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Rusia lanzó una gran ofensiva en Donbass

Durante la noche Moscú realizó «decenas» de ataques aéreos en la región del Donbass. También espera en las próximas horas tomar el control de Mariúpol.

Rusia inició su largamente anunciada ofensiva a gran escala terrestre y aérea en la región del este de Ucrania conocida como Donbass, a casi dos meses del inicio de la invasión y en medio de intensos combates y de bombardeos rusos en Lugansk y Donetsk, las dos localidades que forman parte de esa región.

«Ahora podemos decir que las tropas rusas han comenzado la batalla por el Donbass, para la que se estuvieron preparando durante mucho tiempo. Una gran parte del Ejército ruso se dedica ahora a esta ofensiva«, sostuvo el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, en declaraciones en Telegram.

Minutos antes, autoridades del Donbass informaron de fuertes enfrentamientos y bombardeos rusos en varias localidades de Lugansk y Donetsk, las dos provincias que forman de la región industrial fronteriza con Rusia donde la mayor parte de la población habla ruso.

Las declaraciones de Zelesnki llegaron al término de una jornada que comenzó con ataques rusos con misiles contra instalaciones militares en la occidental ciudad ucraniana de Leópolis y otros numerosos objetivos en otras partes del país, interpretados como un esfuerzo por reducir las capacidades militares de Ucrania antes de lanzar su asalto en el Donbass.

A fines de marzo, y anunciando el fin de la primera etapa de su invasión, Rusia retiró sus tropas de Kiev y otras regiones del norte de Ucrania para abocarlas a la «liberación» del Donbass, donde separatistas rusoparlantes controlan extensos territorios y combaten al Ejército ucraniano desde 2014, en rechazo a la destitución del entonces Gobierno prorruso por una ola de protestas.

Más de 14.000 personas murieron en ese conflicto, de acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), y el presidente ruso, Vladímir Putin, enfatizó que uno de los fines de la ofensiva en Ucrania es proteger a la población rusoparlante del Donbass del «genocidio» que, según él, cometieron allí las nuevas autoridades prooccidentales de Kiev, a las que tilda de «neonazis», en los últimos ocho años.

«No importa cuántos soldados rusos traigan hasta aquí, lucharemos. Nos defenderemos», aseguró Zelesnki.

Poco antes, el gobernador de Lugansk, Serguei Gaidai, informó de «combates incesantes» en varias ciudades de la provincia.

«Esto es un infierno. Ha comenzado la ofensiva de la que llevamos semanas hablando», indicó en Facebook. 

«Hay combates en Rubizhne y Popasna, combates incesantes en otras localidades pacíficas», agregó en Telegram, informó la agencia de noticias AFP.

Y completó: «Cuatro personas murieron en Kreminna, una pequeña ciudad de Lugansk tomada por las fuerzas rusas».

Por su parte, el gobernador de Donetsk, Pavlo Kyrylenko, también confirmó «la muerte de otros cuatro civiles en tres localidades de la provincia».

Más temprano, el Departamento de Defensa de Estados Unidos precisó que Rusia sumó artillería, decenas de miles de soldados y otras capacidades militares en días recientes para su ofensiva en el Donbass, y que podría disponer aún de más tropas si termina de conquistar -algo que parece inminente- la sureña ciudad portuaria de Mariúpol, ubicada en esa región.

En tanto, Rusia anunció hoy que llevó a cabo «decenas» de bombardeos nocturnos en el este de Ucrania.

El Ministerio de Defensa ruso indicó que «misiles de alta precisión de las fuerzas rusas neutralizaron 13 posiciones ucranianas en diferentes partes de la región esteña del Donbass», incluyendo la ciudad clave de Sloviansk, en el inicio del día 55 de la invasión.

Además, detalló que otros bombardeos «tuvieron por blanco 60 objetivos militares de Ucrania», incluidas localidades cercanas a la línea del frente oriental.

De acuerdo con el comunicado, recogido por las agencias de noticias AFP y Sputnik, las tropas rusas destruyeron dos almacenes que contenían misiles tácticos Tochka-U en Chervona Poliana, en la región de Lugansk (este), y en Balakliia, en la región de Járkov (noreste).

Los ataques se concretaron a lo largo de un amplio frente en el este de Ucrania como parte de una ofensiva terrestre a gran escala para tomar el control del corazón industrial del este del país en lo que las autoridades ucranianas llamaron «una nueva fase de la guerra».

El Estado Mayor de Ucrania señaló que las fuerzas rusas están concentrando sus esfuerzos en tomar el control total de la región del Donbass. «Los ocupantes intentaron romper nuestras defensas a lo largo de casi toda la línea del frente», manifestó el Estado Mayor en un comunicado.

Los asaltos intensificados comenzaron ayer a lo largo de un frente de más de 480 kilómetros (300 millas), enfocados en las regiones de Donetsk y Lugansk, con las fuerzas rusas tratando de avanzar en varias secciones, incluso desde la vecina región de Járkov.

«Un total de 1.260 objetivos militares fueron alcanzados por misiles y artillería durante la noche», detalló por su parte el ministerio de Defensa ruso.

«Los sistemas de defensa aérea rusos abatieron un caza ucraniano MiG-29 cerca de la localidad de Malinivka en la región de Donetsk», indicó el comunicado.

Además, el portavoz de las milicias de la denominada República Popular de Donetsk (una de las provincias prorrusas del este de Ucrania), Eduard Basurin, informó hoy que grupos especiales comenzaron el asalto de la planta Azovstal, en la sitiada ciudad de Mariúpol, refirió Sputnik.

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Mariúpol, a horas de caer

Completamente devastada por siete semanas de asedio, bombardeos y enfrentamientos callejeros, la estratégica Mariupol está controlada casi por completo por el Ejército ruso, y los últimos combatientes que la defienden, estimados en unos pocos miles, están atrincherados y rodeados en una enorme planta de producción de acero.

