El fundador de Wikileaks, el australiano Julian Assange, ganó la primera etapa de su batalla para anular un fallo del Reino Unido que en diciembre pasado abrió la puerta a su extradición a Estados Unidos para ser juzgado por cargos de espionaje, al obtener el permiso de elevar su caso ante el Tribunal Supremo británico.
El Tribunal Superior de Londres autorizó a Assange a apelar el caso ante el Tribunal Supremo del Reino Unido, pero la Corte Suprema debe estar de acuerdo en aceptar el caso antes de que pueda seguir adelante.
Assange, de 50 años, ganó otra vital etapa de su enconada batalla para recuperar su libertad y proteger el derecho de información en un «punto de ley» de importancia pública.
«Se admite la petición de la defensa para certificar un punto de ley», afirmaron los jueces en su pronunciamiento.
El Tribunal Superior dictaminó que existe un punto de derecho discutible, por lo que permitió a Assange solicitar al Tribunal Supremo que escuche el caso.
El punto de apelación se refiere a las «garantías» dadas por Estados Unidos sobre cómo Assange sería tratado por el sistema de justicia estadounidense si fuera extraditado.
Lord Burnett, presidente del Tribunal Supremo, dijo que el caso había planteado una cuestión legal sobre las circunstancias en las que los jueces recibieron y consideraron las garantías de Estados Unidos sobre cómo sería tratado en prisión.
Los abogados de Assange tienen 14 días para apelar a la Corte Suprema. El pronunciamiento del Alto Tribunal se basa en un problema técnico.
Hace poco más de un año, un juez de un tribunal de distrito de Londres rechazó una solicitud de extradición de Estados Unidos con el argumento de que era probable que Assange se suicidara si se le recluía en las duras condiciones carcelarias en ese país.
Posteriormente, las autoridades estadounidenses aseguraron que el fundador de WikiLeaks no enfrentaría el trato severo que, según sus abogados, pondría en riesgo su salud física y mental.
El mes pasado, el Tribunal Superior revocó la decisión del tribunal inferior y dijo que las promesas de Estados Unidos eran suficientes para garantizar que Assange sería tratado con humanidad.
Esas garantías fueron el foco del fallo de ayer del Tribunal Superior
«El Sr. Assange respetuosamente afirma que esta Corte debe certificar que esta apelación involucra puntos de derecho de importancia pública general, en relación con el enfoque de la Corte sobre las garantías, y que también debe conceder permiso para apelar ante la Corte Suprema», afirmó el documento judicial.
El Tribunal Superior autorizó a Assange a apelar para que la Corte Suprema pueda decidir «en qué circunstancias puede un tribunal de apelaciones recibir garantías de un estado requirente… en procedimientos de extradición».
Los abogados de Assange buscan apelar porque Estados Unidos ofreció sus garantías después de que el tribunal inferior emitiera su fallo, al argumentar que la promesa del Gobierno estadounidense de que el fundador de Wikileaks no será sometido a condiciones extremas no tiene sentido porque es condicional y podría modificarse a discreción de las autoridades norteamericanas.
Estados Unidos pidió a las autoridades británicas que extraditen a Assange para que pueda ser juzgado por 17 cargos de espionaje y un cargo de uso indebido de computadoras vinculado a la publicación de WikiLeaks de miles de documentos militares y diplomáticos filtrados.
Assange, de 50 años, está recluido en la prisión de alta seguridad de Belmarsh desde 2019.
Antes de eso, pasó siete años encerrado en la Embajada de Ecuador en Londres. Buscó protección en la embajada en 2012 para evitar la extradición a Suecia para enfrentar acusaciones de violación y agresión sexual.
Suecia abandonó las investigaciones de delitos sexuales en noviembre de 2019 porque había transcurrido mucho tiempo.
Los fiscales estadounidenses dicen que Assange ayudó ilegalmente a la analista de inteligencia del Ejército de Estados Unidos, Chelsea Manning, a robar cables diplomáticos clasificados y archivos militares que WikiLeaks publicó más tarde, poniendo vidas en peligro.
