Rusia le exigió a Estados Unidos una relación de «mutuo respeto»

El canciller de Rusia, Serguei Lavrov, afirmó que su país quiere relaciones basadas en el «respeto mutuo» con Estados Unidos en la antesala de la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU para abordar las tensiones en torno a Ucrania, mientras el Reino Unido busca presionar con sanciones a un «amplio rango» de actividades económicas de Moscú.

Paralelamente, Kiev reclamó a Moscú «continuar con su compromiso diplomático y retirar las fuerzas militares desplegadas en la frontera» común si es que habla «en serio» cuando sostiene que no quiere «una nueva guerra».

«Queremos relaciones buenas, equitativas, de respeto mutuo con Estados Unidos, como con todos los países del mundo», declaró Lavrov.

«Aprendiendo de una experiencia amarga, no queremos permanecer en una posición en la que nuestra seguridad se vea infringida diariamente», añadió.

En las últimas semanas, la tensión entre Estados Unidos y Rusia fue en aumento después de que las potencias occidentales acusaran a Moscú de haber concentrado a 100.000 soldados en la frontera con Ucrania con el objetivo de invadir la exrepública soviética.

La Casa Blanca advirtió que Rusia podría efectuar una invasión en cualquier momento, pero el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, pidió a sus aliados occidentales que no siembren el «pánico».

Por su parte, alegando que la OTAN se está expandiendo hacia el este de Europa, el Kremlin, que niega cualquier intención de invasión, planteó entre sus exigencias que la Alianza atlántica no admita nuevos miembros -sobre todo Ucrania- y un repliegue a las posiciones militares de 1997.

Sobre esto, Lavrov indicó que la línea de defensa de la OTAN «continúa moviéndose hacia el este» y que está ya «muy cerca» de Ucrania.

El ministro además señaló que Ucrania «no está preparada» para adherirse a la Alianza y que, en cualquier caso, su incorporación no «contribuiría a un refuerzo de la seguridad de la OTAN».

En tanto, el canciller ucraniano, Dmytro Kuleba, afirmó que «si los responsables rusos hablan en serio cuando dicen que no quieren una nueva guerra, Rusia debe continuar con su compromiso diplomático y retirar las fuerzas militares desplegadas en la frontera con Ucrania y en los territorios temporalmente ocupados de Ucrania».

«La diplomacia es la única vía responsable para que esto no pase a mayores», agregó Kuleba en Twitter.

Mientras avanzan los canales diplomáticos para lograr un consenso entre las partes, por ahora lejos de alcanzarse, las potencias occidentales plantean imponer nuevas sanciones contra el Kremlin.

 

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En ese sentido, el Reino Unido adelantó que la semana próxima va a presentar un proyecto de ley de sanciones orientado a un «amplio rango» de actividades económicas rusas.

La ministra de Relaciones Exteriores británica, Liz Truss, afirmó que la iniciativa amplía la batería de sanciones de Londres para abarcar a «cualquier empresa de interés para el Kremlin y el régimen de Rusia».

«No va a haber ningún lugar donde esconderse para los oligarcas de (el presidente ruso, Vladimir) Putin», aseveró Truss.

«Vamos a anunciar al final de esta semana una mejora de la legislación de sanciones para que podamos golpear un amplio rango de intereses rusos de importancia para el Kremlin», explicó la funcionaria.

Esto va en sintonía con lo anticipado por el presidente estadounidense, Joe Biden, y obviamente con la visión del primer ministro británico, Boris Johnson, que sostuvo que en los próximos días le propondrá a la OTAN que despliegue soldados para responder al incremento de la «hostilidad rusa» hacia Ucrania.

 

Reunión del Consejo de Seguridad de la ONU

En las próximas horas habrá una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, convocada por Estados Unidos ante lo que considera la «amenaza clara» que representa Rusia para «la paz y la seguridad internacionales».

La cita, que se celebrará en público en Nueva York, será la primera ocasión en que el máximo órgano de decisión de la ONU aborde oficialmente las actuales tensiones.

En este contexto, el vocero del Kremlin, Dmitri Peskov, exhortó a Estados Unidos a dejar de exacerbar las tensiones en torno a Ucrania.

Destacó que «la histeria que promueve Washington, provoca histeria en la propia Ucrania» y este es «el lado oscuro, muy pernicioso y dañino de la campaña llevada a cabo por Washington».

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«Nosotros criticamos esta actitud y llamamos a Washington y sus aliados en el continente europeo a que la abandonen y que tomen una postura constructiva, tranquila y equilibrada», declaró el funcionario ruso.

Peskov denunció que «en los últimos meses los medios estadounidenses publican una gran cantidad de información no verificada, distorsionada y deliberadamente falsa en relación con Ucrania» y llamó a tratar semejantes publicaciones de la manera correspondiente.

