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Rusia denunció un imprevisto ataque de Ucrania en su territorio

El ataque se produjo en momentos que ambos países mantienen conversaciones para el cese de la guerra.

Rusia denunció que el Ejército de Ucrania bombardeó esta madrugada un depósito de combustible en territorio ruso a apenas 35 kilómetros de la frontera, un sorpresivo ataque que podría implicar un giro en el conflicto y -según advirtió el Kremlin- entorpecer las conversaciones de paz entre las partes.

Según el gobernador de la región de Belgorod, Viacheslav Gladkov, dos helicópteros de las Fuerzas Armadas ucranianas lograron alcanzar el depósito administrado por el gigante energético ruso Rosneft, que se encuentra a unos 80 kilómetros de la castigada ciudad ucraniana de Jarkov.

El bombardeo, que no fue confirmado ni desmentido por Kiev, incendió las instalaciones y dos personas resultaron heridas, según una publicación en Telegram del gobernador de Gladkov, informó la agencia de noticias AFP.

De acuerdo con lo narrado por Gladkov, los dos aparatos cruzaron a territorio ruso volando a baja altura en una incursión llevada a cabo en la madrugada de hoy.

Las redes sociales muestran numerosas imágenes del bombardeo y enormes columnas de humo.

Ayer, el portavoz del Ministerio de Defensa ruso, Ígor Konashenkov, aseguraba que sus fuerzas contaban con «una superioridad aérea absoluta» que les permitía atacar a los ucranianos en el oeste y el centro del país.

Mientras los servicios de emergencia rusos intentaban apagar el incendio, las autoridades informaron que no había ninguna amenaza para la población.

El portavoz ruso, Dmitri Peskov, advirtió que el ataque ucraniano, que tuvo lugar en torno de las 5.30 de la madrugada, podría obstaculizar las conversaciones de paz.

«Esto no crea unas condiciones cómodas para continuar con las negociaciones», puntualizó.

Ante una consulta sobre cómo pudo ocurrir un ataque aéreo en su propio territorio, Peskov declinó responder.

«No nos corresponde a nosotros, a la administración presidencial, hacer ninguna valoración que deben hacer profesionales. La superioridad aérea durante nuestra operación especial es un hecho absoluto pero no somos nosotros sino nuestros organismos de seguridad, los que deben evaluar esto», espetó.

Pese a este hecho, el esfuerzo diplomático de poner fin al conflicto persiste y las conversaciones se reanudaron hoy, según el negociador en jefe del Kremlin, Vladimir Medinski.

«Continuamos las negociaciones por videoconferencia. Nuestras posiciones sobre Crimea y el Donbass no cambiaron», reiteró Medinski en Telegram, en referencia a la península anexada por Rusia en 2014 y dos regiones parcialmente bajo control de separatistas prorrusos.

En tanto, en el plano de las hostilidades las fuerzas ucranianas informaron que retomaron las aldeas de Sloboda y Lukashivka, que se encuentran al sur de la sitiada ciudad norteña de Chernígov y ubicadas a lo largo de una de las principales rutas de suministro a la capital de Ucrania, Kiev.

El presidente de Ucrania, Volodomir Zelenski, alertó que las retiradas rusas del norte y centro del país eran solo una táctica militar para aumentar la fuerza para nuevos ataques en el sureste.

«Conocemos sus intenciones. Sabemos que se están alejando de aquellas áreas en las que les golpeamos para enfocarse en otras muy importantes en las que nos puede resultar difícil», sostuvo en un discurso nocturno trasmitido a la nación. 

A su vez, la Cruz Roja internacional aún no confirmó si podrán realizarse en las próximas horas las evacuaciones de civiles de la sitiada ciudad portuaria de Mariúpol.

Sin embargo, la viceprimera ministro ucraniana, Irina Vereschuk, anunció en Facebook que al menos 1.458 personas fueron evacuadas de la ciudad, asediada por tropas rusas, a lo largo de tres corredores humanitarios acordados ayer.

En relación al tema del gas, insumo fundamental en la pulseada entre el Kremlin y las potencias occidentales, Peskov informó hoy que lo que ya fue exportado queda fuera del nuevo mecanismo de pagos en rublos que el presidente ruso, Vladimir Putín, ordenó la semana pasada y entró en vigencia hoy.

