Preocupación, los niveles de gases alcanzaron un récord en 2020

En tal sentido, el primer ministro británico, Boris Johnson, admitió que puede «salir mal» la cumbre de la COP26 sobre el clima del próximo domingo en Glasgow, Escocia.

Las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera alcanzaron un nuevo récord el año pasado y aumentaron a un ritmo más rápido que el promedio anual en la última década pese a la reducción temporal durante los confinamientos por el coronavirus, advirtió la Organización Meteorológica Mundial (OMM).

El informe de la OMM se publicó el mismo día en que otro organismo de Naciones Unidas, la oficina climática de la ONU, alertó que el mundo sigue sin alcanzar sus metas de reducción de las emisiones como parte de los esfuerzos internacionales para frenar el calentamiento global.

Ambos anuncios se dieron a días del inicio de la COP26, la 26ta conferencia de la ONU sobre el cambio climático, que se realizará desde el domingo al 12 de noviembre en Reino Unido, en la ciudad escocesa de Glasgow.

«La concentración de gases de efecto invernadero que retienen el calor en la atmósfera volvió a alcanzar un récord el año pasado, y la tasa de aumento anual registrada fue superior a la media del período 2011-2020», anunció la OMM en un comunicado.

El secretario general de la OMM, Petteri Taalas, pronosticó que «al ritmo actual de aumento de las concentraciones de gases de efecto invernadero» se verá «un aumento de la temperatura a finales de este siglo muy por encima de los objetivos del acuerdo de París de 1,5 a 2 grados Celsius arriba de los niveles preindustriales».

De acuerdo con este organismo de la ONU, la desaceleración económica causada por el coronavirus «no tuvo ningún efecto evidente en los niveles atmosféricos de los gases de efecto invernadero ni en sus tasas de aumento, aunque sí se produjo un descenso transitorio de las nuevas emisiones».

Las emisiones de dióxido de carbono (CO2) generadas por los seres humanos, que resultan principalmente de la quema de combustibles fósiles como el petróleo y el gas o de la producción de cemento, representan aproximadamente dos tercios del efecto de calentamiento del clima.

Según la OMM, como el CO2 es un gas de larga vida, «el nivel de temperatura observado actualmente persistirá durante varias décadas, aunque las emisiones se reduzcan rápidamente hasta alcanzar el nivel de cero neto».

En paralelo, la oficina del clima de la ONU dijo que el mundo podría reducir sus emisiones entre un 83% y 88% para 2050 en comparación con 2019, según su evaluación de los compromisos formales asumidos por los países que firmaron el acuerdo de París.

Sin embargo, se proyecta que las emisiones en 2030 serán un 16% más altas que en 2010, según los compromisos formales hasta ahora.

«Tal aumento, a menos que se cambie rápidamente, puede conducir a un incremento de temperatura de alrededor de 2,7 grados Celsius para finales de siglo», remarcó la ONU.

Los expertos argumentaron que las emisiones deben reducirse a la mitad para 2030 en comparación con los niveles de 2010 y esencialmente llegar a cero a mediados de siglo, si se quiere lograr el objetivo de París de limitar el calentamiento global a 2 grados Celsius, idealmente no más de 1,5 grados Celsius.

«Sobrepasar los objetivos de temperatura conducirá a un mundo desestabilizado y un sufrimiento sin fin, especialmente entre aquellos que menos han contribuido a las emisiones de GEI en la atmósfera», manifestó Patricia Espinosa, directora de la oficina climática de la ONU, quien agregó: «No estamos ni cerca de donde la ciencia dice que deberíamos estar».

Con esos números, parece lógica la preocupación de Johnson acerca de los probables resultados de la cumbre de Glasgow: «Va a ser muy, muy dura. Y estoy muy preocupado, porque puede salir mal y no conseguir los acuerdos que necesitamos. Es una cuestión de suerte», manifestó el primer ministro.

El Gobierno británico pretende que la mayor cantidad de países se comprometan a reducir las emisiones de gases efecto invernadero para intentar detener el calentamiento global, tal como se firmó en el Acuerdo de París de 2015.

Unas 25.000 personas llegarán a Glasgow, entre líderes mundiales, periodistas y miles de activistas como el grupo Extinction Rebellion, que está pidiendo el fin inmediato del uso de combustibles fósiles.