El coronavirus aún sigue latente en todo el mundo: muchos países ofrecieron una tercera dosis de la vacuna a toda su población, pero cuando se trata de una cuarta, la mayoría las dirigió a los grupos vulnerables.
En la actualidad, muchas naciones están sopesando si deben o no ofrecer más vacunas de refuerzo contra el covid-19 para anticiparse a nuevas olas de infecciones. Es todo un dilema.
No obstante, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó que las dosis de refuerzos se prioricen para las personas más vulnerables.
Pero, ¿por qué esta vacuna parece necesitar dosis repetidas cuando otras pueden durar toda la vida? La respuesta: velocidades diferentes.
La frecuencia con la que una persona debe vacunarse depende en parte de la rapidez con que cambie el virus o la bacteria que se combate.
Por ejemplo, la mayoría reciben dos dosis de la vacuna contra el sarampión en la infancia y se espera que eso los proteja de por vida.
Es que el virus del sarampión no cambia mucho. Entonces, una vez que el cuerpo vio cómo es puede seguir reconociéndolo durante décadas, ya que continúa siendo más o menos igual.
Por el contrario los virus de la gripe evolucionan muy rápidamente. Una vacuna entrenará a un sistema inmunológico para que reconozca una cepa, pero para el siguiente invierno llega a mutar tanto y se vuelve tan diferente que ese cuerpo ya no podrá reconocerla. Por tal motivo se aplica una cada año.
Tanto los estudios de laboratorio como las tasas de infección sugieren que el virus que causa el coronavirus mutó lo suficiente como para escapar a parte de la protección proporcionada por la primera ronda de vacunas.
Sin embargo, siguen siendo aproximadamente un 90% efectivas contra la hospitalización después de una tercera dosis, cayendo a alrededor del 75% luego de aproximadamente tres meses, según la Agencia de Seguridad Sanitaria de Reino Unido.
Por otra parte, el Instituto Nacional de Enfermedades Transmisibles de Sudáfrica sostuvo: «La vacunación de refuerzo aumenta los niveles de anticuerpos».
La capacidad de «recordar» gérmenes
Existe evidencia de que la capacidad del cuerpo de cada ser humano para bloquear el virus del covid-19 disminuye con bastante rapidez después de una vacuna o una infección.
Pero la capacidad de evitar enfermedades más graves dura más tiempo. Todavía se está estudiando exactamente cuánto tiempo perdura esta protección.
Incluso si un germen no cambió mucho, la memoria del cuerpo puede desvanecerse a medida que los anticuerpos y otras cosas producidas por el sistema inmunológico comienzan a desaparecer.
Y los cuerpos simplemente parecen recordar algunas infecciones mejor que otras, por razones que aún no se entienden completamente.
Es probable que parte de esto tenga que ver con los diferentes tipos de inmunidad que desarrolla cada persona, según el microbiólogo Simon Clarke.
«Los anticuerpos producidos por tu sistema inmunitario para algunos virus, después de una infección o una vacuna, se desvanecen con relativa rapidez. Pero a menudo dejan células T más lentas y duraderas. No evitarán que contraigas la infección, pero pueden evitar que te enfermes mucho», explicó el experto.
Según Clarke, «también influye el lugar del cuerpo en el que ocurren estas respuestas inmunitarias».
«El virus del covid-19 nos infecta por la nariz y las vías respiratorias. Si bien hay respuestas inmunitarias que ocurren allí, la mayoría de los anticuerpos producidos después de la vacunación se encuentran en la sangre», agregó.
«Por lo tanto, aún puede contraer la infección, pero los anticuerpos evitan que se afiance más profundamente en tu cuerpo, protegiéndolo de desarrollar una enfermedad más grave, concluyó.
El virus es nuevo
Otra cosa a tener en cuenta es la frecuencia con la que una persona está expuesta a una infección.
Antes de finales de 2019, nadie se había encontrado con el coronavirus y, por lo tanto, no había inmunidad contra él, según demostraron los estudios de anticuerpos en sangre.
Los datos muestran que las personas ahora están más expuestas a él y se vuelven a infectar.
Según investigaciones en Brasil, Suecia y Reino Unido, la combinación de vacunas y una infección natural podría brindar una protección más fuerte.
Sin embargo, algunos científicos expresaron su preocupación de que esto lleve a que más personas desarrollen un covid-19 prolongado.