Rusia anunció la apertura de los corredores humanitarios

Son en las ciudades de Jarkov, Kiev, Mariupol y Sumy para evacuar civiles ucranianos.

El Ejército de Rusia anunció hoy la apertura de varios corredores humanitarios y el cese de ataques locales para evacuar a los civiles de las ciudades ucranianas de Jarkov, Kiev, Mariupol y Sumy.

«Advertimos que todos los intentos de la parte ucraniana de engañar a Rusia y a todo el mundo civilizado una vez más, afirmando que la parte rusa supuestamente es responsable de la interrupción de la operación humanitaria, esta vez resultarán inútiles y perderán el sentido», aseguró el Ministerio de Defensa de Rusia.

«Las fuerzas rusas, con fines humanitarios, declaran un ‘régimen de silencio’ en el día de hoy y la apertura de corredores humanitarios», reveló Moscú, aunque no precisó si los corredores abrirán a la hora local de Ucrania, cuyo huso horario registra una hora más que en Rusia.

El Ejército ruso confirmó, además, que la salida de civiles será controlada por sus efectivos mediante el uso de drones.

Por su parte, la viceprimera ministra de Ucrania, Irina Vereschuk, sostuvo que su país «se opone a la apertura de corredores que conduzcan hacia Rusia».

«Esa no es una opción aceptable para la apertura de corredores humanitarios. Nuestro pueblo no irá de Kiev a Bielorrusia para volar a Rusia», afirmó Vereschuk en una conferencia de prensa y le pidió a Moscú que acepte la apertura de corredores humanitarios exclusivamente con salida al territorio ucraniano para la evacuación de civiles.

Según la comunicación oficial del Ministerio ruso de Defensa, la información sobre el régimen de silencio se hizo llegar a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), a la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y a otras organizaciones internacionales.

«Exigimos que la parte ucraniana cumpla escrupulosamente todas las condiciones para crear corredores humanitarios en esas áreas y garantizar la retirada organizada de civiles y de ciudadanos extranjeros», insistieron las autoridades rusas.

El anuncio se dio poco antes de la tercera ronda de conversaciones entre Kiev y Moscú, que se celebrarán en las próximas horas, según reveló Ucrania.

Dos intentos previos de evacuar a los civiles del asediado puerto de Mariupol, en el este de Ucrania, fracasaron el fin de semana y las dos partes se acusan mutuamente de violar las condiciones de la evacuación.

Moscú señaló que la decisión de abrir los corredores fue una «solicitud personal» del presidente francés, Emmanuel Macron, a su par ruso, Vladimir Putin, en la charla que mantuvieron el domingo, por cuarta vez, desde que Rusia invadió Ucrania el 24 de febrero.

Moscú informó a la ONU y otros organismos internacionales sobre los corredores y pidió a Ucrania «cumplir estrictamente todas las condiciones» para la evacuación.

«Esperamos acciones concretas de las autoridades de Kiev, así como de las autoridades de las ciudades antes mencionadas», agregó.

El Ejército ruso bombardeó hoy ciudades ucranianas por aire, tierra y mar, con advertencias de que preparan un asalto a la capital Kiev.

El ataque llevó, hasta el momento, a más de 1,5 millones de personas a salir de Ucrania y muchas otras permanecen atrapadas en ciudades fuertemente bombardeadas por las tropas rusas.

 

Domingo sin avances

El segundo intento de evacuar a civiles de la sitiada ciudad ucraniana de Mariupol, en el sur, fracasó ayer en medio de acusaciones cruzadas sobre las responsabilidades y causas que provocaron la situación.

Paralelamente, la OSCE reportó que la sede de su misión en dicha ciudad fue bombardeada, por lo que dispuso la evacuación de los últimos funcionarios que quedaban allí.

Un funcionario del Ministerio del Interior ucraniano indicó que el fracaso se debió a continuos bombardeos de las tropas rusas, mientras que Putin acusó a Ucrania de impedir una acordada evacuación de los civiles.

Las evacuaciones estaban previstas comenzar ayer al mediodía durante un alto al fuego desde las 10 a las 21, pero Anton Gerashchenko, asesor del Ministerio del Interior ucraniano, manifestó que los ataques rusos las volvieron a impedir por segundo día consecutivo.

