España levantó el domingo el trofeo más preciado después de conquistar el primer Mundial femenino de su historia al derrotar 1-0 a Inglaterra en una vibrante final ante 75,000 espectadoras.
Las jugadoras en el campo y todo el banquillo saltaron al sonar el pitazo final de la final, que enfrentó a dos selecciones que nunca habían sido finalistas de un Mundial femenino.
Hubo lágrimas y abrazos cuando las jugadoras corrieron a celebrar la conquista del campeonato.
La lateral izquierda Olga Carmona marcó el gol de la victoria de «la Roja» en el minuto 29 tras un servicio de Mariona Caldentey para adjudicarse la copa del Mundial de Australia y Nueva Zelanda.
Carmona recibió tras el partido la noticia del fallecimiento de su padre, anunció la Federación Española en un comunicado, sin ofrecer más detalles.
La jugadora había dedicado su tanto a la madre de una de sus mejores amigas que había fallecido también recientemente.
España se llevó también el premio a la mejor jugadora del torneo para su centrocampista Aitana Bonmatí y el de mejor jugadora joven para la atacante Salma Paralluelo.
«No tengo palabras. Estoy muy orgullosa, hicimos un gran torneo», declaró Bonmatí para la BBC tras recibir el galardón.
La final se disputó en el Stadium Australia de Sídney, abarrotado de aficionados entusiastas alentando a ambos equipos.
«Estoy orgullosísimo de este equipo, es difícil de describir, es una inmensa alegría», expresó el entrenador Jorge Vilda a la televisión pública española, nada más acabar la final en Sídney frente a Inglaterra.
«Hemos demostrado que podemos jugar, que sabemos sufrir, que este equipo ha creído y somos campeonas del mundo», añadió el seleccionador español.
Fuente: El Economista