes en el terreno de juego”, dice el texto.
La federación de Países Bajos, promotora de la iniciativa, contó en otro comunicado la amenaza de último momento puesta sobre la mesa por la FIFA, después de haber estado negociando con ellos de manera continua los dos últimos días, y de esperar dos meses una respuesta a la carta que le enviaron sobre el asunto: “Hoy, horas antes del primer partido, la FIFA nos ha dejado claro (oficialmente) que el capitán recibirá una tarjeta amarilla si lleva el brazalete de capitán OneLove”.
La Federación de Asociaciones de Aficionados también mostró su enfado: “Nos sentimos traicionados”, dicen en un comunicado. “Nunca más se debería dar un Mundial a un país solo por el dinero. Ningún país con problemas con los derechos LGTBI+, de las mujeres, de los trabajadores, o cualquier otro derecho humano, debería recibir el honor de organizar un Mundial”.
La amenaza de amonestaciones de Infantino ha sido lo que ha terminado rindiendo a los futbolistas, como explican las federaciones británicas en su texto conjunto: “Estábamos preparados para pagar las multas que se aplican normalmente a las violaciones de las regulaciones sobre equipaciones y teníamos el fuerte compromiso de llevar el brazalete. Sin embargo, no podemos poner a nuestros jugadores en la situación de que puedan ser amonestados e incluso obligados a dejar el terreno de juego”, sigue. “Estamos muy frustrados con la decisión de la FIFA, que creemos que no tiene precedentes”.
El 19 de septiembre, las 10 federaciones que participan en la iniciativa enviaron una carta a la FIFA en la que le invitaban a sumarse. No llegó la respuesta, del mismo modo que su presidente, Gianni Infantino, tampoco quiso aclarar en público las consecuencias reales del gesto en su larga comparecencia de prensa de este lunes. Ese día dijo que se sentía gay, pero dejó entrever que se oponía al gesto del brazalete que pretendía defender los derechos de la comunidad LGTBI en el país anfitrión, que considera delito la homosexualidad.
El día que dijo que se sentía gay, y en el que su director de comunicación dijo que él lo era, y que se sentía bienvenido, Infantino explicó que la FIFA solo podía defender causas que pudieran ser compartidas por todos. No como esta, se entendió. Les pidió, en cambio, que se sumaran a las diversas campañas que ejecutarán durante el torneo. La del brazalete arcoíris ha sido la segunda rendición de Infantino a Qatar, después de prohibir a última hora también la venta de cerveza con alcohol en el perímetro de los estadios
A la iniciativa One Love se habían sumado 10 federaciones, aunque dos de ellas, no participan en el Mundial, Noruega y Suecia. Además, se habían sumado Países Bajos, Bélgica, Dinamarca, Inglaterra, Gales, Suiza y Francia, aunque su capitán, Hugo Lloris, ya había anunciado que no se pondría el brazalete arcoíris. Dice que debe respetar las costumbres del país anfitrión, del mismo modo que Francia pide a los extranjeros que respeten las suyas.
La Comisión Europea, por su parte, ve “muy importante” que las causas que representa el brazalete se conozcan en el mundo, según informa Silvia Ayuso desde Bruselas. Aunque la Comisión Europea no tiene competencias en la materia y, por lo tanto, no puede pronunciarse formalmente, la portavoz del Ejecutivo Europeo, Dana Spinant, ha recordado este lunes que, para Bruselas, “es muy importante que las causas representadas por el brazalete arcoíris sean reconocidas tanto por nosotros los europeos como en el resto del mundo”.