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Rusia concentrará su ofensiva en la «liberación» del este de Ucrania

El ejército de Rusia no solo anunció hoy que se concentrará en la «liberación» de la zona oriental de Ucrania sino que además aseguró que alcanzó los objetivos iniciales que se planteó

El ejército de Rusia no solo anunció hoy que se concentrará en la «liberación» de la zona oriental de Ucrania sino que además aseguró que alcanzó los objetivos iniciales que se planteó al lanzar su operación militar el 24 de febrero pasado, algo que desató la condena de la comunidad internacional.

«En general, las principales tareas de la primera etapa de la operación han sido completadas. El potencial de combate de las Fuerzas Armadas de Ucrania se ha reducido significativamente, lo que permite, lo enfatizo una vez más, concentrar los esfuerzos principales en lograr el objetivo principal: liberar el Donbass», aseguró el jefe de Estado mayor adjunto de las Fuerzas Armadas de Rusia, Serguei Rudskoi, en referencia a la región del este de Ucrania.

Los principales avances de Rusia se concentraron en el este y el sur de Ucrania, pero todavía no consigue capturar ninguna ciudad importante.

Una parte de la zona ucraniana del Donbass está controlada desde 2014 por separatistas prorrusos

Justo antes de lanzar la ofensiva que comenzó el 24 de febrero, Rusia reconoció la independencia de las regiones separatistas de Donetsk y Lugansk, ubicadas en el Donbass, y lanzó la intervención militar argumentando que quería protegerlos de un «genocidio» orquestado por el gobierno de Ucrania.

Según Rudskoi, hasta el momento la Milicia Popular de la República Popular de Lugansk «liberó» el 93% de su tierra y 276 asentamientos, y la Milicia Popular de la República Popular de Donetsk, el 54%.

«Las Fuerzas Armadas de Rusia seguirán realizando la operación militar especial según lo planeado hasta el pleno cumplimiento de las tareas asignadas por el Comandante Supremo», destacó.

Y continuó: «Actualmente las fuerzas aéreas ucranianas y el sistema de defensa aérea están casi completamente destruidos y las fuerzas navales del país dejaron de existir».

«Se destruyeron 39 bases de almacenamiento y arsenales, que contenían hasta el 70% de todas las existencias de equipo militar, material y combustible, así como más de 1.054.000 toneladas de municiones», agregó.

Rudskoi, por último, informó: «16 de los principales aeródromos militares y 30 fábricas del sector de Defensa de Ucrania fueron neutralizados por nuestras fuerzas».

El Ministerio de Defensa de Rusia informó hoy que misiles de crucero rusos Kalibr destruyeron cerca de Kiev un importante centro de distribución de combustible que suministraba insumos al ejército ucraniano, información que luego fue confirmado por el Gobierno de Ucrania.

Además, Rusia reconoció que 1.351 soldados de sus filas murieron desde el inicio de su ofensiva militar en Ucrania hace un mes y aseguró que las tropas ucranianas perdieron más de 14.000 efectivos.

La situación del Donbass, donde están emplazadas las provincias rusoparlantes Donetsk y Lugansk, fue uno de los orígenes del conflicto, ya que Rusia reclamó durante años que Ucrania cumpliera con los Acuerdos de paz de Minsk de 2014 y 2015, según los cuales ambas provincias podían votar sus autoridades regionales y tener el idioma ruso como oficial y de enseñanza escolar.

Rusia asegura que ello no ocurrió, sino que, por el contrario, el Gobierno ucraniano mantuvo un enfrentamiento militar «criminal» contra las milicias separatistas que, según cifras de Naciones Unidas, dejó al menos 14.000 muertos entre 2015 y 2021.

Ucrania, en cambio, afirma que con la operación militar Rusia pretende arrasar con la cultura y la historia ucraniana, y derrocar al presidente Volodomir Zelenski para promover que llegue al poder un dirigente cercano a Moscú.