«El decreto no es retroactivo», aclaró hoy Peskov respecto de si la nueva regla abarcará al gas ya despachado al exterior, reseñó la agencia de noticias rusa Sputnik.

«El desembolso por los envíos que se hacen ahora, no se realiza hoy mismo. El pago debe hacerse a finales, en la segunda mitad del mes, en abril o incluso a principios de mayo», explicó.

Los países de la Unión Europea (UE) son grandes importadores del gas y cubren el 40% de su consumo con los suministros provenientes de Rusia.

Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), la demanda de gas en la UE alcanzó los 552.000 millones de metros cúbicos en 2021.

Simultáneamente se conocieron sendas denuncias sobre posibles crímenes de guerra por parte de Ucrania para con prisioneros rusos.

La ONG Human Rights Watch (HRW) hizo un llamamiento en ese sentido a las autoridades ucranianas tras la difusión de imágenes mostrando a soldados ucranianos disparándoles en las piernas.

En un video divulgado el domingo último, se ve a tres hombres en traje de campaña, con las manos atadas en la espalda, lanzados al suelo desde una furgoneta por otros armados que les disparan a las piernas.

El Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia (SVR) denunció, por su parte, que gobiernos de muchos países de Occidente tratan de ocultar las torturas de las autoridades ucranianas.

Las evidencias, señaló el SVR, apuntan a que la cúpula de Ucrania está tratando de convencer a sus patrocinadores de Occidente para que la Cruz Roja y las organizaciones no gubernamentales no puedan acceder a los soldados rusos prisioneros.

«Dichas manipulaciones en torno de los prisioneros rusos evidencian claramente que los gobiernos de muchos países occidentales no solo estaban al tanto de las violaciones graves del derecho humanitario internacional por parte del régimen ucraniano, sino que también tratan de ayudarlo a evadir las responsabilidades», finalizó el SVR en un comunicado.

Rusia dice que hay «progresos» en las negociaciones sobre el estatus neutral de Ucrania

El canciller ruso, Serguei Lavrov, aseguró hoy que se observan progresos en las negociaciones sobre el estatus neutral de Ucrania, incluyendo un acercamiento de posturas con respecto a la situación de las regiones separatistas rusoparlantes del Donbaas.

«Estos acuerdos deben ser completados y hay cierto progreso admitiendo la imposibilidad de que Ucrania forme parte de cualquier bloque», afirmó el jefe de la diplomacia rusa durante su visita oficial a la India, un país que mantuvo un perfil de neutralidad desde el comienzo del conflicto.

Lavrov destacó desde Nueva Delhi la voluntad de las autoridades ucranianas para renunciar a su adhesión a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), a las armas nucleares y, en general, para declararse «neutral», reivindicación excluyente de Moscú durante estos últimos meses en las conversaciones, según consignó la agencia Interfax.

Asimismo el diplomático expresó que detectó «más comprensión» en lo que se refiere a la península de Crimea, otro de los puntos neurálgicos de las exigencias del Kremlin.

Las negociaciones ruso-ucranianas para intentar poner fin al conflicto se reanudaron hoy, informó más temprano el negociador en jefe del Kremlin, Vladimir Medinski.

El negociador ruso publicó tres fotografías de estas discusiones, que del lado de Moscú se llevaban a cabo en una oficina de la administración presidencial, recogió la agencia de noticias AFP.

Rusia debe responder a una serie de propuestas ucranianas con vistas a un acuerdo. Kiev propone la neutralidad de Ucrania y renunciar a adherirse a la OTAN, a cambio de que otro países garanticen su seguridad frente a Rusia.

También propuso negociaciones para resolver el estatus del Donbass ucraniano y de Crimea.

La región del Donbass, limítrofe con Rusia, contiene las provincias de Lugansk y Donetsk, de población mayoritariamente rusoparlante que según Moscú fue atacada de manera «criminal» por el Gobierno de Ucrania.

Según Rusia, Kiev no aplicó las medidas a las que se había comprometido en los acuerdo de paz de Minsk de 2014 y 2015, que incluían permitir la elección libre de autoridades regionales y la enseñanza púbica del idioma ruso.

Frente al no cumplimiento de aquellos acuerdos, firmados por Ucrania, Rusia, Alemania y Francia, las provincias separatistas se alzaron en armas y comenzaron una guerra interna con el ejército ucraniano que, según cifras de la ONU, dejó al menos 14.000 muertos en ocho años.