Miles de migrantes avanzan en grupo desde el sur de México en un intento por llegar y cruzar la frontera de Estados Unidos, en una nueva caravana que -según la organización Save the Children- está compuesta en un 20% por niños y adolescentes y tiene por delante unos 5.000 kilómetros.
La caravana, término por el que se conoce a las migraciones organizadas, partió a principios de semana desde la localidad de Tapachula, cerca de la frontera con Guatemala.
Inicialmente las autoridades estimaron que serían unas 15.000 personas, pero finalmente ese número sería menor, según consignó la agencia de noticias Europa Press.
La caravana está integrada en su mayoría por venezolanos, según el diario «Milenio», que también dio cuenta de colombianos, haitianos, cubanos, centroamericanos e incluso algunos africanos.
Por ahora, los migrantes no se plantean cesar su avance, a pesar de los gestos que puedan lanzar las autoridades mexicanas.
El activista Luis Rey García Villagrán, de la organización Dignificación Humana, aseguró que el Instituto Nacional de Migración (INM) aceptó dar documentos a unos 14.000 migrantes de 18 nacionalidades, aunque advirtió que -pese a eso- no se plantea desistir de su caminata rumbo al norte, informó el periódico «El Universal».
La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) de México pidió medidas cautelares tanto a autoridades federales como estatales para proteger a los migrantes, ante el «temor fundado» de que puedan sufrir algún tipo de abuso por parte de las fuerzas de seguridad.
Dura realidad: uno de cada cinco son niños
La organización Save the Children, que acompaña a un grupo de casi 5.000 migrantes, alertó de los «riesgos» que conllevan este tipo de viajes, especialmente para los niños.
Es que uno de cada cinco integrantes de la caravana son menores de edad y es común que tengan golpes de calor e insolación por las altas temperaturas.
El director de Programas de Save the Children en México, Jorge Vidal, manifestó: «Es importante contar con servicios médicos que provean agua y alimentación que necesitan».
«En estos momentos las condiciones climáticas son lluviosas por lo que deben también tener atención para evitar enfermedades respiratorias», alertó.
La migración se incrementó recientemente en toda la región, fruto de la violencia, la inseguridad, los efectos adversos del cambio climático, las crisis políticas y las consecuencias de la pandemia de coronavirus, según la ONG.
La Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR) calculó que las solicitudes de refugio en México se dispararon un 255%, principalmente por los repuntes derivados de Haití, Honduras y Cuba, entre otros países; mientras que las autoridades de Estados Unidos aseguraron que solo entre enero y abril interceptaron a más de 47.000 menores no acompañados.
«Hoy en día, las autoridades mexicanas deben enfocarse en generar acciones articuladas y coordinadas para garantizar la protección y el acceso a derechos para las niñas, niños y adolescentes sin importar su estatus migratorio», reclamó la directora de Save the Children para América Latina y el Caribe, Victoria Ward.
«Espero que no haya detenciones ni separaciones familiares, así como, por supuesto, agresiones policiales como las que tuvieron lugar en caravanas previas», sentenció.