Ecuador: una autopista de la cocaína hacia Estados Unidos y Europa

Pasó de ser un país de tránsito a un centro de distribución de la droga en América Latina por su cercanía a Colombia y por la creciente presencia de los carteles de México.

Ecuador tuvo un cambio de paradigma: dejó de ser un país de tránsito y se convirtió en uno en el que se almacena, se procesa y se distribuye la droga, según autoridades locales e internacionales.

Los puertos ecuatorianos, tales como Esmeraldas, Manta y El Carmen de Putumayo, se transformaron en lugares claves para que las organizaciones narcos colombianas y mexicanas, dos de las mayores productoras del mundo que se disputan el territorio, enviaran la droga rumbo a Estados Unidos y Europa.

Es más, Washington acaba de incluir a Ecuador en su lista de países con mayor tráfico o producción de drogas.

«El país ha ido dando diferentes saltos. Pasó de un país de tránsito a un país de acopio y de plataformas internacionales de distribución, y dio un salto más, a un país procesador», sostuvo el coronel Mario Pazmiño, exdirector de inteligencia militar y ahora analista en seguridad y defensa.

Ese cambio de paradigma se nota en la mayor cantidad de droga -principalmente cocaína- decomisada, en descubrimientos de laboratorios, pero también en el aumento de la violencia. Esta última, particularmente visible en las cárceles, donde ya se registraron tres motines en el año.

De hecho, a finales de septiembre se produjo la peor masacre en la historia carcelaria de Ecuador: un enfrentamiento entre bandas rivales vinculadas al narcotráfico en el Centro de Privación de Libertad Número 1 en Guayaquil dejó 119 fallecidos y 81 heridos.

«En Colombia se producen más o menos 1.200 toneladas de droga al año. De ellas, alrededor de 450 en los departamentos de Nariño y Putumayo, que son fronterizos con Ecuador. Y de esas 450, alrededor de un 50% ingresaría por nuestra frontera, unas 200-250 toneladas», detalló el general Giovanni Ponce, jefe de Antinarcóticos de la Policía de Ecuador.

Por su parte, Renato Rivera, investigador de la Red Latinoamericana de Análisis de Seguridad y Delincuencia Organizada (Relasedor), reveló que Ecuador es «el país de Sudamérica no productor de cocaína que más droga incauta».

Según cifras de la Policía Antinarcóticos ecuatoriana, en 2019 se decomisaron 79 toneladas de droga; en 2020, 128; y hasta el 6 de octubre del 2021, 136.

El coronel Pazmiño se refirió al «efecto globo», según el cual cuando se reprime la producción de drogas en una región, esta aumenta en otras.

«Las acciones gubernamentales contra el narcotráfico en Colombia obligaron a trasladar gran parte de la infraestructura del crimen organizado hacia otros países, como Venezuela, desde donde sale cerca del 50% de la droga de Colombia, Ecuador por donde sale el 37,5% y Brasil, por donde sale cerca del 12,5%», resumió Pazmiño.

La desmantelación de la base de Manta (con presencia estadounidense), la desmovilización de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), grupos de Albania, Bosnia-Herzegovina, Croacia, Montenegro y Serbia, la creciente presencia de los carteles de México crearon una disputa territorial y un aumento de la violencia en Ecuador.

En un año, la tasa de muertes violentas subió un punto, y pasó de 6,7 en 2019 a 7,7 en 2020 por cada 100.000 habitantes -el promedio de América Latina es de 17,2-, la más alta de los últimos años.

Según un informe del Departamento de Estado estadounidense, la corrupción relacionada con las drogas es «un problema dentro de las fuerzas de seguridad pública en Ecuador». De ahí que se convirtió en la autopista de la cocaína hacia Estados Unidos y Europa.