Las conmemoraciones en Ucrania y Rusia del 77º aniversario del triunfo sobre la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial sirvieron hoy como plataforma para encendidos discursos de sus líderes políticos, los presidentes Volodímir Zelenski y Vladímir Putin, en el marco de la invasión que Moscú inició el 24 de febrero pasado.
La victoria sobre la Alemania nazi, el 8 de mayo de 1945, cuando ambas naciones enfrentadas estaban dentro de la Unión Soviética, se celebra el 9 en Moscú porque la capitulación del nazismo se dio a las 23 del 8, en Kiev, y a la 1 del 9, en Moscú.
En esta fecha central en el calendario de ambas naciones, Zelenski aseguró: «Muy pronto habrá dos Días de la Victoria en Ucrania, uno sobre el nazismo y otro para recordar el triunfo que espera lograr en el actual conflicto con Moscú».
«Solo un loco puede querer repetir lo que ocurrió en la Segunda Guerra Mundial y cualquiera que repita crímenes como los ocurridos entonces está imitando la filosofía nazi», denunció Zelenski en el discurso publicado en su página web, en clara alusión al presidente ruso Putin.
Coincidiendo con este aniversario, en Ucrania «luchamos por una nueva victoria» y, aunque reconoció que el camino está «siendo difícil, se mostró convencido de que el triunfo llegará».
«Ganamos entonces y ganaremos ahora», enfatizó el mandatario ucraniano, quien a la vez afirmó que el presidente ruso está «siguiendo la filosofía de los nazis y replicando todo lo que hicieron» y señaló que «está condenado porque fue maldecido por millones de ancestros cuando comenzó a imitar al asesino».
En Moscú, en tanto, en «la fecha más sagrada para los rusos», como la bautizó el Kremlin, Putin sostuvo que su país lanzó un ataque «preventivo» en Ucrania en defensa de la «patria» ante la amenaza de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y Occidente.
«Fue una medida necesaria y la única posible en esta situación inaceptable», aseveró el presidente ruso, quien además reiteró que el conflicto tiene por objetivo «desnazificar» Ucrania.
Putin hizo un llamado a hacer todos los esfuerzos necesarios para evitar una conflagración de carácter global.
«Hemos visto cómo se despliegan infraestructuras militares, cómo estaban suministrando armamento de la OTAN», manifestó durante su discurso en la Plaza Roja en ocasión del 77 aniversario del Día de la Victoria soviética sobre la Alemania nazi.
«El peligro iba creciendo cada día. Rusia realizó una respuesta preventiva, fue una medida necesaria y la única posible en esta situación. Fue una decisión de un país soberano, fuerte e independiente», remarcó Putin, citado por el portal alemán de noticias Deutsche Welle.
Además recurrió a unas declaraciones que hizo Zelenski en la Conferencia de Seguridad de Múnich -pocos días antes de comenzar los ataques, el 24 de febrero- en las que señaló que, «si no se garantizaba la seguridad del país, el país tendrá todo el derecho a creer que el Memorando de Budapest no funciona y todo su paquete de decisiones de 1994 está en duda», en referencia al acuerdo postsoviético por el que se deshizo de las armas nucleares a cambio de que Rusia garantizase su soberanía territorial.
Putin señaló que Moscú prometió hacer «todo lo posible para que el horror de una guerra global no se repita» y, con ese argumento, indicó que, «pese a todas las divergencias en las relaciones internacionales, Rusia siempre abogó por un sistema de seguridad global e indivisible, uno que es vital para toda la comunidad mundial».
El discurso del ruso no dio pistas sobre sus futuros planes -tras dos meses y medio de combates- y pareció más una argumentación frente a su población de la ofensiva que -de acuerdo con medios occidentales- pierde apoyo incluso intramuros.
Siguen los combates
En el plano militar, en tanto, el ejército ruso reanudó hoy los ataques contra la planta metalúrgica de Azovstal, en cuyo interior se encuentra un número indeterminado de militares ucranianos que se niegan a entregarse en lo que es el último reducto de defensa de la ciudad sureña con salida al mar de Azov.
Petro Andriushchenko, asesor de la alcaldía de Mariúpol, anunció en un mensaje difundido a través de Telegram que, «como se esperaba, tras el paso del convoy de la ONU (evacuando a los civiles), las fuerzas de ocupación han comenzado a golpear Azovstal».
«Han intentado especialmente atravesar un puente, el mismo que fue utilizado para la evacuación de civiles», subrayó, al tiempo que aclaró que el Ejército ruso «no ha tenido éxito por el momento».
El asalto a la planta de acero comenzó el pasado 3 de mayo y, desde entonces, las fuerzas rusas trataron de irrumpir en su interior desde varias zonas.
En este contexto, Zelenski, admitió anoche la imposibilidad de liberar la ciudad de Mariúupol, prácticamente bajo control de las fuerzas rusas, a través de medios militares.
«El país carece del armamento pesado necesario para liberar Mariúpol en una operación militar», lamentó el mandatario ucraniano, quien reiteró el pedido de más armas y apoyo de Europa.
También hubo choques en la ciudad de Jersón, donde las fuerzas ucranianas dispararon varios misiles hacia esta región bajo control ruso.
En la ciudad se escucharon varias explosiones, reportó un corresponsal de la agencia de noticias Sputnik.
Poco después, una fuente castrense confirmó que las defensas antiaéreas abatieron en la zona de Chernobaevka cinco cohetes, presuntamente lanzados hacia el norte de Jersón.
Las tropas rusas extendieron su control a la totalidad de la provincia de Jersón, así como a la costa del mar de Azov, en la provincia ucraniana de Zaporiyia, en el transcurso de la invasión militar.
En esos territorios se establecieron administraciones militares y civiles que procedieron a la difusión de programas de radio y televisión rusos, y al restablecimiento de los vínculos comerciales con Crimea, que se reincorporó a Rusia en marzo de 2014.