El presidente de Perú, Pedro Castillo, resolvió cesar a la jefa de gabinete, Mirtha Vásquez, en el segundo relevo en ese cargo en seis meses de gobierno, y renovar completamente el gabinete, después de haber aceptado este fin de semana la dimisión del ministro del Interior, Avelino Guillén.
“Como siempre he anunciado en mis intervenciones, el gabinete está en constante evaluación; por tal motivo, he decidido renovarlo y conformar un nuevo equipo”, escribió el mandatario en su cuenta oficial de Twitter.
“Agradezco el apoyo de Mirtha Vásquez y ministros de Estado; seguiremos por el camino del desarrollo por el bien del país”, agregó en el mensaje.
En tal sentido, Vásquez confirmó su salida inmediatamente, a través de la misma red social.
“Ante la imposibilidad de lograr consensos en beneficio del país, informo que hoy presenté mi carta de renuncia al presidente Pedro Castillo, la cual fue aceptada”, afirmó la funcionaria saliente.
Tres horas después de que se conociera la noticia no había más información oficial y los principales medios de comunicación peruanos no mencionaban aún nombres de posibles candidatos para la sucesión de la jefa de gabinete.
Vásquez le presentó a Castillo su carta de renuncia, relacionada con la reciente salida del gabinete de Guillén.
Guillén dimitió la semana pasada, dos semanas después de que le hubiera recomendado a Castillo que despidiera al comandante general de la Policía Nacional del Perú (PNP), el general Javier Gallardo, y el jefe del Estado no le respondiera.
Finalmente, este fin de semana, Castillo aceptó la renuncia de Guillén y, al mismo tiempo, echó a Gallardo.
Vásquez decidió entonces presentar su renuncia irrevocable, debido a que Castillo no habría cumplido una supuesta promesa de otorgarle un plazo para que convenciera a Guillén de que retirara su dimisión.
Lea también: Pedro Castillo, una nueva polémica
Renovación
El presidente dispuso la renovación del gabinete para evitar el costo político de la eventual pérdida de otros ministros -entre ellos, el de Economía, Pedro Francke- en quienes causaron malestar las circunstancias del alejamiento de Guillén.
“Por desgracia, llegamos al punto de no haber podido lograr al menos avanzar en consensos sobre el liderazgo de un sector tan importante como el Interior, y tampoco sobre el respeto por las líneas institucionales del mismo, pongo en duda entonces la posibilidad de avanzar en otros cambios imprescindibles en otros ámbitos”, sostuvo Vásquez en su carta de renuncia.
“En ese sentido, pese a los esfuerzos realizados, estimo que a esta instancia mi rol se ha agotado, y que es necesario para su gobierno una recomposición del gabinete, la cual ya venía advirtiendo desde hace semanas”, agregó la primera ministra saliente, quien subrayó que su renuncia era “irrevocable”.
La exfuncionaria remarcó que durante su gestión “varios momentos de crisis han sobrevenido, algunos provocados por los grupos opositores con clara intención golpista; otros por temas asociados, lamentablemente, a posibles actos de corrupción o irregularidades cometidas por funcionarios de alto nivel de esta administración”.
Cajamarquina -igual que Castillo- y Vásquez, quien pertenece al Frente Amplio, de izquierda moderada, fue la segunda jefa del gabinete del mandatario, quien el viernes pasado cumplió seis meses al frente del gobierno.
Había asumido el 6 de octubre pasado, tras la remoción de Guido Bellido, una de las principales figuras del partido gobernante Perú Libre (PL), de izquierda radical. Antes presidió el Congreso unicameral entre noviembre de 2020 y julio de 2021.
Bellido dijo a Castillo, a través de Twitter, que “el país requiere un general de guerra en la Presidencia del Consejo de Ministros y un gabinete sólido para enfrentar la inseguridad ciudadana, la falta de trabajo, la corrupción y el sabotaje caviar» (adjetivo con que se llama en la jerga política peruana a la izquierda moderada).
“Cuente con el apoyo de su partido y el pueblo que lo eligió”, agregó el ex jefe de gabinete y actual legislador, muy cercano a Vladimir Cerrón, el líder de PL, el partido al que Castillo se afilió pocos meses antes de postularse a la Presidencia.
“La decisión que está tomando el presidente me parece saludable; con esto llamo también a la reflexión del presidente de que tengamos que saber elegir a personas que ayuden a gobernar el país”, afirmó Katy Ugarte, también parlamentaria de PL.
Entre la oposición, el congresista Eduardo Salhuana, de Alianza Para el Progreso (APP), opinó que la dimisión de Vásquez es “la crónica de una salida anunciada” y “un paso político que se iba a producir de todas maneras en relación con la renuncia del ministro Guillén”.
“Esperemos que Castillo tome las riendas del país de una vez y que haga los cambios que sean necesarios”, sostuvo la legisladora Rosángela Barbarán, del partido fujimorista Fuerza Popular.
En tanto, el también parlamentario Alejandro Cavero, de Avanza País, aseguró que el relevo “es preocupante porque es el segundo cambio ministerial que ocurre en un cortísimo tiempo”, aunque agregó que “la forma en la que este gabinete se estaba llevando era absolutamente insostenible”.