En tal sentido, comentó las publicaciones de la CNN de que la Casa Blanca está supuestamente «descontenta» con las declaraciones del presidente ucraniano, Vladímir Zelenski, quien dijo la semana pasada que Kiev no ve una escalada superior a la que ya existía en Ucrania y considera que la amenaza se exagera.

De acuerdo con Lavrov, Rusia no excluye que el objetivo de la «histeria» sea encubrir a Ucrania del sabotaje de los Acuerdos de Minsk, que abren la vía para una solución pacífica del conflicto en Donbass.

 

Los cancilleres de Rusia y Estados Unidos hablarán mañana

El ministro de Exteriores de Rusia, Serguei Lavrov, mantendrá mañana una conversación telefónica con su par de Estados Unidos, Antony Blinken, declaró hoy la vocera de la Cancillería rusa, María Zajarova, mientras el pulso político aumenta en torno de la situación de Ucrania.

«El martes (1 de febrero) se celebrará una conversación telefónica entre Lavrov y Blinken», aseguró Zajarova, quien precisó que por ahora no se prevé una reunión presencial.

El anuncio se produce un día después de que la secretaria de Estado adjunta de Estados Unidos, Victoria Nuland, adelantara que Blinken y Lavrov podrían posiblemente mantener conversaciones la semana próxima.

La número dos del Departamento de Estado agregó que su gobierno ve «ciertos indicios de que Rusia tiene interés por los contactos sobre las propuestas» estadounidenses de seguridad.

El primer encuentro presencial entre Blinken y Lavrov fue el 21 de este mes, cuando abordaron las iniciativas sobre la seguridad que Rusia había presentado formalmente el pasado 19 de diciembre a los estadounidenses.

Desde principios de enero, Rusia negocia con Estados Unidos un «acuerdo creíble y vinculante de garantías recíprocas de seguridad», mientras la presión con Moscú por el conflicto con Ucrania sigue en aumento.

En este contexto, Moscú demanda la renuncia a la ampliación de la OTAN en el este de Europa, al despliegue de armas ofensivas cerca de sus fronteras y la retirada de tropas y material bélico de Bulgaria y Rumania.

Estados Unidos tiene desplegados misiles en la localidad polaca de Redzikowo, a unos 180 kilómetros del enclave ruso de Kaliningrado, y en el poblado rumano de Deveselu, a unos 600 kilómetros de la península de Crimea.

El Gobierno de Biden entregó el 26 de enero su respuesta escrita a las iniciativas de Rusia, pero pidió no hacerla pública.

Las autoridades rusas, por su parte, comunicaron que se tomarán un tiempo antes de sacar conclusiones sobre la respuesta de Estados Unidos y la OTAN.

Las negociaciones entre las dos potencias se llevan a cabo en medio del envío de grandes cantidades de armas a Ucrania por parte de los países de la OTAN.

 

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Según fuentes estadounidenses, la convocatoria busca que la comunidad internacional presione a Rusia en favor de una salida negociada y, a la vez, dar a Moscú una oportunidad para explicar ante el resto de las potencias su comportamiento.

Sin embargo, el Kremlin no ve en la convocatoria ningún tipo de buena voluntad y acusa a la Casa Blanca de llevar el asunto ante Naciones Unidas en base a «alegaciones y suposiciones sin fundamento».

El embajador adjunto de Rusia ante la ONU, Dmitry Polyanskiy, confió el viernes pasado en que el resto de los Estados miembros «no apoyarán este claro truco de relaciones públicas, bochornoso para la reputación del Consejo de Seguridad de la ONU».

El debate servirá principalmente para que cada país presente oficialmente su postura ante la actual crisis y no se espera ningún tipo de resultado concreto ante el poder de veto de sus miembros permanentes que impide el avance de cualquier resolución.

En paralelo, siguen los diálogos entre los distintos países involucrados: la ministra de Defensa de Canadá, Anita Anand, viajó a Ucrania para reunirse con su par de ese país, Alexéi Réznikov, luego de una ampliación de la operación militar canadiense que apoya al Ejército ucraniano con el despliegue autorizado de hasta 400 efectivos adicionales.

No será el único viaje de funcionarios al centro del conflicto: el 7 y 8 de febrero está previsto que lleguen a Kiev los ministros de Relaciones Exteriores de Francia, Jean-Yves Le Drian, y Alemania, Annalena Baerbock, para continuar analizando la situación económica y las tensiones en la frontera.

Rusia también tiene previsto mantener activo el canal diplomático: en los próximos días enviará a los países de la OTAN y de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) «una solicitud oficial que los inste a precisar cómo piensan poner en marcha su compromiso de no reforzar su seguridad en detrimento de la seguridad de los demás».