Willie Walsh, el director general de la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA), que agrupa a unas 300 aerolíneas de todo el mundo, alrededor del 80% del sector, afirmó que las personas vacunadas contra el coronavirus deberían viajar internacionalmente «sin restricciones ni pruebas», al tiempo que consideró que sí «se les debería obligar a una prueba rápida de antígenos», en la apertura de la 77 asamblea de lo organización que se lleva a cabo en la ciudad estadounidense de Boston.
«Con el conocimiento que tenemos ahora, que es mucho mayor que cuando las restricciones fueron introducidas en febrero 2020, y el hecho de que la calidad de las pruebas ha mejorado de forma significante, el riesgo de contraer el coronavirus a bordo de una aeronave es extremadamente bajo», opinó Walsh.
Walsh sostuvo que IATA estudió el riesgo de que alguien con Covid-19 viaje internacionalmente y cambie la dinámica del coronavirus en ese país. «Claramente depende del nivel de infección y la tasa de vacunación, pero todo apunta a que el riesgo es muy, muy pequeño», remarcó.
El ejecutivo aeronáutico citó el ejemplo de Reino Unido, donde entre febrero y agosto de este año se realizaron 6,4 millones de pruebas PCR a viajeros internacionales, de las que solo 57 mil dieron resultado positivo.
«Supone una tasa de positividad de menos del 1% cuando al mismo tiempo, entre el público en general, la tasa de positividad era del 7%. Así que el riesgo no es que alguien que viaje vaya a cambiar la dinámica del coronavirus en el país al que vuela», reiteró.
IATA advirtió que el aumento de los costes de infraestructura para las aerolíneas, que solo durante la crisis de la pandemia llegó a 2.300 millones de dólares, «afectará la recuperación del sector» y «dañará las conexiones internacionales».
El incremento total de las tarifas de aeropuertos y proveedores de servicios de navegación aérea podría llegar a 23.000 millones de dólares, si se aprueban las propuestas que presentaron los gestores de infraestructuras.
A nivel global, la perspectiva de las aerolíneas muestra mejores resultados en medio de la continua crisis de Covid-19, y en ese sentido se espera que las pérdidas netas de la industria se reduzcan a US$ 11.600 millones en 2022, después de sufrir un quebranto de US$ 51.800 millones en 2021.
Las estimaciones de pérdidas netas registradas por las aerolíneas durante 2020 se revisaron hasta US$ 137,700 millones, en lugar de los US$ 126.400 millones que se habían anunciado, por lo que se espera que el rojo total de la industria en 2020-2022 alcance los US$ 201.000 millones.
En tanto, se estima que la demanda (medida en pasajeros por kilómetro transportado) se ubique en el 2021 en un 40% de los niveles de 2019 y aumente al 61% en 2022.
Así, el número total de pasajeros sería de 2.300 millones en 2021 y se extenderá a 3.400 millones en 2022, nivel similar al de 2014 y significativamente por debajo de los 4.500 millones de viajeros de 2019.
Se espera a la vez que la fuerte demanda de carga aérea continúe, con la demanda de 2021 en un 7,9% por encima de los niveles de 2019, creciendo a un 13,2% por encima de los niveles de 2019 para 2022.
«Para sobrevivir, las aerolíneas han reducido drásticamente los costos y adaptado su negocio a las oportunidades disponibles», dijo Walsh.
«Eso hará que la pérdida de US$ 137.700 millones de 2020 se reduzca a US$ 52.000 millones este año. Y eso se reducirá aún más, a US$ 12.000 millones en 2022», agregó.
Y siguió: «Hemos superado con creces el punto más profundo de la crisis. Si bien persisten problemas serios, el camino hacia la recuperación está a la vista. La aviación está demostrando su resistencia una vez más».
«El negocio de la carga aérea está funcionando bien y los viajes nacionales se acercarán a los niveles previos a la crisis en 2022. El desafío son los mercados internacionales, que siguen gravemente deprimidos a medida que continúan las restricciones impuestas por el gobierno», concluyó.