Tribunal interrogará al cardenal acusado de malversación de fondos

El cardenal Angelo Becciu, acusado junto a nueve personas de supuestas irregularidades financieras con operaciones inmobiliarias que causaron pérdidas por más de 200 millones de euros a la Santa Sede, comenzará a ser juzgado el 17 de marzo próximo por la Justicia vaticana.

El Tribunal vaticano que juzga a Becciu rechazó todos los pedidos de nulidad que las defensas hicieron desde el inicio del juicio en julio pasado y convocó para dentro de dos semanas al purpurado, en el momento de los hechos «número dos» de la secretaría de Estado del Vaticano y a quien el papa Francisco retiró sus derechos cardenalicios, pese a que se declaró inocente.

«Finalmente llega la hora de la verdad», planteó Becciu, de 73 años, al conocer la fecha en la que será interrogado.

El interrogatorio del 17 se basará exclusivamente en una de las líneas de la investigación, que busca esclarecer si fondos del Instituto para las Obras de Religión (IOR), el banco vaticano, y de la Conferencia Episcopal italiana acabaron en manos de entidades y personas relacionadas con el cardenal Becciu.

En particular, el Tribunal vaticano apunta a la isla de Cerdeña (oeste), de donde es originario Becciu, y puso bajo la lupa supuestos envíos irregulares a la diócesis de Ozieri y a la cooperativa Spes, de supuestos vínculos con el hermano del cardenal.

 

Pérdidas millonarias

La acusación vaticana reveló que estima en 217 millones de euros las pérdidas provocadas por la compraventa de un edificio en Londres, una operación por la que se juzga a Becciu y el resto de los acusados y es la parte central de la investigación.

Iniciado a fines de julio, el juicio contra Becciu, el primero en la historia que tiene a un purpurado como imputado, sufrió a lo largo del semestre una serie de demoras y pausas hasta que el tribunal anunció el inicio de los interrogatorios para mediados de marzo.

Uno de los ejes del proceso es un inmueble en el número 60 de Sloane Avenue, en el barrio Chelsea, de Londres, que según la acusación fue adquirido en 2014 con fondos reservados mientras Becciu se desempeñó como «número 3» de la Santa Sede.

Al elevar la investigación a juicio, dentro de las 73 páginas dedicadas a analizar la labor del purpurado, la fiscalía vaticana consideró que «también surgieron elementos contra el cardenal Giovanni Angelo Becciu, contra quien procedemos, como exige la ley, por los delitos de malversación y abuso de funciones también en concurso, así como soborno», subrayó.

Becciu y los otros nueve acusados enfrentan diversos cargos de delitos financieros como malversación, blanqueo de capitales, fraude, extorsión y abuso de funciones, tras más de dos años de investigación a funcionarios laicos y religiosos por supuesta malversación de fondos en la compra y venta de propiedades, en especial un Palacio en Londres por 200 millones de euros.

 

Un operador financiero, otro de los acusados

Entre los acusados está también el operador financiero Gianluigi Torzi, acusado de haberse quedado con una comisión de 15 millones de euros por la compraventa del palacio de Sloane Avenue de Londres.

Torzi, considerado el ‘broker’ del cardenal Becciu en la compraventa del polémico palacio de Londres, y uno de los imputados en la trama de presunta corrupción que está siendo juzgado por la Justicia vaticana, será finalmente extraditado a Italia para, a su vez, ser entregado a las autoridades de la Santa Sede.

El empresario, de 42 años, está acusado de extorsionar a funcionarios del Vaticano, así como de fraude y blanqueo de dinero en lo relacionado al edificio de Sloane Avenue, en el londinense barrio de Chelsea, que -según la investigación- fue una pieza imprescindible para la estafa.

Según el acta de envío a juicio, la investigación mostró «una red de relaciones con los operadores del mercado financiero que generó pérdidas sustanciales para las finanzas del Vaticano, habiendo recurrido también a recursos destinados a las obras de caridad personal del Santo Padre, dentro de un mega-esquema de fraudes».

En 2020, cuando se hizo pública la investigación, Becciu fue removido de su cargo de prefecto de Congregación de las Causas de los Santos en septiembre pasado y fue despojado de sus derechos como cardenal por el papa Francisco.

Ex sustituto de la Secretaría de Estado y considerado el «número 3» del Vaticano entre 2011 y 2018, Becciu perdió -tras su remoción- la posibilidad de participar en un eventual cónclave, y por ende de ser Papa a causa de la investigación.

 

Tres días de licencia paga por paternidad

El papa Francisco, por otro lado, decretó que los trabajadores del Vaticano aumenten de uno a tres días la licencia paga por paternidad, se informó oficialmente.

A través de un «Rescriptum» de la normativa laboral vaticana, el pontífice dispuso que «el empleado tiene derecho a tres días de permiso retribuido en ocasión del nacimiento de un hijo».

En el caso de las madres, la licencia paga es de seis meses con un formato de dos meses antes del nacimiento y cuatro después, pero que puede variar si un tribunal médico autoriza a la mujer a trabajar hasta el octavo mes de embarazo.

Respecto de los padres, en la nueva normativa, difundida por la oficina de prensa del Vaticano, se establece que «los tres días de permiso, a entenderse sobre días laborales», será computados con un «tratamiento económico del 100% de la retribución» recibida, convirtiéndolos en remunerados.

Además, la nueva norma prevé que la licencia paga «se aplica también al padre adoptivo o en custodia».