El transporte tradicional emite unas 8 gigatoneladas de emisiones de carbono a la atmósfera anualmente, una cantidad que podría duplicarse para 2040 y acelerar el cambio climático, según explicó la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
De ahí que decenas de países se comprometieron a promover los vehículos eléctricos en las flotas de transporte público y para los consumidores, y así disminuir la contaminación atmosférica.
Entonces entra en juego el litio u «oro blanco», un elemento metálico clave para la fabricación de baterías para los autos eléctricos.
Jujuy, Salta y Catamarca, tres provincias situadas al noroeste de Argentina, se transformaron en un enclave importante para la extracción y producción de litio.
De hecho, a inicios de octubre los gobernadores de dichas provincias firmaron un tratado interprovincial para la creación de la Región Minera del Litio.
Salta en los últimos meses captó grandes inversiones, como es el caso de la empresa de litio más importante del mundo, la china Ganfeng Lithium, que anunció una inversión de US$ 580 millones para llevar adelante el proyecto Mariana en el Salar del Llullaillaco, al sudoeste del departamento Los Andes, en Salta.
En tanto, en Catamarca, otro gigante chino, Zijin Mining, uno de los mayores productores de oro y cobre del país asiático, anunció recientemente un acuerdo para adquirir la totalidad de la canadiense Neo Lithium, centrada en la explotación de su mina de litio de Tres Quebradas. El monto de la transacción: US$ 740 millones
Argentina, que forma parte del famoso Triángulo del Litio, región que concentra más del 50% de este recurso en el mundo, conformada también por Chile y Bolivia, se perfila como uno de los pocos países que está en capacidad de responder a la creciente demanda de este insumo para la producción de baterías de ion de litio recargable, pieza clave para el funcionamiento de los vehículos eléctricos.
Chile y Bolivia también cumplen con este perfil, mientras que Perú, México y Brasil ya están trabajando en el tema para posicionarse mejor en el mercado.
Según datos del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, sus siglas en inglés), los recursos de litio identificados aumentaron sustancialmente en todo el mundo y totalizan alrededor de 86 millones de toneladas. Solo el Triángulo del Litio concentra 47 millones de toneladas, siendo Bolivia el país con la mayor cantidad: 21 millones de toneladas.
Además, los países deben aprovechar los buenos precios del litio para atraer más inversión. Sobre todo, cuando la cotización de carbonato de litio pasa por su mejor momento. Benchmark Mineral Intelligence, la agencia global de investigación de la cadena de suministro de baterías y de información de precios, informó que en septiembre pasado el carbonato de litio aumentó en China (principal consumidor de litio) 170% en lo que va de año, a 142.000 yuanes la tonelada (US$ 22.000), su nivel más alto desde abril de 2018.
En tanto, en otros mercados, el precio del litio pasó de US$ 17.500 por tonelada a inicios de septiembre y llegó hasta US$ 19.000 en la primera quincena de dicho mes.
De acuerdo con un informe elaborado por la consultora Ultima Media para el grupo suizo ABB, la capacidad de fabricación de baterías a nivel global prevista para 2030 no será suficiente para responder a la demanda de la industria del automóvil. Esto debido a que los autos eléctricos superarán en ventas a los de combustión en 2036, año en que estarán en funcionamiento 80 fábricas de baterías en todo el mundo.
Y aunque en América Latina la cadena de suministro de litio todavía no llega a la etapa de producción de baterías y mucho menos de vehículos, todos los expertos coinciden en que este gran optimismo sobre la alta demanda de vehículos eléctricos tiene buenos fundamentos y es ahora el momento para que lo países del Triángulo del litio aprovechen este boom y puedan convertirse en proveedores estratégicos especialmente para la futura industria automotriz.