Intensos vientos cálidos podrían avivar e intensificar este martes, los grandes incendios que han arrasado las colinas y los suburbios de Los Ángeles, dejando al menos 25 fallecidos y ocasionando severos daños en la segunda ciudad más grande de Estados Unidos.
A una semana del inicio de los incendios que se propagaron sin control, las autoridades advierten que los vientos cálidos de Santa Ana, conocidos por ser «particularmente peligrosos», podrían regresar con fuerza.
«Esté alerta a lo que ocurre a su alrededor. Prepárese para evacuar y evite cualquier acción que pueda desencadenar un incendio», alertó el Servicio Meteorológico Nacional de Estados Unidos (NWS), indicando que se esperan ráfagas de hasta 110 km/h entre las 03:00 (11:00 GMT) y las 15:00 (23:00 GMT) del miércoles.
Áreas del condado de Los Ángeles y gran parte del vecino Ventura están bajo una «situación de alto riesgo», según el NWS, una advertencia similar a la emitida antes de los devastadores incendios de la semana anterior.
Las autoridades aseguraron estar listas para cualquier eventualidad. «He distribuido estratégicamente equipos de bomberos y grupos especializados que responderán rápidamente a cualquier nuevo brote de incendio», explicó Kristin Crowley, jefa del cuerpo de bomberos de Los Ángeles.
Hasta ahora, las llamas han consumido más de 9.700 hectáreas en la exclusiva zona de Pacific Palisades y cerca de 5.700 hectáreas en Altadena.
Los vientos de Santa Ana, típicos de los meses de otoño e invierno en California, han mostrado una fuerza inusitada este año, alcanzando ráfagas de hasta 160 km/h la semana pasada, algo no visto desde 2011.
Más de 90.000 personas han sido evacuadas, enfrentando la incertidumbre sobre el estado de sus hogares.
«Mi casa ya no está, lo sé. Vi fotos y solo queda la chimenea. Pero necesito verlo con mis propios ojos para aceptarlo», comentó Fred Busche a la AFP.
En medio del caos, también surgieron historias de resiliencia. Jeff Ridgway narró cómo decidió quedarse en el complejo de apartamentos que administra y combatió las llamas con baldes de agua sacados de la piscina del edificio.
«Fue como estar en una batalla», aseguró Ridgway, de 67 años, mientras señalaba un árbol que logró apagar antes de que el fuego alcanzara el edificio.
«Fui obstinado. Pensé: ‘No dejaré que esto me venza. No voy a permitirlo'», relató.
Rescate y reconstrucción
Equipos de búsqueda con perros especializados en rastreo de cadáveres han trabajado entre los escombros durante varios días, en una labor que el sheriff de Los Ángeles, Robert Luna, calificó como «extremadamente difícil». «Cada día encontramos restos de personas de nuestra comunidad», lamentó.
El impacto económico de la tragedia ha sido estimado por AccuWeather entre 250.000 y 275.000 millones de dólares, lo que la posicionaría como una de las más costosas en la historia del país.
«Verlo por televisión es una cosa, pero desde el aire la magnitud de la destrucción es inimaginable», comentó Karen Bass, alcaldesa de Los Ángeles.
El lunes por la noche, un nuevo foco se encendió en Oxnard, a 80 kilómetros de Los Ángeles, movilizando a miles de bomberos.
Mientras tanto, las autoridades federales han iniciado una investigación para determinar las causas de los incendios, aunque advirtieron que los resultados podrían demorar.
En medio de la tragedia, se recibieron muestras de solidaridad. Grandes estudios de entretenimiento como Netflix, Disney, Amazon, Warner y Comcast anunciaron significativas donaciones para apoyar la reconstrucción. Además, cientos de voluntarios han colaborado en la distribución de suministros para los afectados.
Fuente: DW