Venezuela tiene desde hoy una nueva unidad monetaria, el bolívar digital, equivalente a un millón de los actuales bolívares soberanos, en el contexto de una prolongada hiperinflación, una sostenida escasez de moneda local en efectivo y una dolarización de hecho de buena parte de la economía.
La medida, que no implica otra clase de reformas monetarias ni cambiarias, persigue el único objetivo de simplificar las cuentas y los registros, según coincidieron el Banco Central de Venezuela (BCV) y economistas privados.
La mayor novedad, en todo caso, consiste en el propósito oficial de que la nueva moneda tenga mayor circulación a través de sistemas electrónicos de pagos que de papel impreso, lo que solucionaría el problema de la escasez y haría las transferencias más seguras y menos costosas.
Será el tercer cambio de signo monetario en la historia del país, tras el paso del bolívar al bolívar fuerte (equivalente a 1.000 de los anteriores, el 1 de enero de 2008) y el del bolívar fuerte al bolívar soberano (igual a 100.000 de los precedentes, el 20 de agosto de 2018).
De ese modo, un bolívar digital equivaldrá a 100 billones de los bolívares que tuvieron curso legal entre 1879 y 2008.
También será el segundo cambio de unidad monetaria en medio del proceso hiperinflacionario iniciado en noviembre de 2017 y aún vigente, con tasas anuales de aumento de los precios minoristas de 2.587,7% ese año, 1.698.488,2% en 2018, 7.374,4% en 2019, 3.717,0% en 2020 -según datos oficiales- y proyectada en 5.500% para este año por el Fondo Monetario Internacional (FMI).
En ese contexto, Venezuela sufre desde hace años una escasez de moneda local en efectivo -porque el circulante no crece al mismo ritmo que los precios- y buena parte de su economía se dolarizó, sobre todo desde que el 29 de agosto de 2019 se restableciera la libre convertibilidad del bolívar después de 16 años de un severo régimen de control cambiario.
El billete actual de más alta denominación es el de un millón de bolívares soberanos -circula desde marzo pasado, junto al de 200.000 y el de 500.000- pero resulta insuficiente cuando el costo mensual de la canasta básica alimentaria era en agosto de 953,9 millones de bolívares soberanos (equivalentes entonces a 232,80 dólares), según el último reporte mensual del Centro de Documentación y Análisis para los Trabajadores (Cenda), y un dólar se compraba hoy a 4,25 millones de bolívares soberanos, según el sitio especializado Dolar Today.
La reconversión «no afecta el valor de la moneda» pues «el bolívar no valdrá ni más ni menos, solo que para facilitar su uso se está llevando a una escala monetaria más sencilla», explicó el BCV en un comunicado.
«A partir de hoy el bolívar seguirá valiendo exactamente lo mismo, no va a valer más ni menos», remarcó la vicepresidenta ejecutiva del Gobierno, Delcy Rodríguez, en Twitter.
«Es lo mismo, el dólar quedaría en cuatro bolívares», coincidió el economista Aldo Contreras y subrayó que se trata únicamente de «un cambio nominal».
Rosamnis Marcano, otra economista, afirmó que solo «es un cambio contable y su principal beneficio es facilitar las transacciones», aunque además lamentó que la reconversión no esté «acompañada de un programa macroeconómico para salir de la hiperinflación y restablecer la confianza en el bolívar».
Por su parte, Hermes Pérez, también economista y docente de la Universidad Metropolitana, vaticinó que «en seis meses ya no van a ser útiles» las monedas y los billetes de más baja denominación del bolívar digital y que el nuevo signo monetario «tendrá una vida útil de tres años».
Venezuela tenía 42 líneas móviles por cada 100 habitantes a fines de 2019, según el último balance de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel, gubernamental), muy lejos, por ejemplo, de las 125 líneas por cada 100 personas que la Argentina tenía en el mismo período y seguía teniendo en el primer trimestre de este año, según el Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom).