Shein, el e-commerce chino de la moda

La empresa, que no tiene tiendas físicas y que es un boom en las redes sociales, ya es un éxito en algunos países de América Latina, como México y Chile.

La plataforma china de moda en línea, Shein, empieza a ser cada vez más conocida por su veloz crecimiento y su modelo disruptivo de creación constante y casi customizada, pero también por una cuestionada trayectoria que la enfrenta con las marcas de diseño tradicionales.

La empresa es una misteriosa revelación en el mundo de las compras en línea. De hecho, fue noticia recientemente por superar a Amazon en descargas de apps en Estados Unidos y por crear un culto a su ropa de moda rápida que se vende en todo el mundo.

Algunos expertos afirman -incluso- que está superando a gigantes como Zara y H&M en su propio juego, al fabricar artículos con mayor rapidez y ser más hábil con los clientes desde el punto de vista digital.

La capacidad de Shein para atraer a los usuarios, una generación de compradores online voraces, a su plataforma es uno de sus principales ingredientes para el éxito, junto con su proceso de producción rápido, sus precios de ganga y sus ofertas de productos basadas en datos.

«Están haciendo que la moda rápida parezca lenta», afirmó Erin Schmidt, analista principal de Coresight Research, una empresa de asesoramiento e investigación global especializada en comercio minorista y tecnología. «Cambiaron el modelo», agregó.

La empresa, que nació en 2008, ya está en 220 países y, de acuerdo con el sitio de información de negocios Crunchbase, recibió más de US$ 553 millones en cinco rondas de inversión, desde su internacionalización, en 2015.

No obstante, Shein no solo fue calificado en medios británicos como el sitio web de moda «más manipulador», por sus tácticas para inducir a los clientes a realizar compras, sino que además registra demandas y controversias con varias marcas, grandes y pequeñas, por infracción de derechos de autor y copias de diseños exclusivos, entre ellos, Levi Strauss.

También sus creaciones fueron criticadas por mostrar simbologías equívocas y ofensivas hacia ciertas minorías o la censuraron en países como India, donde se prohibió la plataforma debido a fallas en la seguridad de los datos de sus usuarios.

Al principio, de la mano de Chris Xu en Nanjing, SheInside era un revendedor de prendas de vestir al por mayor, no participaba en el diseño ni en la fabricación de ropa. En 2014, obtuvo su propia cadena de suministro y compró Romwe, otro minorista de comercio electrónico chino, pasando a ser un «retailer completamente integrado». En 2015, con su internacionalización, la marca cambió oficialmente su nombre a Shein.

Los expertos afirman que el futuro de la moda está en empresas que podríamos calificar de ultra fast fashion, como Fashion Nova, Zalando, Boohoo, y la misma Shein, que tuvieron un 2020 espectacular, gracias a la pandemia de coronavirus y la influencia creciente de las redes sociales, especialmente TikTok e Instagram.

«Mientras otros gigantes del fast fashion como Inditex o H&M fueron muy golpeados por la pandemia dado su foco en el offline, este retailer netamente online ha tenido un crecimiento muy importante, logrando ventas por sobre los US$ 10.000 millones, según algunos portales especializados. Esto representa algo menos del 50% de lo que comercializó Inditex en 2020, año muy duro para este actor, que vio una caída de casi 30% en sus ingresos», detalló Horacio Arredondo, vicedecano de postgrados y académico chileno de la Escuela de Negocios UAI.

Justamente, la tecnología juega un rol preponderante en el éxito de la marca. A principios de junio, el sinólogo belga Pascal Coppens publicó en su programa de YouTube, China Lens, un episodio completo sobre la forma de producción de Shein, señalándola como el nuevo modelo de negocios que marcará el futuro del e-commerce.

Sería la tendencia consumer to manufacturer (C2M), un modelo que inició otra marca china, llamada Biyao, que busca, por una parte, eliminar a los intermediarios, y crear un retail casi en tiempo real, donde las firmas de diseño y manufactura de prendas de vestir puedan producir a gran velocidad basados en los gustos y preferencias de los usuarios de redes sociales, ofreciendo bajos precios, de forma muy rápida y siguiendo las tendencias más populares de la moda.