«No puede haber corredores seguros porque la mente enferma de los rusos decide empezar a disparar», escribió Gerashchenko en Telegram.

En tal sentido, el CICR confirmó la «interrupción» de la evacuación de Mariupol, una ciudad de 430.000 habitantes ubicada sobre el mar de Azov y sitiada por tropas rusas desde la semana pasada.

«En medio de escenas devastadoras de sufrimiento humano en Mariúpol, hoy se interrumpió un segundo intento de comenzar a evacuar a unas 200.000 personas de la ciudad», apuntó en un comunicado.

Un alto al fuego similar para Mariupol y la cercana ciudad de Volnovaja, de 20.000 habitantes, colapsó ayer en medio de acusaciones mutuas de violación de las fuerzas rusas y ucranianas.

Por su parte, el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, llamó ayer a hacer una pausa en las hostilidades en Ucrania para garantizar una salida segura de los civiles.

«Es absolutamente necesario lograr una pausa en los combates en Ucrania para permitir a la población civil abandonar de manera segura Mariupol, Jarkov y Sumi, así como otros lugares donde el conflicto está en curso, así como para garantizar suministros humanitarios vitales para los que se quedan», escribió Guterres en su cuenta de Twitter.

La OSCE, cuya sede está en Viena, mantenía una misión especial de observación en Ucrania, a pedido de este país, desde el 21 de marzo de 2014, tres días después de que Rusia resolviera anexar unilateralmente la península ucraniana de Crimea.

Asimismo, impulsó los Acuerdos de Minsk, suscritos en septiembre de ese año entre Ucrania, Rusia y las provincias ucranianas separatistas prorrusas Donetsk y Lugansk, con el objeto de poner fin a la guerra en esa región.

 

Sábado: Putin llamó a las sanciones «una declaración de guerra»

El fracaso en el intento de evacuar civiles y aportar alimentos y medicinas a través de corredores seguros y la advertencia de Putin acerca de que las sanciones contra su país son una virtual «declaración de guerra» fueron las novedades del sábado, en el marco de la invasión de Rusia a Ucrania.

El auspicioso anuncio del jueves último, en el segundo encuentro entre las partes, de que se habilitarían corredores seguros para la salida de civiles chocó el sábado con la realidad de fuego y acusaciones cruzadas cuando se intentó la salida de los habitantes de Mariupol, un puerto estratégico ucraniano sitiado por fuerzas rusas.

La salida de los civiles «fue postergada por razones de seguridad», ya que las fuerzas rusas «continúan bombardeando Mariupol y sus alrededores», declaró la alcaldía en la aplicación de mensajería Telegram.

Las milicias de la autoproclamada república separatista de Donetsk, aliadas a Rusia y territorialmente próximas a Mariupol, en tanto, responsabilizaron de estas nuevas hostilidades a grupos de extrema derecha ucranianos.

«Los nacionalistas se negaron a proporcionar un corredor humanitario a los residentes de Mariupol, y además se negaron a marcharse a territorio seguro», indicaron en un comunicado.

También Rusia culpó a los «nacionalistas ucranianos» de impedir irse a la población civil, algo que también pasó en Jarkov y Sumy, por lo que sus fuerzas retomaron la ofensiva.

La salida organizada iba a realizarse en micros municipales desde tres puntos de la ciudad y en vehículos particulares, que deberían atenerse estrictamente a una ruta preestablecida hasta llegar a Zaporiyia, donde se encuentra la central nuclear atacada en la semana.

Mientras los locales se frustraban ante la imposibilidad de escapar «bajo los bombardeos», según señaló el vicealcalde Sergei Orlov, Putin azuzaba el conflicto al evaluar que las sanciones que decenas de países adoptaron contra Moscú en materia económico-financiera, de energía, transporte y hasta deportivas, eran una virtual declaración bélica.

«Las sanciones son como una declaración de guerra», afirmó Putin, quien insistió en que cualquier país que imponga una zona de exclusión aérea en Ucrania «será considerado parte de conflicto».

Para Putin, es «absurda» la postura de Occidente sobre Ucrania. «Un delirio, teatro de lo absurdo, llaman negro lo que es blanco, y lo que es blanco, negro», disparó el mandatario.

