El predominio del hemisferio norte en el comercio mundial golpea fuerte a los exportadores de América Latina, quienes no encuentran espacios en buques cargueros o vieron reducida la frecuencia de estos, algo que pone en riesgo sus exportaciones y aumenta los costos para llevar a término sus contratos.
Perú y Colombia lo padecen con el café; Ecuador con la banana y el camarón; Chile con las frutas frescas; y Uruguay por su dependencia con Argentina.
«Los contratos son a precio FOB (siglas que designan el valor de la mercancía puesta en el puerto de embarque, incluyendo el flete hasta el puerto de destino) y los costos los asume el importador. Esta coyuntura ha encarecido los costos y algunos compradores se han resistido a pagar esos precios y otros inclusive han cancelado contratos», explicó Lorenzo Castillo, gerente de la Junta Nacional de Café en Perú.
«Eso ha afectado seriamente a las organizaciones cooperativas y pequeñas empresas, porque les está generando graves problemas internos, sobrecostos financieros de almacenaje y tienen problemas de liquidez para atender a los productores socios que le entregaron su café a cuenta de que, hecha la operación, les reintegren o les abonen», agregó.
Por su parte, Javier Diaz, presidente de la Asociación Nacional de Exportadores (Analdex) de Colombia, señaló: «No hay suficientes contenedores para embalar el café y el azúcar. Además, antes un barco que hacía una operación Asia-América en 40 días, ahora lo hace en 75, por lo que la regularidad en las frecuencias no se está cumpliendo y estos dos productos no pueden salir en los tiempos requeridos».
Y continuó: «Eso ha llevado a que algunos exportadores se muevan hacia el puerto de Cartagena, principalmente, y al de Santa Marta. No obstante, Cartagena está recibiendo mayor cantidad de carga y la operación también se vuelve compleja allá, pero esa es la manera de solucionar en parte del problema, asumiendo mayores costos de transporte interno, pero para cumplir con los compromisos en el exterior les ha tocado hacer esto», apuntó.
A su turno, Felipe Rivadeneira, presidente del directorio de la Federación Ecuatoriana de Exportadores (Fedexpor), afirmó: «En Ecuador esta situación nos golpea con mayor fuerza, porque nuestra economía está dolarizada y no tenemos posibilidad de aplicar devaluaciones a la estructura de costos, sobre todo cuando el precio de los fletes se ha incrementado 10 veces».
«Los espacios cada vez se reducen más y hay un claro predominio del comercio mundial en el hemisferio norte, lo cual ha hecho que el hemisferio sur tenga muchos inconvenientes. Las rutas a esta parte del mundo son escasas y poco atractivas para las empresas de transporte que también fueron golpeadas en su momento y que ahora están tratando de recuperar y maximizar sus rendimientos. Estamos buscando soluciones multimodales para enfrentar este grave problema que está viviendo el mundo, sobre todo el hemisferio sur», puntualizó.
En tanto, Ronald Bown, presidente de la Asociación de Exportadores de Frutas de Chile (ASOEX), aseguró: «Vemos con preocupación los problemas en la logística de exportaciones, tanto a nivel local, como la congestión que se está provocando en los puertos de destino, siendo el principal la falta de contenedores refrigerados, esenciales para que la fruta fresca de Chile llegue en óptimas condiciones a mercados tan lejanos como China».
«Estamos a inicios de la temporada 2021-2022 y aún los problemas no son críticos, pero esperamos que se puedan sobrellevar de la mejor forma en la época alta de exportaciones, siendo un período particularmente difícil el envío de cerezas a China, entre diciembre y principios de enero, y luego, las exportaciones de uva de mesa hacia Estados Unidos, zona en donde hoy existe una alta congestión en los puertos de entrada», enfatizó.
Por último, Gabriel Rozman, presidente de la Cámara de Comercio Uruguay-China (CCUCH), indicó: «Tenemos dificultad para conseguir contenedores porque Argentina no compra ni vende a los niveles prepandemia, y debido a eso los containers [vacíos] no llegan acá».
«Hemos tenido un aumento de cerca del 30% con respecto a 2020 en los envíos de carne bovina, que sale a tiempo y en contenedores refrigerados, pues el gobierno les da prioridad. En general, nada perecible ha tenido un atasco grave, ni siquiera la pesca”, completó.
Los exportadores latinoamericanos no solo se enfrentan a una ardua búsqueda de espacios libres y contenedores, como consecuencia de los problemas que enfrenta la cadena de suministro global, sino también la escasez de insumos, materias primas y equipo para realizar sus actividades con normalidad.