Fertilizantes_Crisis

La crisis de fertilizantes rusos disparó la inflación en América Latina

Además de los problemas con los fertilizantes, los coletazos del conflicto bélico en Ucrania amenaza la seguridad alimentaria en la región.

Los productores agrícolas de América Latina lidiaban con la escasez y precios en alza de los fertilizantes debido a problemas en la cadena de suministro global, producto de la pandemia de coronavirus.

Pero desde el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, que comenzó el 24 de febrero pasado, esto se agudizó.

Y aunque algunos países lograron stockearse mediante compras anticipadas, la gran duda que tienen hoy es si habrá fertilizantes suficientes para el segundo semestre de 2022.

Justamente ese vaivén en el sector agrícola no solo disparó la inflación en varios países latinoamericanos sino que además amenazó la seguridad alimentaria en la región, algo que es una preocupación.

Brasil, un privilegiado

Provenientes de los puertos rusos de San Petersburgo y Murmansk, llegaron paulatinamente un total de 24 barcos con cerca de 678.000 toneladas de fertilizantes a Brasil, el cuarto consumidor mundial de este insumo, aunque solo produce el 15% en su territorio.

Son buenas noticias para el gigante sudamericano que, pese a las sanciones contra Rusia por la invasión a Ucrania, se aseguró el suministro de fertilizantes, especialmente de cloruro de potasio que es utilizado en los campos de soja y maíz.

Esto fue factible, según un operador de fertilizantes, debido a que las unidades extranjeras de las empresas rusas aún cumplen con los pedidos, mientras los bancos que no fueron afectados por las sanciones occidentales procesan los pagos. 

Los puertos brasileños, como el de Paraná, operan al tope de su capacidad recibiendo una cantidad inusual de fertilizantes, luego de que los importadores se apresuraran en realizar compras anticipadas ante el temor de un corte de abastecimiento.

Paranaguá, uno de los puertos más activos del país, tiene 18 buques a la espera de descargar con cerca de 600.000 toneladas de fertilizantes de diversos orígenes, informó la autoridad portuaria en un comunicado. 

«La totalidad de los 3,5 millones de toneladas de almacenamiento del puerto ya están en uso, lo que dificulta el trabajo de descarga», precisó Luiz García, presidente de Parana Ports, según consignó la agencia de noticias Reuters.

Pero otros no tuvieron la misma suerte

Sin embargo otros países de la región tienen dificultades para adquirir este insumo clave para la producción agrícola y ganadera, incluso desde antes de la guerra que se libra en Ucrania, debido a la escasez de fertilizantes químicos nitrogenados y la crisis logística global. 

Todo esto generó aumentos de hasta el 43% de los precios en algunas partes del mundo, lo que se traduce en alza de precios e inflación.

Y es que Rusia es el cuarto productor de nitrógeno y fósforo y el tercero de potasio en el mundo, por lo que el cierre de este mercado desencadenó un incremento consistente de los precios.

«Para lo que va de 2022 los precios internacionales de los fertilizantes se incrementaron en promedio más del 40%, situación que es preocupante porque en 2021 cerramos con incrementos en precios de más del 100% para algunos fertilizantes como la urea», explicó Andrés Felipe Sarmiento, analista del sector Agroindustria de la Dirección de Investigaciones Económicas, Sectoriales y de Mercado del Grupo Bancolombia.

«Para los próximos meses esperamos que continúe el crecimiento en precios, pero todo va a depender de cómo evolucione el conflicto entre Rusia y Ucrania. No obstante, este no es el único factor que preocupa. El cierre del mercado ruso y bielorruso también ha aumentado las preocupaciones por un posible desabastecimiento», remarcó.

Colombia, por ejemplo, importa más de dos millones de toneladas de fertilizantes al año, de acuerdo con cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane).

Las principales importaciones de este rubro son la urea, fosfato diamónico, fosfato monoamónico y cloruro de potasio. 

En el caso de la urea, la sustancia de nitrógeno más popular, de mayor uso y demanda, 42% es importada de Rusia y Ucrania.

«Si los precios no bajan, a los productores que en el segundo semestre del año pasado se vieron afectados por la crisis de la cadena de suministro y que no tienen recursos para volver a insertarse en el circuito de producción, debido a los altos costos, les será imposible volver a producir», sentenció Jorge Bedoya presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC).

Mayor precio y menor oferta

Actualmente, la preocupación para los productores agrícolas latinoamericanos es el precio y la disponibilidad de los fertilizantes.