Los combatientes, entre los que según Rusia hay tropas ucranianas y mercenarios europeos, ignoraron ayer un ultimátum del Ejército ruso para rendirse y preservar sus vidas.

«Que yo sepa, ya comenzó su trabajo una parte de los grupos de asalto, que fueron seleccionados específicamente para atacar este objetivo», aserguró Basurin al canal de televisión Rossiya 24.

La captura de Mariúpol sería de gran importancia para Rusia, pues le permitiría liberar a miles de soldados para que se sumen a la operación en el Donbass.

Los soldados, que llegaron a Mariupol por el suroeste desde la península ucraniana de Crimea, podrían avanzar, tras la eventual caída de la ciudad, hacia el noreste, hacia la retaguardia de las fuerzas ucranianas en el Donbass, que quedarían encerradas entre ellas y otras tropas rusas y los separatistas prorrusos.

Rusia se anexionó Crimea en 2014. Mariúpol se encuentra sobre el mar de Azov, que a su vez es parte del mar Negro. 

Con la conquista de la ciudad, Rusia controlaría los puertos más importantes de Ucrania salvo Odesa, ubicada más al oeste, virtualmente bloqueando la salida al mar de Ucrania e impidiendo la mayor parte de sus exportaciones.

Casi toda la ciudad está en ruinas y sus autoridades calculan que la ofensiva rusa provocó al menos 21.000 muertos.

Además se estima que unas 100.000 personas permanecen atrapadas en Mariúpol -que antes de la guerra tenía una población de 450.000-, sin agua, alimentos, luz ni calefacción.

Autoridades confirmaron que siete personas murieron y once resultaron heridas en los ataques de hoy en Leópolis, la sexta ciudad más grande de Ucrania, que sufrió muy pocos bombardeos en casi dos meses de guerra y que se convirtió en refugio para los civiles huidos de zonas de combates más intensos. Estados Unidos y muchos países trasladaron allí sus embajadas desde Kiev, la capital.

Dada su cercanía con Polonia, la ciudad es la principal puerta de entrada de las armas suministradas por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) a Ucrania y de combatientes extranjeros que se unen a la resistencia ucraniana, muchos de ellos procedentes de países de la Unión Europea (UE). 

También hoy, en tanto, Zelenski envió al embajador de la UE en Kiev dos voluminosos expedientes, incluyendo las respuestas a un cuestionario, que contienen la demanda de adhesión de Ucrania al bloque, como primer paso para obtener una membresía acelerada, un deseo que fue fuente de gran irritación para Rusia durante años

Sin embargo, Zelenski se ofreció a abandonar cualquier intención de Ucrania de adherirse a la OTAN, una de las exigencias centrales de Rusia para poner fin a su ofensiva.

Los ataques con misiles rusos en Leópolis alcanzaron tres instalaciones de infraestructura militar y una gomería, admitió el gobernador de la región, Maksim Kozitski, quien agregó que entre los heridos había un niño.

El Ministerio de Defensa ruso, por su parte, afirmó en un comunicado que los ataques en Leópolis fueron con «misiles de alta precisión» y destruyeron un importante «centro logístico e importantes lotes de armamento extranjero, entregados a Ucrania en los últimos seis días por Estados Unidos y países europeos».

La guerra, lejos de terminar

Rusia sostuvo que la dinámica de las negociaciones de paz para poner fin al conflicto bélico en Ucrania «deja mucho que desear» y afirmó que la invasión «va de acuerdo al plan» mientras la ONU también se declaró pesimista al respecto.

En declaraciones ante la prensa recogidas por la agencia de noticias rusa Interfax, el vocero del Kremlin, Dimitri Peskov, expresó que Ucrania «no demuestra una constancia especial» en los puntos que acuerdan ambas partes.

«La posición cambia a menudo y, por supuesto, la dinámica del progreso en el proceso de negociación deja mucho que desear», refirió.

Peskov recordó que la «operación militar especial» -el eufemismo ruso para referirse a la invasión- continúa y, según el mandatario Vladímir Putin, «va de acuerdo al plan».

Más tarde, el número dos de la delegación rusa en la ONU, Dimitri Polianski, reiteró que «no hay perspectiva» de negociación con Ucrania «en las actuales condiciones» y denunció «flagrantes actos de espionaje» por parte del personal de la misión de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) en la región del Donbass.

En paralelo, el mediador especial de la ONU para Ucrania y secretario general adjunto de la ONU para Asuntos Humanitarios, el británico Martin Griffiths, reconoció que lograr acuerdos para un alto del fuego humanitario puntual en determinadas regiones «no está en el horizonte en este momento».

«No hay ningún alto del fuego en el horizonte en este momento, pero podría estarlo en unas semanas, quizás en algo más de tiempo», expuso Griffiths en conferencia de prensa en la sede de la ONU en Nueva York, recogida por la cadena CNN y replicada por la agencia de noticias Europa Press.

Griffiths agregó que tiene previsto viajar esta misma semana a Turquía para reunirse con el presidente, Recep Tayyip Erdogan, a fin de buscar fórmulas con las que la ONU pueda apoyar el proceso de negociación entre Ucrania y Rusia.

El funcionario indicó que Turquía podría ser la anfitriona de un «grupo de contacto humanitario», un foro de estudio de fórmulas para garantizar el envío de ayuda humanitaria a la población necesitada.

Ucrania ya habría aprobado la propuesta y Griffiths espera que también lo haga próximamente Rusia.

El pasado 28 de marzo secretario general de la ONU, el portugués António Guterres, anunció el nombramiento de Griffiths como mediador para lograr un «alto del fuego humanitario» para Ucrania.