Con el debate con Estados Unidos sobre las garantías de seguridad para Rusia, agendados para después del 10 de enero, el Kremlin intenta conformar una agenda de negociaciones a la totalidad de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), prevista para dos días más tarde, y presiona para que esa alianza se abstenga de incorporar a Ucrania y Georgia.
El ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, fue el encargado de confirmar al canal de YouTube «Soloviov Live» que las conversaciones sobre las garantías de seguridad tendrán lugar «inmediatamente después de las vacaciones de año nuevo en Rusia», que finalizan el 10 de enero.
Pero añadió que Moscú no está interesada en «negociaciones interminables, durante las cuales Occidente volverá a explicar algo de forma ambigua, y luego engañará definitivamente».
En cuanto a las negociaciones con la OTAN, el ministro adelantó que en estas «participarán altos cargos militares» y afirmó que Rusia «espera que en la delegación de la Alianza Atlántica también figuren representantes militares».
«Les advertimos que -puesto que han suspendido las actividades prácticas con representantes militares desde 2014 y solo se han limitado a llamadas telefónicas ocasionales al jefe del Estado Mayor- la conversación solo tendría sentido con participación de los militares», subrayó Lavrov.
Además, el titular de Exteriores ruso «descartó por completo la posibilidad de que Rusia entre en la OTAN», donde el peso de Estados Unidos es ineludible.
El domingo pasado, el secretario general de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg, anunció que el bloque bélico busca organizar una reunión del Consejo Rusia-OTAN el próximo 12 de enero.
Por su parte, el viceministro de Exteriores de Rusia, Alexandr Grushkó, informó que Moscú «estudia la solicitud de la OTAN», y agregó que «antes se deben resolver muchas cuestiones».
El pasado 17 de diciembre, el Ministerio de Exteriores de Rusia publicó los borradores de acuerdos con Estados Unidos y la Alianza del Atlántico Norte sobre nuevas garantías recíprocas de seguridad en Europa.
Según Moscú, los países de la OTAN deben comprometerse a contener la ampliación del bloque y excluir la adhesión de Ucrania y otras naciones de la antigua Unión Soviética.
La iniciativa rusa prevé asimismo la creación de una línea directa con la Alianza Atlántica para contactos de emergencia e intercambio regular de información sobre ejercicios y maniobras militares.
Además, Rusia instó a Estados Unidos a renunciar recíprocamente al despliegue de armas nucleares fuera del territorio nacional y repatriar las ya emplazadas.
La iniciativa estipula que ninguna de las dos partes emplazará armamento o efectivos en regiones fuera del territorio nacional donde la otra pudiera considerarlo como una amenaza a su seguridad, ni siquiera si tal despliegue se lleva a cabo en el marco de organizaciones internacionales, alianzas militares o coaliciones.
Por lo pronto, el también vicecanciller de Rusia, Serguéi Riabkov, exigió nuevamente a la OTAN que desista de admitir a Ucrania y Georgia, lo que impediría que el bloque despliegue armas ofensivas en las fronteras de su país.
«Exigimos que la OTAN revoque oficialmente la decisión de la cumbre de Bucarest de 2008 de incorporar a Ucrania y Georgia», aseveró el diplomático ruso.
El bloque bélico, remarcó, debe volver a las posiciones que existían en el momento de la firma del Acta Fundacional, en mayo de 1997. El documento restringía el despliegue de tropas de la OTAN cerca de las fronteras de Rusia.
«Debemos detener el avance de la OTAN, de su maquinaria bélica y de su capacidad militar hacia el este. Debemos excluir el ingreso de Ucrania en esa organización militar», recalcó, al tiempo que enfatizó que este asunto «es crucial para la seguridad de Rusia».
Dos años después de la firma del Acta Fundacional Rusia-OTAN, el bloque bélico rompió su promesa e incorporó a Polonia, Hungría y República Checa en su primera ola expansionista.
En la segunda ola, en 2004, la OTAN admitió a Bulgaria, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Letonia, Lituania y Rumanía. Y en 2009 adhirió a Albania y Croacia.
Por último, a principios de junio de 2017, la OTAN incorporó a Montenegro pese a las protestas multitudinarias de la población de este país. Tres años después se adhirió Macedonia del Norte.