«Hay fertilizantes que han subido su precio en un 80%. Pero la urea, por ejemplo, ha subido 150%», destacó Germán Palacio, gerente general de la Federación Colombiana de Productores de Papa, (Fedepapa) al diario colombiano La República.

El sector agroexportador ecuatoriano viene sufriendo tanto por la escasez y los altos precios de los fertilizantes como por la imposibilidad de exportar banano a Rusia, un mercado destino significativo. 

«Cada día se complica más esta situación. Para Ecuador, que es un país típico exportador de fruta, especialmente de banano, es fundamental el mercado ruso que representa el 25% de las exportaciones totales de Ecuador», explicó Alfredo Saltos, el consultor agrícola y ex ministro de Agricultura de Ecuador.

Según Saltos, el 50% de fertilizantes nitrogenados importado por Ecuador proviene de Rusia y un porcentaje similar de fertilizante potásico de Ucrania. 

«El banano es un cultivo muy demandante tanto de fertilizante nitrogenado como de potásico y algo de fosfóricos. La logística está alterada, los fletes están elevados, los contenedores son escasos. Entonces, eso va a traer graves consecuencias para la producción de alimentos. Los fertilizantes son fundamentales en la productividad de los cultivos», puntualizó.

En Perú, la Convención Nacional del Agro Peruano (Conveagro) advirtió que la falta de fertilizantes ocasionará en los próximos tres y seis meses una caída de 40% de la producción nacional. 

«No hay fertilizantes y lo que hay, vale 410% más que el precio normal, pero no hay. Nosotros le hemos contado este problema al presidente Pedro Castillo desde noviembre de 2021», reveló Clímaco Cárdenas, presidente de Conveagro.

Cárdenas refiere que en una campaña normal de papa un agricultor «produce un promedio de 35.000 kilos, pero sin la cantidad de fertilizante necesaria solo producirá entre 10.000 a 12.000. Además de la papa, otros productos castigados con esta situación son el arroz y el maíz», detalló.

«Nuestra agricultura enfrentará la campaña agrícola que se inicia en estos meses sin fertilizantes. El no tener fertilizantes implica caídas de producción que van entre 20% y 40%, dependiendo de los cultivos», explicó Eduardo Zegarra, economista e investigador del think tank peruano Grupo de Análisis para el Desarrollo (Grade) en una comisión especial del Congreso.

«Puede llevar a una caída dramática de la producción de arroz, papa y maíz, y eso tendría un impacto doblemente grave en los hogares peruanos que ya vienen enfrentando la crisis inflacionaria importada», añadió, 

Zegarra precisó que entre enero y abril de 2021 «se importaron cerca de 200.000 toneladas de fertilizantes, mientras que durante el mismo periodo de este año no se ha llegado ni a las 20.000».

Paños fríos temporales

Los productores agrícolas se vieron obligados a tomar medidas para abastecerse de fertilizantes.

«Hemos observado una respuesta oportuna por parte de los actores de la cadena de fertilizantes que realizaron importaciones anticipadas de potasio y de mezclas con potasio para evitar problemas de abastecimiento», afirmó Andrés Felipe Sarmiento, analista del sector Agroindustria de la Dirección de Investigaciones Económicas, Sectoriales y de Mercado del Grupo Bancolombia.

«Las compras de potasio y de mezclas principalmente NPK -nitrógeno fósforo y potasio- crecieron entre diciembre de 2021 y enero de 2022 en 69% y 892%, respectivamente. Esto nos indica qué las empresas de la cadena de abonos anticiparon la crisis y podrían mitigar posibles desabastecimientos durante el primer semestre de 2022», continuó.

Y agregó: «Además, si uno mira los balances financieros del cierre de 2021 de algunas empresas de insumos importantes, se observa un crecimiento importante de inventarios de más del 100% con respecto al cierre de 2020», apuntó.

«Para el segundo semestre los inventarios habrán rotado y las presiones mundiales en la cadena de abastecimiento seguramente habrán aumentado por el inicio de la época de lluvias en Brasil e India, que es cuando crece la demanda de fertilizantes y los atascamientos logísticos en China por cuenta del cobre», concluyó.

Por su parte, Alfredo Saltos, el consultor agrícola y ex ministro de Agricultura de Ecuador, aseguró: «Lo primero que han hecho los productores es bajar las cantidades que aplican a los cultivos por sus altos precios y eso tiene una respuesta inmediata en la reducción de la productividad». 

