La variante ómicron de coronavirus tiene al mundo en vilo y ya varios países adoptaron medidas restrictivas, como suspender todos los vuelos provenientes del sur de África, donde el 9 de noviembre se descubrió esta temida nueva cepa que aún está en período de análisis e investigación.
La preocupación por esta nueva variante se instaló en Brasil, donde la autoridad sanitaria Anvisa informó que un ciudadano infectado ingresó el sábado por la noche por el aeropuerto internacional de Guarulhos, en San Pablo, proveniente de Sudáfrica, por lo que se inició la investigación para determinar si se trata de esta cepa.
Canadá, Australia, Países Bajos y Dinamarca, en tanto, confirmaron los primeros casos de la variante ómicron del coronavirus en viajeros, mientras que Israel y muchos países endurecieron sus controles para impedir la propagación de la nueva cepa, en el marco de este nuevo embate del coronavirus en el mundo.
Marruecos, en tanto, se convirtió en el primer país en suspender el ingreso de vuelos de cualquier lugar del mundo, durante dos semanas desde mañana, debido a la rápida difusión de la variante, anunció su Ministerio de Relaciones Exteriores.
Las restricciones reflejan el apresuramiento con que países de todo el mundo buscan impedir o limitar la presencia de la variante ómicron apenas días después de que su descubrimiento fuera anunciado por investigadores de Sudáfrica.
Las medidas preventivas son un espejo de la creciente alarma sobre la aparición de una variante potencialmente peligrosa a casi dos años del inicio de una pandemia que ya mató a cinco millones de personas, trastornó vidas y golpeó economías en todo el planeta.
Por esa misma preocupación, el Reino Unido, a cargo de la presidencia rotativa del Grupo de los Siete países más desarrollados (G7), convocó a una reunión «de emergencia» de los ministros de Salud del foro que también integran Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia y Japón.
Aunque aún se sabe poco sobre la nueva variante, además de que es altamente transmisible, científicos temen que pueda ser resistente a la protección que dan las vacunas y que haga que la pandemia dure más de lo que se anticipaba.
Una médica y científica sudafricana, quien descubrió la variante y trató a una treintena de pacientes infectados con la mutación, afirmó que hasta ahora los casos dieron cuadros clínicos «leves», que no requirieron hospitalización.
Angelique Coetzee, presidenta de la Asociación Médica Sudafricana, sostuvo que la mayoría de los contagiados son hombres menores de 40 años, la mitad de los cuales estaba vacunado.
Coetzee aseguró que hace 10 días alertó a las autoridades sobre pacientes con Covid-19 con síntomas distintos a los de la variante delta, predominante en Sudáfrica, sobre todo gran fatiga, dolores musculares, tos seca y picazón en la garganta.
En México, uno de los funcionarios de Salud de mayor jerarquía notó que la información difundida sobre los peligros de ómicron no tiene aún correlato en evidencia científica y opinó que las restricciones de viaje son poco útiles y afectan la economía.
«La información difundida sobre los riesgos de la nueva variante es desproporcionada respecto a lo que muestra la evidencia científica existente», aseguró el subsecretario de Salud de México, Hugo López-Gatell, en su cuenta de Twitter.
«No se ha demostrado que sea más virulenta ni que evada la respuesta inmune inducida por las vacunas», añadió.
En Europa, la autoridad de salud pública de Países Bajos dijo que 13 de 61 personas que estaban en cuarentena tras haber dado positivo en coronavirus hace dos días al llegar en vuelos de Sudáfrica estaban infectadas con la variante ómicron.
Los 61 pasajeros llegaron el viernes pasado en los dos últimos aviones que aterrizaron en el aeropuerto Schiphol de Ámsterdam antes de que comenzara a regir una prohibición de vuelos procedentes del sur de África.
Todos ellos dieron positivo en coronavirus y fueron puestos en aislamiento, la mayoría en un hotel cerca del aeropuerto y algunos en sus casas, bajo estrictas condiciones sanitarias de seguridad.
A medio mundo de distancia, en Australia, autoridades dijeron que los dos pasajeros que dieron positivo en la variante -los primeros casos conocidos en Oceanía-, estaban entre un grupo de 14 personas que llegaron a Sydney desde el sur de África. Los dos eran asintomáticos y estaban vacunados contra el Covid-19, mientras que los otros 12 fueron puestos en cuarentena.
La vecina Nueva Zelanda anunció restricciones de viaje desde nueve países del sur de África debido a la amenaza que representa la variante, mientras que Japón amplió sus controles fronterizos e incluyó a nueve países más de esa misma región.
Israel fue aún más allá, al prohibir la entrada de todos los extranjeros, exigir una cuarentena a todos sus ciudadanos que arriben del extranjero y restringir los viajes a 50 de los 54 países de África.
«Las restricciones en las fronteras del país no son una medida fácil de tomar, pero es una medida temporal y necesaria», señaló el primer ministro israelí, Naftali Bennett, al inicio de una reunión de gabinete.
Su gobierno también aprobó que su agencia de seguridad interior, el Shin Bet, utilice una polémica tecnología telefónica para rastrear a personas que hayan estado en contacto con individuos que hayan dado positivo en la variante ómicron.
Ya se han identificado casos de la mutación en países de Europa y Asia, incluyendo Reino Unido, Alemania, Italia, Bélgica, República Checa, Israel y Hong Kong.
La llegada de ómicron a Europa ocurre en medio de un rebrote del coronavirus, sobre todo entre no vacunados, y un endurecimiento de medidas para intentar contenerlo.
El Reino Unido endureció ayer las reglas sobre el uso de tapabocas y los controles a los arribos en aeropuertos tras detectar dos casos de la variante ómicron en viajeros. España anunció que no admitirá a británicos no vacunados desde el 1 de diciembre.
Francia aún no detectó la variante, pero su ministro de Salud, Olivier Véran, dijo que «es probable que ya haya casos en circulación» en el país.
Muchos otros países introdujeron restricciones a los arribos de varias naciones del sur de África en los últimos dos días, como Argentina, Brasil, Canadá, Estados Unidos, la Unión Europea (UE) e Irán.