Los abogados de Assange argumentan que su cliente no debería haber sido acusado porque actuaba como periodista y está protegido por la Primera Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos que garantiza la libertad de prensa, y aseguran que los documentos que publicó expusieron las irregularidades militares estadounidenses en Irak y Afganistán.
Organizaciones de Prensa y DDHH saludaron la decisión del Tribunal
La Federación Internacional de Periodistas (FIP) y Amnistía Internacional se sumaron a la organización internacional Reporteros Sin Fronteras (RSF) al saludar la decisión del Alto Tribunal británico de permitir al fundador de Wikileaks, Julian Assange, apelar la decisión de extraditarlo a Estados Unidos.
«Saludamos esta decisión», sostuvo Rebecca Vincent, la directora de la sede de RSF en el Reino Unido, al subrayar que es «un paso en dirección correcta», aunque todavía no es suficiente.
Por su parte, la declaración de la FIP indicó: «Nos alegramos de que se permita a Julian Assange solicitar la apelación contra su extradición a Estados Unidos. Esto, sin dudas, pondría su vida en peligro extremo», aseveró.
En tanto, Massimo Moratti, el director de investigación de la oficina regional de Amnistía Internacional, saludó la decisión, pero mostró sus reservas al preocuparse por que el Alto Tribunal «haya eludido su responsabilidad de garantizar que los organismos judiciales estudien plenamente las cuestiones de importancia pública».
Según Rebecca Vincent el caso de Assange tiene un significado histórico, que «tendrá implicaciones para el periodismo y la libertad de prensa durante muchos años».
«Es de vital importancia que este caso sea revisado por el más alto tribunal en Reino Unido, por lo que esperamos que la Corte Suprema acepte esta apelación», continuó la directora de RSF en Reino Unido frente a los tribunales.
«La situación de Julian Assange es urgente, tenemos serias preocupaciones respecto a su salud y bienestar. Los problemas mentales de larga data están ampliamente documentados. También estamos preocupados por su salud física, sobre todo sabiendo lo que sabemos ahora sobre los numerosos ACV que tuvo en octubre pasado y el registro sobre el aumento de casos de coronavirus en la prisión en este momento», detalló.
Y siguió: «Llamamos una vez más a la gestión del presidente estadounidense, Joe Biden, a retirar los cargos, a que cierre el caso de una vez por todas. Este proceso judicial no debe continuar y está en las manos del Gobierno de Estados Unidos frenarlo», apuntó.
Asimismo, Vincent agregó que Assange «no está a salvo, a menos que sea inmediatamente liberado», y aseguró que la organización «continuará con la campaña de su liberación».
En consonancia con Vincent, la FIP remarcó: «Exigimos sin cesar la liberación inmediata de Assange en nombre de la libertad de prensa».
Assange enfrenta una condena de hasta 175 años de prisión
Si es declarado culpable en un tribunal de Estados Unidos por 17 cargos de violación de la ley de Espionaje de 1917 y uno de supuesta piratería informática, el australiano enfrenta una condena de 175 años de prisión.
Las imputaciones estadounidenses están relacionadas con la publicación en WikiLeaks de unos 90.000 partes de actividades de la guerra en Afganistán, 400.000 de acciones en Irak, 250.000 «cables sin editar» del Departamento de Estado y más de 800 informes sobre los reclusos retenidos en Guantánamo.
El 10 de diciembre, el Tribunal de Apelaciones de Reino Unido y Gales aprobó la extradición de Assange a Estados Unidos.
Hoy, el Alto Tribunal de Reino Unido dio permiso al programador para elevar al Supremo de ese país su caso contra la extradición.
Assange lleva más de 1.000 días encerrado en la cárcel de máxima seguridad de Belmarsh, ante la negativa de los jueces británicos a concederle la libertad condicional.