La opositora Xiomara Castro, del partido de izquierda Libertad y Refundación (Libre) se convirtió en la primera mujer presidente electa de Honduras y no solo puso fin a 12 años de gobierno conservador, sino que además marcó el regreso de la izquierda al poder desde que su marido Manuel Zelaya fuera depuesto por un golpe de Estado en 2009.
Tres días después de las elecciones generales, Castro reunía el 53,41% de los votos, lejos del 34,08% del candidato oficialista, Nasry Asfura, del Partido Nacional (PN), y del aspirante del Partido Liberal, Yani Rosenthal, con 9,20%, quienes reconocieron la victoria.
«Nasry Asfura Zablah, Candidato del PN, acepta la voluntad del pueblo, reconoce la victoria de Libre en alianza, y mi triunfo como presidenta electa de HN. ¡Gracias!», escribió una exultante Castro, de 62 años, en su cuenta de Twitter.
En tal sentido, Asfura reveló: «Me reuní con Xiomara y toda su familia. Fui a su casa para felicitarla personalmente».
«La felicito por su triunfo y, como presidenta electa, deseo que Dios la ilumine y la guíe para que en su administración haga lo mejor para Honduras», agregó.
Otros adversarios de la candidata, como Rosenthal, habían reconocido el lunes su victoria.
Castro también recibió el saludo del secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, país que siguió de cerca los comicios.
«Felicitamos al pueblo hondureño y a la presidenta electa Xiomara Castro, y esperamos trabajar juntos para fortalecer las instituciones democráticas, promover el crecimiento económico inclusivo y combatir la corrupción», señaló el funcionario estadounidense en un mensaje en Twitter.
Si bien el conteo avanza lento -en vista de que el material que falta por ingresar al sistema llega de forma física, mientras que la primera mitad del total entró en formato digital, según detalló el Consejo Nacional Electoral (CNE)-, los casi 20 puntos de diferencia son irreversibles.
Con estos resultados, aunque la oficialización parezca lejos, la esposa del derrocado presidente Manuel Zelaya (2006-2009) se convertirá en la primera mujer en gobernar Honduras, luego de otro intento en 2013 y de haber sido candidata a vicepresidente en 2017.
La mandataria electa sustituiría al derechista Juan Orlando Hernández, quien gobernó por dos períodos consecutivos y culmina su mandato en medio de acusaciones de narcotráfico desde Estados Unidos.
Desde el 27 de enero, a Castro le tocará gobernar un país golpeado por la violencia de las pandillas, el narcotráfico y dos feroces huracanes que en 2020 arrasaron la nación, donde el 59% de sus 10 millones de habitantes vive en la pobreza.
En estas elecciones generales, Libre también ganó las alcaldías de las dos mayores ciudades del país, Tegucigalpa, la capital, y San Pedro Sula. Los candidatos oficialistas en esos comicios ya reconocieron también su derrota.
Aún falta definir la distribución del Parlamento, de 128 diputados, aunque las proyecciones indican que la mayoría la tendrá Libre.
Para la misión de observación de la Unión Europea (UE), los comicios se realizaron en un ambiente de calma, pese a los temores previos de posibles enfrentamientos, ante la posibilidad de que una de las partes rechazara los resultados.
«La jornada electoral transcurrió con calma. Los votantes acudieron en gran número mostrando fuerte compromiso por la democracia», indicó la croata Zeljana Zovko, líder de la misión.
«Sin embargo los comicios se caracterizaron por una gestión muy politizada, unos niveles de violencia política sin precedentes y el evidente abuso de recursos del Estado durante la campaña», admitió.
«De hecho al menos seis alcaldes, candidatos y activistas fueron asesinados en las semanas previas a las elecciones», concluyó Zovko.