La Organización de Estados Americanos (OEA) sostuvo que Nicaragua no respeta sus compromisos bajo la Carta Democrática Interamericana y exhortó al Gobierno del recién reelecto presidente Daniel Ortega a aceptar una misión de buenos oficios para «restablecer» el cumplimiento del documento regional de defensa de la institucionalidad.
La resolución, aprobada durante una sesión extraordinaria del Consejo Permanente, fue apoyada por 25 de los 34 miembros activos del bloque regional.
Los países que se abstuvieron fueron Argentina, México, Bolivia, Honduras, Belice, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas y Santa Lucía.
El único voto contrario fue el de Nicaragua, cuyo representante, Michael René Campbell, denunció de manera enérgica «otro evento intervencionista de la OEA».
El texto, patrocinado por Antigua y Barbuda, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Estados Unidos y Guyana, le pide a Nicaragua la liberación «urgente» de todos los opositores detenidos, e iniciar un proceso con miras a realizar elecciones «libres, imparciales y transparentes, con observación internacional creíble».
La reciente Asamblea General de la OEA desconoció la legitimidad de las elecciones del 7 de noviembre en Nicaragua, consideró que las instituciones democráticas fueron «seriamente socavadas» por el Gobierno de Ortega y encomendó al Consejo Permanente a realizar una «evaluación colectiva inmediata» de la situación.
A raíz de esto, Ortega, quien obtuvo un cuarto mandato consecutivo con siete de sus posibles rivales presos bajo cargos de conspiración y otros delitos formulados previo a los comicios, pidió el 19 de noviembre la salida de su país de la OEA.
La resolución recordó, sin embargo, que el proceso para concretar la salida toma dos años, durante los cuales las obligaciones de Nicaragua con la OEA y sus instrumentos siguen vigentes.