Al menos 300 muertos en bombardeo de teatro de Mariúpol

«El número de muertos en el bombardeo ruso del teatro de Mariúpol del pasado 16 de marzo, en el que se refugiaban centenares de personas, podría rondar los 300», informó hoy la alcaldía de la ciudad portuaria ucraniana, citando a testigos.

«Testigos tienen informaciones según las cuales unas 300 personas fallecieron en el teatro de Mariúpol tras un bombardeo ruso. Hasta el final nos negamos a creer este horror, queremos pensar que todo el mundo salió ileso. Pero los testimonios de quienes se encontraban dentro del edificio en el momento de este acto terrorista dicen lo contrario», escribió la alcaldía en su cuenta en la aplicación Telegram.

Petro Andriuschenko, concejal del ayuntamiento, se negó ante una consulta de la agencia de noticias AFP a dar más detalles, pero adelantó que habrá «probablemente más informaciones de aquí a esta noche».

El teatro, situado en el centro de la asediada ciudad sureña, fue alcanzado por un bombardeo el 16 de marzo.

La entrada del refugio en el que se encontraban centenares de personas «sobre todo mujeres, niños y personas de edad avanzada», según la alcaldía, quedó bloqueada por los escombros y las operaciones de rescate se complicaron debido a los bombardeos incesantes.

La emisaria ucraniana para los derechos humanos, Liudmila Denissova, declaró el 17 de marzo que el refugio situado dentro del teatro había resistido al bombardeo.

Hace una semana, el presidente ucraniano Zelenski indicó que más de 130 personas habían podido ser rescatadas con vida, pero que «centenares» seguían bajo los escombros.

La firma estadounidense de tecnología espacial Maxar, especializada en las imágenes via satélite, publicó el 16 de marzo una foto del teatro, tomada dos días antes, según la compañía.

En el suelo, se leía la palabra «niños», escrita en ruso, en inmensas letras blancas, delante y detrás del edificio.

Más de 2.000 civiles murieron en Mariúpol desde el inicio de la guerra, hace un mes, según cifras del ayuntamiento.

Decenas de miles han huido, pero Zelenski considera que hay unas 100.000 aún bloqueadas en esta ciudad portuaria estratégicamente situada en el mar de Azov y asediada por Rusia desde hace semanas.

Rusia negó uso de bombas de fósforo en Ucrania

El Kremlin negó hoy haber usado bombas de fósforo durante la invasión a Ucrania, tal como aseguró ayer el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, al tiempo que criticó las sanciones impuestas por Occidente contra la cultura rusa y las comparó con la quema de libros de la Alemania nazi.

«Rusia nunca ha violado las convenciones internacionales. Para detalles, les recomendamos que se dirijan al Ministerio de Defensa», señaló el vocero de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, citado por la agencia de noticias rusa Sputnik.

Zelenski afirmó ayer que las tropas rusas «han usado bombas de fósforo contra civiles en Ucrania» y calificó de «real» el peligro de que Rusia llegue a usar armas químicas a gran escala en territorio ucraniano.

El portavoz del Kremlin, en cambio, negó la versión y acusó al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, de querer «desviar la atención» del programa de armamento químico y biológico estadounidense en Ucrania.

«Está claro que los estadounidenses intentan desviar la atención hablando de una supuesta amenaza rusa, dentro del escándalo provocado por los programas de desarrollo de armas químicas y biológicas de Estados Unidos en varios países, incluido Ucrania», enfatizó Peskov, citado por la agencia de noticias AFP.

Biden prometió ayer que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) reaccionaría en caso de que el Gobierno de Vladimir Putin decidiera usar armas químicas en Ucrania.

«La naturaleza de la respuesta dependerá de la naturaleza del uso», advirtió tras una cumbre de la alianza militar en Bruselas.

El presidente estadounidense aseguró el lunes que era «claro» que Rusia estaba considerando el uso de armas químicas y biológicas en Ucrania y advirtió de una «severa» respuesta de Occidente si decidiera hacerlo.

