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Fuerzas de seguridad polacas reprimieron a migrantes que venían de Bielorrusia

Desde hace semanas miles de familias se encuentran atrapadas en la frontera entre Polonia y Bielorrusia, lo que supone la mayor crisis para esta zona de Europa.

Decenas de migrantes y refugiados de guerra, en su mayoría kurdos, fueron reprimidos con gases lacrimógenos por agentes de seguridad de Polonia cuando intentaron cruzar por la fuerza y con violencia la frontera desde Bielorrusia en busca radicarse en la Unión Europea (UE), según informó el Gobierno polaco.

Polonia denunció que fuerzas de seguridad de Bielorrrusia suministraron a los migrantes granadas y otras armas y que dirigieron toda la violenta operación desde un drone.

Bielorrusia, en tanto, no respondió a estas afirmaciones, pero sí acusó a Polonia de acciones violentas contra personas situadas «en el territorio de otro país», el suyo.

Por su parte, desde la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos (ACNUR) llamaron a que se respeten los derechos humanos de los refugiados con independencia de su nacionalidad.

Si bien Bruselas imputa a Minsk de la crisis migratoria, Bielorrusia atribuyó el problema a las políticas de la Unión Europea (UE) contra una serie de países en Oriente Medio y otras regiones.

El presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, acusó a las mafias europeas que operan desde Alemania, Polonia y otros países de la UE que cobran a los refugiados para llevarlos a Europa.

La UE teme que se repita la crisis migratoria de 2015 cuando cientos de miles de refugiados llegaron a Europa, en su mayoría procedentes de Siria, aunque también de Afganistán, Irak y otros países.

Los hechos de ayer marcaron una nueva escalada en el marco de una tensa crisis política y de una situación migratoria cada vez más problemática en las fronteras de Bielorrusia con Polonia y Lituania y, en menor medida, con Letonia, que son también las fronteras orientales de la UE y la OTAN.

El Ministerio de Defensa de Polonia señaló que fuerzas bielorrusas trataron de destruir una valla fronteriza en esa zona limítrofe, cerca de la ciudad polaca de Kuznica, y el Ministerio del Interior publicó un video en el que se ve a migrantes intentado derribar otra valla.

Por su parte, la Guardia Fronteriza polaca difundió por Twitter otro video en el que se ve a un carro hidrante disparar un chorro de agua hacia migrantes acampados del lado bielorruso de la frontera, soportando temperaturas bajo cero.

La policía polaca, en tanto, indicó que un oficial sufrió heridas graves, posiblemente una fractura de cráneo, al recibir un piedrazo lanzado por los migrantes.

La vocera de la Guardia Fronteriza polaca, Anna Michalska, reveló que cerca del paso fronterizo donde ocurrieron los hechos había unos 2.000 migrantes, pero que solo unos 100 participaron del ataque.

El vocero policial polaco Mriusz Ciarka reconoció horas más tarde que el paso fronterizo de Kuznica estaba «pacificado» y agregó que los atacantes estaban equipados con granadas de gas suministradas por los servicios de seguridad de Bielorrusia, que tiraron piedras a la policía y que toda la operación estuvo controlada por Bielorrusia desde un drone.

En respuesta, la Guardia Fronteriza bielorrusa afirmó que lanzó una investigación sobre el uso de la fuerza por parte de Polonia.

«Estas se consideran acciones violentas contra individuos que están en el territorio de otro país», sostuvo el vocero de la Guardia Fronteriza, Anton Bychkovsky.

La UE acusa al Gobierno del autocrático presidente bielorruso Alexandr Lukashenko de orquestar la crisis en las fronteras con tres de sus Estados miembro -Polonia, Lituania y Letonia- para tratar de desestabilizar a todo el bloque.