La agencia calificadora de riesgo estadounidense Moody’s rebajó la calificación crediticia de los bonos soberanos de Perú «de A3 a Baa1», porque el entorno político del gobierno del izquierdista Pedro Castillo «está polarizado y fracturado», lo que aumentó «el riesgo político» y debilitó «la capacidad de formular políticas».
De hecho, Jaime Reusche, vicepresidente del Grupo de Riesgo Soberano de Moody’s, mencionó hace un mes que -en el contexto actual- veía difícil que Perú mantuviera su calificación, y así fue.
La agencia calificadora de riesgo hizo hincapié en la falta de claridad sobre las políticas de administración, los nombramientos controvertidos en el gabinete, las tensiones entre los poderes Ejecutivo y Legislativo y en las crecientes tensiones dentro del partido gobernante Perú Libre.
En poco más de un mes en el Gobierno de Castillo varios integrantes del gabinete fueron duramente cuestionados por la oposición, y uno de ellos ya fue sustituido por sus presuntos vínculos con el terrorismo y corrupción, mientras que un segundo puso su cargo a disposición del mandatario.
«Todas estas condiciones afectaron negativamente la confianza de los inversores y socavaron la resistencia económica de Perú, lo que afectó negativamente las perspectivas crediticias del país a mediano plazo», refirió Moody’s en su comunicado desde la sede en Nueva York.
Con esa calificación, Perú mantiene el grado de inversión, pero está a tres peldaños de perderlo. Esta es la primera rebaja que tiene el país en más de 20 años, desde las primeras calificaciones que recibía en 1999, para las deudas en moneda extranjera.
A pesar de la rebaja en la calificación, la perspectiva pasó «de negativa a estable». Esto obedece a que la resistencia económica de Perú está alineada con sus pares y que el soberano conserva un alto grado de fortaleza fiscal.
Esta perspectiva asume que el modelo económico y las instituciones fiscales y monetarias bien establecidas se mantendrán en su lugar. Las discusiones que conduzcan a una reestructuración constitucional -señala Moody’s- podrían plantear riesgos importantes para el perfil crediticio soberano.
«Aunque es probable que la inestabilidad política se mantenga alta, la calificación actual captura el deterioro anticipado en la posición económica y fiscal, siempre que las políticas sigan siendo consistentes con la senda de consolidación fiscal propuesta por las autoridades”, remarcó la agencia calificadora.
Por otro lado, la calificadora destacó que la actividad económica de Perú se recuperó «a buen ritmo» en la primera mitad del año, razón por la cual subió su pronóstico de crecimiento del PIB a 12 %, desde un 9 % inicial.
El Ministerio de Economía y Finanzas dijo que el ajuste realizado por Moody’s «se alinea con la actual calificación que tiene el Perú con Standard & Poor’s y Fitch Ratings (BBB+)», otras dos reconocidas agencias calificadoras de riesgo.
El ente gubernamental recordó que el país prevé una trayectoria progresiva de consolidación del déficit fiscal del país, de 4,7 % del Producto Interno Bruto (PIB) en 2021 a 3,7 % en 2022, 2,7 % en 2023, 1,7 % en 2024 y 1,0 % en 2025.
«Con ello, la deuda pública llegaría a un punto máximo de 37,4 % del PIB en el año 2023, para luego iniciar una trayectoria decreciente, con lo que se mantendrá en niveles sostenibles», sentenció una fuente oficial.
La revisión de la calificación de Perú se da en un contexto en el que 49 países emergentes y en desarrollo, y 16 países de América Latina y el Caribe tuvieron rebajas en su calificación crediticia entre enero de 2020 y agosto de 2021.
Sin embargo, el PIB de Perú creció 23,4 % en junio y con ese resultado en el primer semestre del año alcanzó un alza de 20,4 %, una de las tasas más altas de crecimiento a nivel mundial, indicó el ministerio de Economía peruano.