McDonald's

McDonald’s acordó la venta de sus 850 restaurantes en Rusia 

A raíz de la guerra en Ucrania, el grupo estadounidense McDonald’s los vendió al empresario local Alexandr Govor.

El grupo McDonald’s llegó a un acuerdo para vender su negocio en Rusia al empresario local y socio de la franquicia Alexandr Govor, en una operación realizada de forma acelerada por la guerra en Ucrania y que permitirá conservar decenas de miles de puestos de trabajo.

El anuncio de la transacción, cuyo valor no fue revelado, se produce tres días después de informar la salida del grupo de mercado ruso como parte de las sanciones contra el Kremlin por la invasión a Ucrania.

Govor, por su parte, aceptó mantener a los empleados durante al menos dos años y financiar hasta el término de la transacción los salarios de los trabajadores de la corporación que trabajan en 45 regiones de Rusia, precisó la empresa en un comunicado.

El acuerdo exige aún determinar condiciones, incluida la luz verde de las autoridades reguladores, y se espera que los últimos detalles queden cerrados en las «próximas semanas», detalló McDonald’s, según informó la agencia de noticias AFP.

El lunes pasado, la compañía de comida rápida anunció que ponía en venta toda su cartera rusa de 850 restaurantes en los que trabajan 62.000 personas y que anotaría en sus cuentas un costo asociado a esta retirada, de 1.200 a 1.400 millones de dólares.

«El negocio en Rusia ya no es sostenible, ni es consistente con los valores de McDonald’s», agregó hoy el director ejecutivo de McDonald’s, Chris Kempczinski.

Dos meses antes, el 8 de marzo, la empresa había anunciado que cesaba temporalmente su negocio en Rusia y que cerraba temporalmente sus alrededor de 850 restaurantes, como respuesta a la invasión rusa.

Govor, franquiciado desde 2015, operó 25 restaurantes en Siberia; es cofundador de Neftekhimservice, una empresa de refinado; y miembro del consejo de administración de otra firma que posee el hotel Park Inn y clínicas privadas en Siberia.

La salida de la compañía de Rusia también tiene un gran peso simbólico, ya que fue una de las primeras marcas occidentales en establecerse cuando abrió una sucursal en Moscú en 1990, justo antes de la caída de la Unión Soviética y poco después de que fuera demolido el muro de Berlín.