El Super Bowl, un fenómeno del marketing mundial

El Super Bowl es el mayor evento deportivo que se lleva a cabo año a año en Estados Unidos. Por eso las marcas o empresas invierten grandes sumas para formar parte de la «fiesta». Eso lo convierte en un fenómeno del marketing mundial, ya que es visto en todas partes del mundo por una audiencia de 111 millones de personas.

Formar parte de este espectáculo, aunque solo sea por 30 segundos, sale muy caro. Cada anuncio cuesta cerca de siete millones de dólares. El marketing experiencial consigue que esta inversión salga rentable.

No solo impactan los 111 millones de televidentes sino el comportamiento de esa audiencia mientras disfruta de la final.

Según, Mashable, 6 de cada 10 televidentes comparten los anuncios del evento por Redes Sociales. De hecho, casi el 50% de ellos están conectados, al menos, a una red social durante la final de la NFL.

 

Hastags, hastags y más hastags

Twitter es la ganadora de todas las redes en este evento. Sin duda, es la que muestra mayor seguimiento online de los usuarios.

Y, como no, no se puede hablar de Twitter sin nombrar los famosos hashtags, capaces de conectar a miles y millones de personas con un solo tema.

Algunas marcas aprovecharon esto para realizar campañas y regalar productos, como es el caso de Mercedes y su Tweet Race to the Big Game.

 

El espectáculo del Halftime

Bruno Mars, Coldplay, Beyoncé o Lady Gaga, en el pasado, o Snoop Dogg, 50 Cent, Mary J. Blige, Dr. Dre, Kendrick Lamar y Eminem, en la última edición del torneo, se encargan -en tan solo 13 minutos- de emocionar, entretener e impresionar a todos los que ven esta final.

Más que un tiempo de descanso, es un tiempo de espectáculo. Para muchos, este espectáculo es el encargado de que la audiencia haya subido tanto. Estos artistas invierten millones de dólares en dejar boquiabiertos a todos.

Deporte o espectáculo, la influencia de la Super Bowl no sería la misma sin el uso del marketing y el social media para hacerlo llegar a todo el mundo.

 

Lo que dejó la edición LVI

Según las autoridades de Los Ángeles, se estima que la celebración del Super Bowl le dejó a la ciudad alrededor de 477 millones de dólares.

«Esto significa miles de nuevos trabajos y una oportunidad de mostrar Los Ángeles como la ciudad global y excepcional que es», aseguró el alcalde angelino, Eric Garcetti.

Pero esas cifras no son las únicas, pues en los días previos se organizaron numerosos eventos paralelos como la Super Bowl Experience, un parque temático que el pasado fin de semana reunió a 40.000 espectadores.

De hecho, según datos publicados por la propia NFL a nivel nacional, en todo el país generó unos 16.400 millones de dólares.

 

El Super Bowl, en cifras

En primer lugar, los equipos. Según la revista Forbes, el valor estimado de Los Angeles Rams es de 4.800 millones de dólares; mientras que el de los Cincinati Bengals es de 2.300.

Por otro lado, el precio de las entradas. Acceder al SoFi Stadium se convirtió en un verdadero lujo, ya que la entrada más barata fue de 4.249 dólares (según publica StubHub, portal de referencia de reventa de Tickets en Estados Unidos), a los que hubo que añadir otros 1.500 adicionales de «gastos de gestión».

Y con el pase del parking se sumaron 390 dólares más, en una plaza más asequible, situada a más de medio kilómetro de distancia del estadio.

Pero un boleto en la zona VIP, el más exclusivo para ver la final, costó casi 74.000 dólares.

El espectáculo del medio tiempo tuvo un valor de 800 dólares, solo por ver en el escenario a Eminem, Dr. Dre, Snoop Dogg, Mary J. Blige y Kendrick Lamar. Una vez finalizado el show musical esos espectadores abandonaron en el estadio con capacidad para poco más de 70.000 personas.

 

La publicidad

Es otro de los puntos clave y según datos publicados por la NBC, por un anuncio de 30 segundos en el descanso se pagó una media de unos 7 millones de dólares (aunque el año pasado la marca de cervezas Anheuser Busch pagó 52 millones) con una recaudación total que supera los 500.

Una cifra que, aunque pueda parecer desorbitada, no resulta tan escandalosa teniendo en cuenta que solo en Estados Unidos, la audiencia fue de aproximadamente 90 millones de personas (y también hay que tener en cuenta que se retransmite en más de cien países) y otros 20 millones fueron del extranjero.

Por último, el trofeo es realizado por la prestigiosa firma Tiffany & Co. y es el resultado de un minucioso trabajo artesanal de más de cuatro meses cuyo coste de elaboración alcanzó los 50.000 dólares, una cifra bastante módica teniendo en cuenta el resto de los ingresos.