El Ministerio de Defensa ruso no solo acusa casi diariamente a Estados Unidos «de financiar un programa de armas biológicas en Ucrania» sino que además señala que cuenta «con pruebas» de eso.

Entre otros programas, Moscú acusa a Washington de querer utilizar aves migratorias para propagar agentes patógenos.

Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguei Lavrov, sostuvo que su país «está sufriendo una guerra híbrida» de parte de Occidente.

«Nos declararon una guerra híbrida, una guerra total. Este término que usaba la Alemania de (Adolf) Hitler, hoy la usan muchos políticos europeos cuando hablan de qué quieren hacer con Rusia», disparó Lavrov en un evento de la Fundación Gorchakov para la diplomacia pública.

Asimismo, Putin criticó la «discriminación» contra la cultura rusa en los países occidentales y la comparó con la quema de libros hecha por los nazis en Alemania y Austria en la década de 1930.

«La última vez que se llevó a cabo una campaña de destrucción semejante de una cultura indeseable fueron los nazis en Alemania, hace cerca de 90 años. Nos acordamos bien de las imágenes de los libros quemados en las plazas públicas», manifestó Putin en un discurso televisado.

«Se borra de los carteles de conciertos a los compositores rusos Chaikovski, Shostakovich, Rajmaninov. Se prohíben los escritores rusos y sus libros», citó.

Biden, y sus pares de la Unión Europea (UE) impusieron severas sanciones contra Rusia después de que el país invadió Ucrania el pasado 24 de febrero.

La UE prohibió desde principios de marzo la publicación de los contenidos de la agencia de noticias Sputnik y de la cadena televisiva RT.

La «guerra híbrida» es una teoría de la estrategia militar por la cual se utilizan toda clase de medios y procedimientos, ya sea la fuerza convencional o cualquier otro medio irregular como la insurgencia, el terrorismo, la migración, los recursos naturales e incluso otros más sofisticados mediante el empleo de las últimas tecnologías (guerra cibernética), o noticias falsas.

Ayer, Biden se expresó a favor de expulsar a Rusia del G20, algo a lo que hoy Rusia le restó importancia «con el argumento de que en este momento en que la mayoría de los miembros de ese formato están en guerra económica en su contra no pasará nada fatal».

Peskov expresó a la prensa que Rusia escucharía la opinión de otros miembros del G20 y «estaría dispuesta, a participar (en este formato), si es posible, o en caso contrario, Rusia construirá nuevos vectores en las relaciones internacionales».

El G20 reúne a 19 Estados de todos los continentes del globo -Alemania, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Reino Unido, Rusia, Sudáfrica y Turquía– y también la UE, que juntos representan el 80% de la economía global, dos terceras partes de la población mundial y el 75% del comercio internacional.

Putin aniquiló 15 años de crecimiento económico ruso

Rusia está lista para borrar 15 años de ganancias económicas para finales de 2023 después de que su invasión a Ucrania provocó una avalancha de sanciones y llevó a las empresas a retirarse del país, según el Instituto de Finanzas Internacionales.

El conflicto bélico provocó el colapso del rublo y sumió en el caos a las cadenas de suministro mundiales y a los precios de las materias primas.

Se espera que la economía se contraiga un 15 % en 2022, seguido de una caída del 3 % en 2023, dejando el Producto Interno Bruto (PIB) donde estaba hace unos quince años, escribieron los economistas Benjamin Hilgenstock y Elina Ribakova en una evaluación preliminar del impacto de la guerra.

«Es probable que una demanda interna marcadamente más baja desempeñe un papel crucial, mientras que un colapso de las importaciones debería compensar la disminución de las exportaciones, lo que conduciría a una contribución marginalmente positiva de la demanda externa neta», coincidieron.

«Sin embargo, si se implementan más sanciones en forma de embargos comerciales, las exportaciones podrían caer más de lo que pronosticamos actualmente», agregaron.

