El fabricante de vehículos eléctricos estadounidense Lucid Motors, que empezó a funcionar en septiembre y entregó sus primeras unidades a fines de octubre, ya vale en la bolsa US$ 85.000 millones.
Su primer modelo, el Lucid Air Dream Edition, fue reconocido como el «carro del año» por la revista especializada MotorTrend y, según datos de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, es el auto eléctrico que más distancia puede recorrer con una sola carga: unas 520 millas (852 kilómetros).
Ese número, 520, es también la cantidad de unidades que planea vender de ese primer modelo exclusivo súper lujoso -que incluye la opción de contar con asientos que masajean el cuerpo de los pasajeros y un techo de vidrio sólido- a US$169.000.
Los siguientes modelos que tiene son relativamente más económicos: el Air Grand Touring (US$139.000), el Touring (US$95.000) y el Air y el Air Pure (US$77.000), aunque estos dos últimos no estarán en el mercado hasta 2022.
Peter Rawlinson, presidente ejecutivo de Lucid Motors, aseguró: «Hasta ahora contamos con más de 17.000 reservas y el año próximo planeamos entregar unas 20.000 unidades».
«Necesitábamos crear una proeza tecnológica y creo que eso es lo que hemos conseguido con el Lucid Air. Definimos nuestra marca, definimos nuestro futuro», agregó este hombre, de 64 años, responsable de la ingeniería del model S de Tesla, de donde se marchó por motivos personales, así como por la mala relación con Elon Musk. Antes había trabajado con Jaguar y había sido ingeniero jefe de Lotus.
Gran parte del éxito del Lucid Air se deriva de su obsesión por reducir el peso y el tamaño del motor y de los componentes del auto, lo que no solamente permite hacer rendir más la energía, sino que además ahorra espacio que puede usarse en ofrecer otras comodidades.
Rawlinson, además, señaló: «Veo en el mercado de autos de lujo un paso en la ruta hacia el verdadero objetivo, la masificación del mercado de vehículos eléctricos, incluso vendiendo la tecnología a otras empresas que puedan fabricar autos de bajo coste».
Sin embargo, aún no está asegurada la viabilidad de la empresa que, por lo pronto, no produce ganancias sino pérdidas. Y buena parte de esas dificultades están recogidas en el informe que la empresa entrega a los potenciales accionistas para que conozcan los riesgos a los que estará sometida su inversión.