 

Israel apareció en escena

Horas después, el líder ruso recibió en el Kremlin al primer ministro de Israel, Naftali Bennett, la primera autoridad extranjera de peso con la que el mandatario se ve desde el inicio de la invasión a la exrepública soviética, el 24 de febrero.

Únicamente se informó que hablaron de la cuestión Ucrania -Israel se había ofrecido la semana pasada como mediador- y Bennett viajó después a Berlín.

El tema sanciones sobrevoló una conversación telefónica que mantuvieron el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, y su par chino, Wang Yi, en la que el jefe de la diplomacia estadounidense buscó presionar a Beijing para que se sume a la campaña contra Moscú.

«El mundo está atento para ver qué naciones defienden los principios básicos de libertad, autodeterminación y soberanía», le dijo Blinken a Wang, según contó el vocero del Departamento de Estado, Ned Price.

Pero Blinken tuvo un gesto más fuerte aún, al visitar el puesto fronterizo de Korczowa-Krakovets, en Polonia, por donde pasan miles de refugiados, para reunirse con su par ucraniano, Dmytro Kuleba, ante quien reiteró el respaldo de Washington.

«Espero que la gente en Ucrania sea capaz de ver esto como una clara manifestación de que contamos con amigos que están a nuestro lado. Tuvimos una charla productiva sobre la eficacia de las sanciones ya impuestas a Rusia, pero también, y esto es más importante, sobre nuestros futuros pasos en el suministro de armas», relató Kudela.

Blinken, por su parte, renovó el respaldo: «El mundo entero está con Ucrania, al igual que yo estoy aquí en Ucrania con mi amigo, mi colega», puntualizó.

 

Declaraciones cruzadas

La cuestión de una eventual zona de exclusión aérea volvió a ser agitada por Volodimir Zelenski ante legisladores de Estados Unidos, con quienes conversó por videoconferencia, pese a la negativa rotunda de ayer de la Organización del Tratado del Atlántico (OTAN) y a las mismas advertencias de Putin.

Y el canciller ruso, Serguei Lavrov, se aprovechó de ese reclamo de Zelenski para acusarlo de buscar un conflicto Rusia-OTAN.

«Si estaba tan molesto porque la OTAN no lo defendió como esperaba, entonces confiaba en solucionar el conflicto involucrando a la OTAN en toda esta historia, y no a través de negociaciones. Resulta que busca provocar un conflicto», enfatizó Lavrov.

Antes de su charla con los congresistas estadounidenses, Zelenski afirmó que ya son más de 10.000 los militares rusos muertos desde el inicio de la invasión, cifras mucho más altas que las que comunica el Kremlin. «Son derrotas que no han visto en sus peores sueños», aseguró el mandatario.

Con todo, las informaciones dan cuenta de que tropas rusas siguen cerca de Kiev, donde encuentran una feroz resistencia, y bombardean barrios de los suburbios del oeste, así como a la ciudad de Chernígov, aparentemente con muchas víctimas civiles.

En Jarkov, la segunda ciudad del país, las fuerzas ucranianas lanzaron un contraataque. El ministro ucraniano de Defensa, Oleksiy Reznikov, afirmó que Rusia debió cambiar su táctica por la dura resistencia local, que en parte frustró su aparente plan de conquistar rápidamente las grandes ciudades y derrocar al gobierno de Zelenski.

En diez días de ofensiva, Rusia solo consiguió apoderarse de dos ciudades importantes, Berdiansk y Jersón, en la costa del mar Negro.

Sobre víctimas civiles, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos publicó un informe que ubicó en 351 los muertos y en 707 los heridos en los primeros ocho días de ataques en Ucrania.

«Desde las 4 de la mañana del 24 de febrero hasta las 00.00 del 4 de marzo, el Alto Comisionado ha registrado 1.058 bajas civiles en Ucrania: 351 muertos y 707 heridos», indicó el documento.

En paralelo, varias ciudades de Europa, entre ellas Londres, París, Roma y Zúrich, fueron escenario de multitudinarias concentraciones para pedir el fin de la guerra.

Y el FMI advirtió que los impactos económicos globales de los sucesos en Ucrania serían «aún más devastadores» si el conflicto se intensifica.