Publicado en la revista Current Biology, el estudio de la Universidad de Azabu en Japón midió el volumen de lágrimas de 22 perros en diferentes circunstancias.
Los investigadores dicen que los perros derramaron “significativamente” más lágrimas de alegría después de volver a estar con sus dueños en comparación con conocer a alguien que no era su dueño.
Se cree que esta respuesta está relacionada con la liberación de oxitocina, la llamada “hormona del amor” o materna, durante estas interacciones, dijeron los investigadores en un comunicado de prensa.
“Nunca habíamos oído hablar del descubrimiento de que los animales derraman lágrimas en situaciones alegres, como al reunirse con sus dueños, y todos estábamos emocionados de que esto fuera una primicia mundial”, dijo Takefumi Kikusui, investigador de la Universidad de Azabu.
Kikusui dijo que uno de sus dos caniches, que tuvo cachorros hace seis años y se le llenaron los ojos de lágrimas mientras los cuidaba, lo inspiró.
Para el estudio, los investigadores realizaron una prueba de Schirmer para medir el volumen de lágrimas de los perros. La prueba funciona al permitir que el agua de las lágrimas se desplace a lo largo de una tira reactiva de papel, siendo la velocidad de desplazamiento proporcional a la velocidad de producción de lágrimas.
Los investigadores midieron las lágrimas de los perros en su entorno doméstico normal mientras el dueño estaba presente para establecer una línea de base y luego dentro de los primeros cinco minutos de una reunión una vez que el dueño había estado fuera durante cinco a siete horas.
Los investigadores dicen que los perros secretaron un mayor volumen de lágrimas cuando se reunieron con sus dueños en comparación con otros con los que también estarían familiarizados.
El volumen de lágrimas también aumentó después de agregar una solución de oxitocina a los ojos de los perros, lo que, según los investigadores, respalda la idea de que la hormona tiene un papel que desempeñar en la producción de lágrimas cuando los perros y sus dueños se reúnen.
Por último, los investigadores pidieron a las personas que calificaran imágenes de caras de perros, con y sin lágrimas artificiales, en términos de cuánto querían cuidarlos.
Los investigadores dicen que las personas respondieron de manera más positiva al ver a un perro con los ojos llorosos, lo que sugiere que los perros producen lágrimas en situaciones que los humanos considerarían “felices”.
“A través de este proceso, sus lágrimas pueden desempeñar un papel en la obtención de un comportamiento protector o un comportamiento de crianza de sus dueños, lo que resulta en la profundización de las relaciones mutuas y conduce aún más a la vinculación entre especies”, dice el estudio.
Sin embargo, los investigadores dicen que no han probado si los perros producen lágrimas en respuesta a emociones negativas o cuando se reúnen con otros perros.
“Los perros se han convertido en socios de los humanos y podemos formar lazos”, dijo Kikusui. “En este proceso, es posible que los perros que muestren ojos llorosos durante la interacción con el dueño sean más cuidados por el dueño”.
