El huracán Orlene ganaba fuerza con rapidez mientras avanzaba hacia la costa noroeste del Pacífico mexicano, donde probablemente rozaría antiguas colonias penales que el gobierno está desarrollando como destino de turismo ecológico.
Tras convertirse en huracán el sábado, Orlene se fortalecía deprisa y sus vientos máximos sostenidos alcanzarban los 175 kilómetros (110 millas) por hora el sábado por la noche, justo por debajo del umbral de una potente tormenta de categoría 3.
El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos situó el vórtice de Orlene unos 255 kilómetros (160 millas) al sur-suroeste de Cabo Corrientes, y señaló que el meteoro se desplazaba a 7 kilómetros (5 millas) por hora.