La invasión a Ucrania provocó, además, la salida masiva de empresas de Rusia, tal es el caso del fabricante de automóviles francés Renault SA (RNO), que ayer detuvo las operaciones en su planta de Moscú.

La economía de Rusia sufrirá durante los próximos años por la llamada «fuga de cerebros» -el éxodo de rusos educados de clase media con los medios económicos para abandonar el país- y los controles de exportación de tecnología de Estados Unidos y la Unión Europea incluida la microelectrónica, obstaculizando el desarrollo tecnológico durante años, según el IIF (Fondo de Inversión en Innovación).

Al mismo tiempo, la «autosanción2 por parte de empresas extranjeras que ya no quieren hacer negocios con Rusia conducirá al debilitamiento de sectores importantes de su economía, según el informe.

«El efecto negativo sobre las perspectivas económicas a mediano y largo plazo podría ser aún más importante», escribieron los economistas del IIF.

Estados Unidos y la UE buscan reducir dependencia europea de gas ruso

Estados Unidos y la Unión Europea (UE) anunciaron hoy la creación de un grupo de trabajo que se propone reducir la dependencia europea de combustibles fósiles rusos, especialmente el gas.

«Estados Unidos trabajará con socios internacionales y se esforzará por garantizar un volumen de gas natural licuado (GNL) para el mercado de la UE de al menos 15.000 millones de metros cúbicos en 2022», según un comunicado conjunto que fue recogido por la agencia de noticias AFP.

Ese grupo estará conducido por un representante de la Casa Blanca y otro en nombre de la presidencia del Comisión Europea y tendrá como objetivos «asegurar seguridad (sic) energética para Ucrania y la UE», de cara al próximo invierno boreal.

Según la declaración divulgada hoy, las tareas del grupo se orientarán de forma prioritaria a diversificar el abastecimiento de GNL y reducir la demanda de ese combustible.

La fuerte alza de los precios de la energía eléctrica hizo encenderse ya a fines de 2021 las señales de alarma en la UE. Ese cuadro se agravó dramáticamente a raíz de la invasión de Rusia a Ucrania, hace un mes.

Se estima que la UE importa anualmente unos 150.000 millones de metros cúbicos de gas de Rusia, poco más del 40% de las importaciones europeas de ese combustible, en un elevado grado de dependencia que el bloque ahora busca romper.

En tanto, en el primer semestre de 2021 el gas estadounidense representó alrededor del 6% de las importaciones europeas.

Uno de los países europeos que más dependen de Moscú para la energía es Alemania, que antes de la invasión a Ucrania importaba de Rusia un tercio del petróleo que consume y cerca de un 45% del carbón.

El ministro de Economía alemán, Robert Habeck, anunció hoy que prevé prescindir del carbón de aquel país de aquí al otoño (septiembre-diciembre) y de su petróleo a finales de este año.

En cambio para el gas el proceso se proyecta más lento y las autoridades alemanas se dieron plazo hasta «mediados de 2024».

«Se han dado los primeros pasos importantes para liberarnos de la influencia de las importaciones rusas», declaró Habeck, en una conferencia de prensa.

A partir de ahora, las empresas que compran hidrocarburos «dejan que expiren los contratos con los proveedores rusos y no los renuevan, y se orientan hacia otros productores», indicó el Gobierno alemán.

Con respecto al gas, antes de la crisis el país dependía del 55% de las importaciones rusas, por lo que el proceso se perfila más complejo.

«Todavía queda mucho camino por recorrer y vamos a lograr prescindir del gas ruso si hacemos un esfuerzo colectivo», estimó el Gobierno.

Estados Unidos: sanciones a China son innecesarias en esta etapa

El Tesoro de Estados Unidos consideró hoy que no cree necesario aplicar en este momento sanciones contra China, mientras la Casa Blanca mantiene la esperanza de que el gigante asiático no acuda en ayuda de Rusia en su invasión a Ucrania.

