La agencia estadounidense Standard & Poor’s Financial Services LLC (S&P) rebajó la calificación crediticia de Perú en un escalón, a «BBB», con el argumento de que el estancamiento político del país socava los esfuerzos por mantener la confianza de los inversores y limita las perspectivas de crecimiento.
BCP, MiBanco, Scotiabank, BBVA, Interbank, Corporación Financiera de Desarrollo (Cofide) y al Fondo Mivivienda son los bancos e instituciones financieras que sufrieron una rebaja de nota por parte S&P.
Todo esto en un momento en que el presidente peruano, Pedro Castillo, enfrenta acusaciones de corrupción.
S&P consideró que el estancamiento político probablemente seguirá erosionando la confianza empresarial.
«El recorte de la calificación de Perú refleja la erosión de la evaluación institucional de la calificación soberana luego de un prolongado periodo de inestabilidad política, debido a continuas tensiones entre los poderes Ejecutivo y Legislativo», indicó la agencia S&P.
Asimismo, esta baja de calificación también se debe a los retiros de los fondos de pensiones y la mayor dependencia del financiamiento externo en 2020 y 2021, pues consideró que ambos factores «afectaron la composición de la deuda de Perú, llevando a un perfil de deuda actualmente más vulnerable».
Tras este anuncio, S&P procedió a cambiar la nota de las entidades financieras debido a la influencia de la calidad crediticia soberana en las calificaciones de estos bancos.
«Nuestras calificaciones de Perú limitan las de instituciones financieras nacionales, porque no consideramos que las entidades puedan resistir un escenario de incumplimiento soberano, dada su gran exposición al país en forma de préstamos y valores», detalló la agencia.
«El deterioro del crédito del soberano reduce su capacidad para brindar apoyo extraordinario del Gobierno al sistema financiero y entidades financieras relacionadas con el Gobierno si fuera necesario», concluyó S&P.
Golpe a Petroperú
S&P también rebajó la calificación crediticia de PetroPerú, en medio de la polémica en la que se encuentra la empresa estatal.
«La compañía pasó de una calificación a largo de plazo de BBB- a BB+, un escaño en el cual ya es considerado como bono basura», según Bloomberg.
Actualmente la nota BB+ de S&P se usa para catalogar a aquellas empresas con mayor riesgo para incumplir sus deudas.
Pero la agencia no solo recortó la calificación de Petroperú, sino que también cambió la perspectiva de estable a negativa.
En esta calificadora, Petroperú pasó de una nota BBB a BBB-, la cual sería la más baja del grado de inversión.
En este caso, Bloomberg indicó que esta reducción de calificación «implica que la petrolera estatal está al borde de ser recortada como bono basura, o notas consideradas especulativas».
Esto afectará a los peruanos
Esta mala calificación de Standard & Poor’s afectará a los peruanos, quienes pagarán mayor costo de deuda.
Juan José Marthans, ex jefe de la Superintendencia de Banca, Seguros y APF (SBS), sostuvo: «Esta es una voz de alerta, pues no es una degradación más, va a empezar a afectar más fuerte el flujo de capitales y costo de financiamiento».
«El gobierno de turno es claramente el que debe asumir la responsabilidad del golpe al país y el costo económico que tienen los peruanos», agregó.
Y cerró: «De mantenerse esta situación y el continuo deterioro de la estabilidad política, confianza y perspectivas de crecimiento, podrían traer nuevas degradaciones. Esto ya sería funesto», precisó Marthans.
El pedido de vacancia
El Congreso aprobó recientemente iniciar un juicio político contra Castillo en busca, por segunda vez en menos de cuatro meses, de destituir al mandatario izquierdista.
De hecho, el Parlamento convocó al presidente para que acuda el 28 de marzo y responda las acusaciones que lo vinculan con casos de corrupción en su Gobierno y de supuestas faltas constitucionales durante sus funciones.
Castillo negó todas las acusaciones, aunque aceptó -sin especificar- desaciertos durante su gestión.
Pero sin dudas todo esto afectó al país. La semana pasada el Banco Central de Perú elevó su estimación para la inflación y ahora espera que cierre este año en un 3,6% y en 2023 se ubique en torno a 2,1%.