Llegaron los decacornios y hectacornios

Son compañías que cuestan más de US$ 10.000 millones y US$ 100.000 millones, lo que implica una nueva forma de evaluar a las compañías de base tecnológica.

El mundo del emprendimiento cambia y crece permanentemente: dos claros ejemplos son las llegadas de los startups decacornios y hectacornios, empresas cuyas valoraciones alcanzaron o superaron los US$ 10.000 millones y US$ 100.000 millones, respectivamente.

Los decacornios son aquellas startups que son valorizadas por más de US$ 10.000 millones en el mercado de inversión privada (no pública, como la bolsa). Según CB Insights, existen actualmente 36 compañías de estas características, un número similar a la cantidad de unicornios (compañías que valen US$ 1.000 millones), que existía en 2013.

Entre las más famosas del mundo está Stripe, la fintech estadounidense de pagos que actualmente vale US$ 95.000 millones luego de una ronda de financiamiento H realizada en abril de este año.

También, se destacan startups como la plataforma de diseño gráfico australiano Canva (US$ 40.000 millones), la compañía de videojuegos norteamericana Epic Games (US$ 48.700 millones) y la empresa de e-commerce china Shein (US$ 15.000 millones).

Mientras que, en América Latina está solamente la fintech brasileña Nubank, que alcanzó su estatus de unicornio en 2018 y el estatus de decacornio en julio de 2019 durante su levantamiento de fondos serie F. Actualmente, la tecnolatina vale US$ 30.000 millones, una cifra lograda a través de su ronda serie G de US$ 750 millones liderada por Berkshire Hathaway.

Pero no conforme con los unicornios y los decacornios, llegaron los hectacornios, las startups valuadas en más de US$ 100.000 millones. Hoy, en este selecto club existen solo dos empresas en el mundo: Bytedance, la compañía china dueña de la red social TikTok, valorada en US$ 140.000 millones, y la otra es SpaceX, la empresa aeroespacial del CEO de Tesla, Elon Musk, que vale US$ 100.300 millones.

Para dimensionar la cifra, hay que entender que no existen tantas empresas en el mercado público que valen más que US$ 100.000 millones. Por ejemplo, la valuación de Bytedance se podría comparar con la capitalización bursátil de Starbucks, Boeing y el Banco Agrícola de China, y SpaceX con Goldman Sachs, Lockheed Martin y British Petroleum.

Igualmente, el término unicornio no quedó obsoleto: en América Latina tan solo hay 34 empresas que valen más de US$ 1.000 millones, según el informe de la plataforma de datos de startups de Latinoamérica Sling Hub.

«El hito de alcanzar a ser un unicornio es aún interesante porque muestra el potencial de escalabilidad que tiene una empresa y cómo se puede consolidar para ir a la bolsa”, explica Patrick Alex, director Access to Capital de la comunidad de emprendedores Endeavor.

Es más, según Eric Pérez-Grovas, el general partner y cofundador de Jaguar Ventures, el fondo que tiene en su portafolio al decacornio Nubank y los unicornios Kavak, Loft y Konfío, afirma que pese a que el unicornio sigue siendo una figura aspiracional «como inversionista puedes ser increíblemente exitoso si haces bien tu trabajo invirtiendo en empresas que incluso no tienen que llegar a ser un unicornio».

Ahora, con la transformación digital y su aceleración causada por la pandemia, Andrés Barreto, director de la aceleradora Techstars Boulder Accelerator, sostiene que el boom de unicornios, decacornios y hectacornios es un resultado esperado y América Latina no va a quedarse atrás.

De hecho, ya existen varios unicornios latinoamericanos cerca de ser decacornios. Por ejemplo, la plataforma mexicana de compra y venta de autos seminuevos Kavak tiene valorización de US$ 8.700 millones, la superapp colombiana Rappi vale US$ 5.250 millones, y la proptech brasileña Quinto Andar y el neobanco brasileño C6 Bank valen US$ 5.100 millones cada una.