El gobernador republicano de Texas, Greg Abbott, ordenó el cierre de seis puntos de cruce fronterizo con México para «impedir que las caravanas de migrantes infesten» el estado, aunque posteriormente se retractó y acusó al Gobierno de Joe Biden por la confusión.
«He ordenado al Departamento de Seguridad Pública y a la Guardia Nacional de Texas que aumenten su personal y sus vehículos para cerrar seis puntos de ingreso a lo largo de la frontera sur para impedir que las caravanas de migrantes infesten nuestro estado», afirmó en un primer comunicado Abbott.
«La burda negligencia del Gobierno de Biden en su tarea de asegurar la frontera es pasmosa», continuó el gobernador de 63 años.
Sin embargo, pocas horas después, en otra declaración, el gobernador republicano cambió el discurso: «Seis horas después de que la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) solicitó la ayuda de Texas para cerrar los puertos de entrada y asegurar la frontera, la Administración Biden ahora ha cambiado a una estrategia diferente que abandona la seguridad fronteriza y, en cambio, facilita que las personas crucen ilegalmente», explicó.
Ante esto, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) aclaró que no busca ayuda del estado de Texas para cerrar los puntos de entrada en la frontera entre México y Estados Unidos.
«Sería una violación de la ley federal que la Guardia Nacional de Texas lo hiciera unilateralmente», dijo la portavoz del DHS, Marsha Espinosa.
Este fuego cruzado aumenta la confusión en la frontera texana, donde se reunieron miles de inmigrantes, muchos de ellos haitianos, bajo el puente internacional que conecta las ciudades de Del Río (Texas) y Ciudad Acuña (México).
No obstante, Abbott le ordenó al Departamento de Seguridad Pública de Texas y a la Guardia Nacional de Texas que «mantengan su presencia en los puertos y sus alrededores de entrada para disuadir los cruces».
El congresista texano Tony Gonzales, quien visitó el campamento de migrantes en el Puente Internacional en Del Río y estimó que cerca de 8.300 los indocumentados están a la espera de ser atendidos por la Patrulla Fronteriza para solicitar asilo en Estados Unidos, calificó la situación como «crítica».
«La comunidad de Del Río y nuestros agentes de la Patrulla Fronteriza hacen todo lo que pueden, pero se encuentran en un momento crítico. La única forma de que termine esta crisis es con un cambio de política de la Casa Blanca», opinó.
La CBP informó que en agosto efectuó 208.887 detenciones de migrantes indocumentados en la frontera sur, un 317 % más que en agosto de 2020, cuando Trump todavía estaba en el poder.
Esta confusión sobre la situación en el puente de Del Río es un nuevo capítulo de la guerra entre el Gobierno federal y el de Texas en materia migratoria, algo que parece no tener fin.