Perú y Ecuador, los ecosistemas que aún no logran convertir sus startups en unicornios

La brecha en el acceso al financiamiento, el poco o nulo apoyo gubernamental y los emprendimientos con mayor carga de innovación son los impedimentos para no llegar al tan ansiado objetivo.

Las startups de Perú y Ecuador aún no logran despegar, pese a que Latinoamérica se convirtió en la cuna de varias empresas emergentes que en el último año -muchas de ellas impulsadas por la pandemia- dieron el gran salto y se transformaron en unicornios, es decir compañías que alcanzaron una valoración por encima de los 1.000 millones de dólares.

Según una investigación de venture capital ALLVP, estos dos países, a diferencia de otras naciones latinoamericanas, cuentan con no más de dos aspirantes a convertirse en unicornios: edtech Crehana y el marketplace de alimentación Favo, en Perú; y la fintech  Kushki, en Ecuador.

La brecha en el acceso al financiamiento, el poco o nulo apoyo gubernamental y los emprendimientos con mayor carga de innovación son las trabas con las que se encuentran estos tres emprendedores.

En tal sentido, Justin Schwartz, managing partner del fondo de inversión Impaqto Capital, señaló: «El ecosistema de emprendimiento de Ecuador está en una etapa inicial y nos faltan algunos factores para tener empresas unicornios o soonicornios, en este caso. Por un lado, no tenemos tantas organizaciones de apoyo a emprendedores como incubadoras, escaladoras, programas de mentoría y de apoyo para el desarrollo de conocimiento y capacidades de emprendedores, que son importantes para que sus startups tengan éxito».

«Solo tenemos cinco fondos de capital de riesgo de diferentes tipos, todos son pequeños. Algunos invierten en Ecuador y otros en la región. Definitivamente, hay una brecha de acceso a capital para startups en etapa temprana. Otro punto es que Ecuador es un mercado pequeño, una startup no puede tener éxito o llegar al nivel de unicornio solo con enfoque en este país», agregó.

Por su parte, Mauricio Andújar, CEO y cofundador de la agencia de transformación digital Liquid, afirmó: «El ecosistema de emprendimiento e innovación peruano es inmaduro y aún le falta tiempo para llegar al nivel de otros, como el chileno o el colombiano».

«En el ecosistema chileno, Startup Chile y la Corporación de Fomento de la Producción (Corfo) son dos vehículos del gobierno que han hecho que esto se dinamice. En Perú, en los últimos dos años –con pandemia y crisis política y económica de por medio­– se ha desacelerado el apoyo del gobierno. Programas como ProInnóvate han congelado la ayuda y no hay nuevas generaciones de emprendimientos nacientes y eso preocupa. No hay tantos emprendimientos nuevos saliendo y mi hipótesis es que sucede porque no hay tantos incentivos para que eso suceda», indicó.

Por último, el ecuatoriano Ernesto Kruger, CEO fundador de Kruger Corporation, compañía especializada en innovación y transformación digital, explicó: «La barrera del financiamiento se da en las etapas tempranas de las empresas, que requieren de capital semilla e inversión ángel para despegar. Puede que estos requerimientos se cubran de pronto, pero a largo plazo un venture capital resulta difícil y la mayoría de los emprendedores exitosos salen en búsqueda de inversores en otros mercados como el americano. Antes lo hacía en el chileno».

Al respecto, Schwartz se refirió a Kushki, que ya opera en cinco países. «Las startups deben tener esa visión y ambición regional para que puedan dominar la región y no solo quedarse en Ecuador. Kushki es un gran ejemplo del soonicornio ecuatoriano porque desde el inicio tuvo esa visión regional. La fintech puso al país en el mapa de los inversionistas extranjeros, y eso es importante porque el 80% del capital de riesgo que se invierte en Latinoamérica va a Brasil y México y para los mercados pequeños significa un gran esfuerzo atraer capital y educar a los inversionistas de que sí hay oportunidades interesantes en estos países», subrayó.

Para Debbie Jaffe, managing director de Endeavor Perú, organización que apoya a emprendimientos de alto impacto, los soonicornios mencionados por ALLVP, especialmente los de Perú, son “built for scale” o creados desde día uno para escalar en términos de tamaño e infraestructura técnica, pero también en términos del mercado.

«En el caso de Crehana, una plataforma de edtech, tenía todo el mercado hispanoparlante a su disposición. Otros productos o servicios tienen que ver con temas regulatorios o de logística, como es el caso del e-commerce o quick commerce. No es algo insuperable, pero tienen que pensarlo bien. ¿Qué necesitan para tener éxito? Los recursos en una etapa temprana para crecer, talento cross border, como lo hace Favo, que tiene mucho talento en Brasil, capital (internacional que vemos con Crehana) y soporte en etapas tempranas como mentoría», finalizó.