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Viruela del mono: 10 razones para ser optimistas

Ni siquiera quedó atrás la pandemia de covid-19, y la viruela del mono irrumpió con fuerza. Pero es endémica en algunos países de África.

La viruela del mono, una rara enfermedad viral endémica solo en algunos países de África Occidental y Central, llegó por primera vez a Europa, también a América y Oceanía, pero por el momento está lejos de convertirse en una pandemia, tal como ocurrió con el coronavirus.

Según la base de datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) hasta hoy se confirmaron cerca de 150 casos en Australia, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Reino Unido, Francia, Alemania, Israel, Italia, Nueva Zelanda, Portugal, España, Suiza, Suecia y Estados Unidos; y además más de 100 casos sospechosos en estos países y en otros tres: Argentina,  Austria y Grecia.

El primero apareció en Reino Unido y fue notificado el 7 de mayo. El paciente había realizado un viaje reciente a Nigeria, donde se cree que contrajo el virus antes de regresar a su país.

La detección del virus en multitud de pacientes y en poblaciones separadas por todo el mundo en pocos días provocó una lógica alerta científica, sanitaria, administrativa y social. 

Los casos notificados hasta el momento no tienen vínculos de viaje establecidos a áreas endémicas, pero es posible que algún evento multitudinario reciente haya actuado como foco amplificador.

Las investigaciones epidemiológicas están en curso. A medida que aumenta la vigilancia en países no endémicos es muy probable que sean identificados y confirmados más casos de viruela del mono.

Sin duda, la situación apunta a que estamos al principio de una posible epidemia y que es importante crear conciencia social, brindar orientación técnica, afianzar y apoyar a los sistemas de vigilancia y diagnóstico, prevenir el desarrollo del brote, proteger a los agentes sanitarios e informar sobre las características de la enfermedad.

Es necesario mantener la alerta y ser precavidos, pero existen 10 razones para ser optimistas. 

1. Es un virus conocido

No estamos ante un nuevo agente patógeno desconocido, ya que el virus fue descubierto en 1958, cuando ocurrieron dos brotes de una enfermedad similar a la viruela en colonias de monos mantenidos para labores de investigación.

El primer caso humano de viruela del simio fue notificado en agosto de 1970 en la República Democrática del Congo. 

Desde entonces, el virus fue estudiado y se realizó un seguimiento de los casos y brotes que originó.

2. Es un virus relativamente estable

Es un virus de ADN relativamente grande que muta a menor velocidad que virus de ARN como los coronavirus o los virus de la influenza.

Los virus de ADN tienen mejores sistemas para detectar y reparar mutaciones que los virus de ARN, lo que significa que es poco probable que el virus de la viruela símica haya mutado repentinamente o que lo haga con una tasa elevada como para alcanzar una excelente transmisión humana o manifestar una variabilidad alta.

Esta situación provoca que, una vez superada la enfermedad, el individuo adquiera inmunidad a largo plazo contra el virus.

Hasta la fecha se caracterizaron dos clados genéticos del virus: el de África Occidental y el de África Central. Ambos están separados geográficamente y tienen diferencias epidemiológicas y clínicas definidas.

La secuencia de ADN muestra que el virus causante del brote actual es del tipo leve que circula por África Occidental y que está estrechamente relacionado con los virus de la viruela del simio detectados en Reino Unido, Singapur e Israel en 2018 y 2019.

3. Parte de la población mundial ya tiene cierto grado de inmunidad

El virus de la viruela del mono, el virus de la viruela humana y el virus vaccinia son ortopoxvirus estrechamente relacionados.

La exitosa campaña de vacunación contra la viruela humana acarreó que la enfermedad fuera declarada erradicada en 1980.

Los datos históricos apuntan a que la vacuna contra la viruela humana protege en torno a un 85% contra la viruela del simio, por lo que las personas que fueron vacunadas de viruela, que son gran parte de las que superan los 45 años, son menos vulnerables al virus.

4. Ya se conoce cómo se transmite la enfermedad

La transmisión zoonótica de animal a humano puede ocurrir por contacto directo con la sangre, fluidos corporales, mucosas o lesiones cutáneas de animales infectados. Comer carne cruda o mal cocida de animales infectados es un factor de riesgo. La transmisión de animal a humano también puede ocurrir por mordedura o arañazo.

La transmisión de persona a persona puede suceder por contacto cercano con gotitas de partículas y secreciones respiratorias, lesiones en la piel de una persona infectada u objetos recientemente contaminados.

La transmisión también puede ocurrir a través de la placenta de la madre al feto o durante el contacto cercano durante y después del nacimiento.

El virus ingresa al cuerpo a través de heridas en la piel, (aunque sean inapreciables), el tracto respiratorio o las membranas mucosas. Conocer las rutas de transmisión permite establecer medidas de prevención eficaces.

5. La transmisión entre humanos es considerada moderada y poco eficiente

Es la primera vez que se informa de cadenas de transmisión de la enfermedad en Europa sin vínculos epidemiológicos conocidos con África Occidental o Central. Los canales de transmisión más probables de la enfermedad son a través de gotitas y/o contacto con lesiones infectadas.

La mayoría de los casos aparecidos en Europa fueron en hombres jóvenes, muchos de los cuales se autoidentifican como hombres que tienen sexo con hombres.