«También están haciendo algo con orgánicos, pero no es una cuestión significativa y va a tomar tiempo. He visto esfuerzos muy grandes del mismo Ministerio de Agricultura que está implementando unas plantas de bioinsumos en algunos lugares del país, pero hasta que estas se instalen y funcionen va a pasar un buen tiempo», añadió.

Además de compras anticipadas, las grandes agroexportadoras que tienen un mayor poder de negociación están conversando con sus proveedores para reducir el precio aunque saben que esta opción no es sostenible en el tiempo.

Sin embargo, los pequeños productores son los más perjudicados. En Perú, en noviembre de 2021 el gremio agrario pidió apoyo al gobierno para que puedan costear la compra de fertilizantes. 

Finalmente se acordó brindar un fondo de 720 millones de soles (US$ 188 millones, aproximadamente) para subvencionar el precio de los fertilizantes y ayudar a los agricultores. 

«Lamentablemente de ese dinero hasta ahora no hemos visto nada, a pesar de que se comprometió al Ministerio de Economía y Finanzas», subrayó Clímaco Cárdenas.

En tanto, el gobierno anunció que concretó la importación de 5.000 toneladas mensuales de urea de Bolivia, por los próximos seis meses hasta octubre, y está en vías de negociar otras 25.000 toneladas mensuales de Venezuela. 

En este último caso, el intermediario sería la empresa Petroquímica de Venezuela (Pequiven). 

Adicionalmente, Perú está en contacto con una empresa que podría proveer fertilizantes adicionales desde Iraq e Indonesia, y otra parte desde Canadá. 

La inflación, el mayor dolor para la región

La problemática de los fertilizantes no solo afecta los campos agrícolas, sino también a las mesas de los hogares latinoamericanos, ya que el precio de los alimentos se incrementó  considerablemente y elevó las tasas de inflación en muchos países de la región.

Por ejemplo, en Colombia entre marzo de 2021 y marzo de 2022 el Índice de precios al Consumidor (IC) anual de alimentos aumentó 26%. 

Según el Análisis: Fertilizantes, Costos del Grupo Bancolombia, muchas actividades del agro llevan meses con precios de venta al productor creciendo por encima de los costos, como el aceite de palma, el café, la carne de res, entre otros. 

Pero, de cara a la inflación de alimentos, tres productos con gran relevancia, como la leche, el arroz y la papa, tuvieron una situación contraria la mayor parte de 2021, y sus precios apenas empiezan a repuntar a una velocidad superior a la del costo.

«Para 2022 el panorama del precio de los alimentos sigue siendo preocupante por varias razones, entre ellas, porque se espera que sigan aumentando los costos de producción y porque algunos productos podrían reducir el uso de fertilizantes con lo que podría disminuir la productividad», opinó Andrés Felipe Sarmiento.

«De cualquier manera en algún momento, los precios van a incentivar una mayor producción y con lo cual podríamos observar tendencias a la baja del precio del consumidor a medida que las mayores cosechas ingresen al mercado», aseveró.

En Perú, según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), en marzo de 2022 la inflación fue de 6,8% en Lima (7,54% a nivel nacional), superando el pico inflacionario de 2008, previo a la crisis financiera internacional. 

«El rango meta de Perú que es 3%, ahora está bordeando el 7%. Entre el 3% y 7% tenemos cuatro puntos extras, de esos, tres puntos son por [alza de precios de] alimentos», sostuvo Hugo Vega, economista senior de la Unidad de Perú de BBVA Research durante el webinar Guerra Rusia-Ucrania e impacto en Commodities.

Brasil, a pesar de haberse asegurado el suministro de fertilizantes durante el primer semestre del año, no se salvó de la presión al alza de los precios de los alimentos, y por ende, también de la inflación. 

Es así que en abril el Índice de Precios al Consumidor Amplio -15 registró una subida de 1,73%. 

Se trata del mayor incremento mensual desde febrero de 2003 y el más alto para un mes de abril desde 1995, ubicándose muy por encima del índice de marzo que registró un aumento de 0,95%. El acumulado del año alcanzó a 4,31% y a 12,03% en los últimos 12 meses.

Este escenario de precios e inflación alta es generalizado. Incluso, el Banco Mundial en su último informe de previsiones de los mercados de materias primas proyecta que el alto elevado nivel de precios que se registra en estos momentos en los alimentos y también en la energía se mantendrá durante tres años.

Los próximos meses serán cruciales, aunque todo apunta que los problemas de suministro y alzas de precio de fertilizantes tienen para rato, al mismo estilo que la crisis logística mundial.