Conductores y repartidores de las plataformas digitales como Uber y Rappi mantienen su rechazo a la Reforma Laboral que el gobierno mexicano está promoviendo. La principal preocupación de los trabajadores es que la reforma, en lugar de beneficiarlos, los perjudicaría gravemente al imponerles condiciones laborales más rígidas y costos adicionales que afectarían tanto su flexibilidad como sus ingresos.
En las manifestaciones que se han dado en diversas zonas del país los trabajadores protestan bajo el lema “¡Que nos escuchen!”, y demandan al Gobierno y a los legisladores que reconsideren los términos de la reforma y se establezca un sistema dual que permita a los trabajadores decidir si aceptan ser considerados empleados con todas las obligaciones fiscales y laborales, o si prefieren continuar como independientes.
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¿Qué propone la reforma?
La Reforma Laboral plantea que los trabajadores de plataformas, como los repartidores , sean considerados empleados y no trabajadores independientes. Esto implicaría la obligatoriedad de cumplir con un horario laboral de ocho horas continuas, así como tener acceso a prestaciones como el seguro social, aguinaldo y utilidades, entre otras.
Sin embargo, los repartidores argumentan que esta reforma no refleja la naturaleza del trabajo que realizan. Los conductores de Uber y Rappi suelen tener un horario flexible, que les permite conectar y desconectar las aplicaciones según sus necesidades personales y de ingresos. La reforma cambiaría este modelo de trabajo, exigiendo que los trabajadores estén disponibles durante una jornada laboral estándar, lo que les quitaría la flexibilidad que actualmente les permite organizar su tiempo.
Impacto en los ingresos y en la flexibilidad
Uno de los puntos clave que los manifestantes señalaron es el impacto negativo que la reforma tendría sobre sus ingresos. César Castillo, representante del Consejo de Conductores de Jalisco, explicó que la reforma, tal como está planteada, afectaría gravemente la rentabilidad de los trabajadores: “Nos preocupa perder la flexibilidad. Si las aplicaciones tienen que cubrir los costos de seguridad social y pagar impuestos adicionales, las tarifas de los viajes y entregas se elevarían, reduciendo la demanda. Eso implicaría que menos personas usen las aplicaciones y, por ende, habrá menos trabajo para nosotros”.
En este contexto, los trabajadores alertan que, aunque la reforma propone beneficios sociales, esto podría aumentar los costos de operación para las plataformas, lo que llevaría a un incremento de tarifas para los usuarios. “Si las tarifas suben, se reducirá la demanda, y aquellos que queden trabajando en la industria verán sus ingresos reducidos, ya que las empresas no necesitarán a tantos conductores. Y además, tendríamos que pagar más impuestos”, señaló Juan Núñez, vocero del colectivo RCL (Radio Chilango).
Un estudio refleja el descontento generalizado
De acuerdo con un estudio reciente realizado por la firma Buendía & Márquez, el 86% de los trabajadores en plataformas prefieren ser considerados como independientes en lugar de ser empleados. Además, el 72% de los encuestados estaría dispuesto a tener acceso a seguridad social, pero solo si se mantiene su estatus de trabajadores autónomos.
El estudio también destaca que esta preferencia por la independencia no es exclusiva de los conductores de transporte; muchos repartidores de aplicaciones como Rappi y Uber Eats también rechazan la idea de ser empleados formales de las plataformas.
Impacto más allá de los repartidores
Además de los trabajadores de plataformas, otros sectores también se verían afectados por la reforma, en especial los dueños de restaurantes. Dalia Grinberg, analista política, explicó que el aumento de costos para las plataformas afectaría a las empresas de comida, ya que los precios de entrega subirían para cubrir los costos adicionales de la seguridad social de los repartidores. “Las tarifas más altas para los usuarios no solo impactan a los repartidores, sino que también afectan a los pequeños negocios y restaurantes que dependen de las aplicaciones para llegar a sus clientes”, añadió.
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Un llamado a la negociación
Los repartidores piden una mesa de diálogo con la Secretaría del Trabajo y los legisladores para encontrar una solución que beneficie a todas las partes involucradas. La propuesta que más apoyan es un modelo dual que permita a los trabajadores decidir si quieren ser empleados con las prestaciones correspondientes, o si prefieren seguir como autónomos, pero con acceso a servicios de seguridad social según su elección.
“Lo que estamos pidiendo es que se nos escuche. Los más afectados seríamos nosotros, los trabajadores de plataformas, y es fundamental que el Gobierno comprenda las particularidades de nuestro trabajo y no nos trate como repartidores tradicionales”, concluyó Juan Núñez.
Por ahora, la protesta de los repartidores continúa y su mensaje es claro: exigen ser escuchados antes de que la reforma laboral sea aprobada de manera definitiva, pues temen que, de lo contrario, su forma de trabajar y su sustento económico se vean gravemente comprometidos.