La transmisión entre parejas aumenta debido al contacto íntimo durante las relaciones sexuales con lesiones cutáneas infecciosas, pero la probabilidad de transmisión entre individuos sin contacto cercano se considera baja.

6. La manifestación clínica de la viruela del simio suele ser leve

La viruela del mono suele ser una enfermedad autolimitada con síntomas que duran de 2 a 4 semanas.

Históricamente, la tasa de letalidad de la viruela del simio en el contexto africano osciló entre el 0 y 11% en la población general, y fue mayor entre los niños pequeños.

El clado de África Occidental, el tipo visto hasta ahora en Europa, tiene una tasa de letalidad de alrededor del 3,6 % (estimada a partir de estudios realizados en países africanos).

La mortalidad es mayor en niños, adultos jóvenes y personas inmunodeprimidas. Pueden ocurrir casos severos, pero la mayoría de las personas se recuperan de la enfermedad en pocas semanas.

7. Los síntomas de la enfermedad son característicos y evidentes

El virus es fácil de rastrear porque, a diferencia del SARS-CoV-2, que puede propagarse de forma asintomática, la viruela símica no suele pasar desapercibida. En gran medida por las lesiones cutáneas que provoca.

Además, la sintomatología (fiebre, dolor de cabeza intenso, inflamación de los ganglios linfáticos, dolor de espalda, dolores musculares y decaimiento) facilita el diagnóstico de la enfermedad y la detección de personas infectadas.

Del primer al tercer día de aparecer la fiebre surge una erupción cutánea característica, que afecta a la cara (en el 95% de los casos), y las palmas de las manos y las plantas de los pies (en el 75%). También se ven afectadas las mucosas orales, los genitales y las conjuntivas, así como la córnea.

La erupción evoluciona secuencialmente de máculas (lesiones con una base plana) a pápulas (ligeramente elevadas), vesículas (llenas de líquido claro), pústulas (llenas de líquido amarillento) y costras que se secan y se caen. El número de lesiones puede variar de unas pocas a varios miles.

8. Existen métodos de detección rápidos y eficaces

En numerosos laboratorios de Europa, América y África está bien establecida la detección del ADN del virus de la viruela del simio, mediante la reacción en cadena de la polimerasa en tiempo real, a partir de lesiones cutáneas sospechosas.

Las costras, los hisopos y el líquido de la lesión aspirado son preferibles a las muestras de sangre.

Los protocolos recientes de PCR en tiempo real pueden discriminar no solo el virus de la viruela del simio de otros orthopoxvirus, sino también los dos clados descritos.

9. Hay vacunas efectivas

Las vacunas originales de la viruela humana (primera generación) ya no están disponibles en el mundo, pero fueron desarrolladas nuevas dosis de segunda y tercera generación basadas en el virus vaccinia. Estas vacunas presentan actividad frente a la viruela humana y a la viruela del mono.

Las vacunas ACAM2000 y Aventis Pasteur Smallpox Vaccine (APSV) están basadas en virus vaccinia atenuado con capacidad de replicación y son administradas mediante la técnica de punción múltiple.

La vacuna Jynneos, nombrada cómo Imvanex en la Unión Europea e Imvamune en Canadá, es una vacuna de tercera generación que contiene un virus vaccinia Ankara modificado (MVA-BN) incapaz de replicarse en el cuerpo humano pero capaz de provocar una potente respuesta inmunitaria frente a la viruela humana y a la viruela del simio.

Jynneos es la única vacuna contra la viruela del simio y la viruela no replicante aprobada por la FDA para uso no militar.

10. Existen tratamientos antivirales efectivos

El Cidofovir y el Brincidofovir tienen actividad comprobada contra poxvirus en estudios in vitro y en animales. 

El Brincidofovir es un potente inhibidor de la ADN-polimerasa de gran variedad de virus de ADN bicatenario como es el caso del virus de la viruela del simio.

También el Tecovirimat (ST-246) es eficaz en el tratamiento de enfermedades inducidas por ortopoxvirus y los ensayos clínicos en humanos indican que el medicamento es seguro y tolerable con solo algunos efectos secundarios menores.

El Tecovirimat está indicado para el tratamiento de la viruela bovina, la viruela del mono y la viruela humana en adultos y niños con un peso corporal de 13 kg como mínimo.

La OMS considera «inadmisible» la estigmatización de personas

La Organización Mundial de la Salud consideró hoy «inaceptable e inadmisible la estigmatización de personas por esta enfermedad», a propósito de «mensajes que estigmatizan a ciertos grupos» ante el brote de viruela símica que se registró desde el 7 de mayo.

«Es inadmisible estigmatizar a las personas por una enfermedad. Es probable que el estigma solo empeore las cosas y nos impida terminar con este brote lo más rápido posible», sostuvo el organismo sanitario de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

«Queremos dejar muy claro que esto es inaceptable, cualquier persona que tenga contacto físico cercano de cualquier tipo con alguien con viruela del mono está en riesgo, independientemente de quiénes sean, qué hagan, con quién elijan tener relaciones sexuales o cualquier otro factor», añadió.

Asimismo, en la página web de la ONU, la OMS define a la viruela símica como «una enfermedad zoonótica viral, que puede transmitirse de animales a humanos. También se puede propagar de persona a persona».