«No creo que sea necesario o apropiado en esta etapa», sostuvo la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, a la cadena CNBC.

Yellen evocó conversaciones de altos funcionarios estadounidenses con China, «para asegurarse de que comprendan nuestra posición».

El propio presidente Joe Biden afirmó ayer que tenía «esperanzas» de que Beijing no acudiera en ayuda de Moscú.

«Nos preocuparía mucho si (China) suministrara armas a Rusia, o si tratara de evadir las sanciones que hemos impuesto contra el sistema financiero y el banco central ruso», detalló Yellen.

«No vemos que eso suceda en este momento. Y realmente queremos asegurarnos de que comprendan esta situación compleja que enfrentan», agregó.

Volviendo a las repercusiones económicas de la guerra en Ucrania, también advirtió que «es posible» que el precio de la gasolina en el surtidor podría «seguir aumentando».

«Estamos haciendo todo lo posible, trabajando con nuestros socios para garantizar un suministro global adecuado para garantizar que Europa esté bien abastecida de petróleo y gas natural y para proteger a los consumidores estadounidenses siempre que sea posible», aseguró.

«Pero cuando la undécima mayor economía enfrenta sanciones debido a su horrible comportamiento en Ucrania, hay consecuencias inevitables», comentó.

En una larga llamada telefónica el viernes pasado, el presidente de Estados Unidos Biden advirtió a su homólogo chino, Xi Jinping, que habría «consecuencias» para Beijing si brindaba apoyo material a Moscú en la guerra en Ucrania.

China se resistió hasta ahora a criticar a su aliado ruso por la invasión a Ucrania, a pesar de la insistencia de funcionarios estadounidenses, británicos y otros en ese sentido.

La ONU denuncia detenciones y desapariciones por parte de fuerzas rusas

Decenas de funcionarios, periodistas y activistas ucranianos fueron detenidos arbitrariamente por las fuerzas rusas que invadieron Ucrania o están desaparecidos, denunció hoy la ONU, que estimó que algunos casos se asemejan a «tomas de rehenes».

En poco más de un mes desde el comienzo de la ofensiva ordenada por el presidente ruso Putin, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh) recopiló información sobre la detención arbitraria y la desaparición forzada de 22 funcionarios ucranianos locales, 13 de los cuales fueron puestos en libertad posteriormente.

Quizás el caso más famoso sea el del alcalde de la ciudad de Melitopol, en el sureste de Ucrania, Ivan Fedorov, quien, según las autoridades ucranianas, fue secuestrado por las fuerzas rusas y detenido durante varios días, antes de ser liberado.

«Esto parece ser un ‘modus operandi’ en las zonas ocupadas por Rusia», indicó Matilda Bogner, representante del Acnudh en Ucrania, en videoconferencia.

También mencionó la detención de 15 periodistas y de activistas «que se oponían firmemente a la invasión» en varias partes del país, según recogió la agencia de noticias AFP.

«Parece que los objetivos son militantes proucranianos o que son percibidos como proucranianos por las fuerzas rusas», apuntó.

Señaló que el personal de la ONU estaba tratando de verificar informes sobre cinco periodistas y tres activistas que habrían sido liberados, pero «la suerte de los demás sigue siendo desconocida».

Además, Bogner destacó que al menos siete trabajadores de prensa perdieron la vida en Ucrania desde el inicio de la guerra.

«El mes pasado puso en evidencia el papel absolutamente crucial de los periodistas en la difusión de noticias en entornos muy difíciles y peligrosos», expresó la funcionaria, al subrayar que «a medida que se intensifican las hostilidades, los periodistas y trabajadores de los medios de comunicación se enfrentan en su labor a peligros cada vez mayores», informó la agencia de noticias rusa Sputnik.

Hasta hoy, en Ucrania perdieron la vida siete periodistas y trabajadores de los medios de comunicación, 12 fueron atacados a mano armada y seis de ellos resultaron heridos. Al menos un periodista se considera desaparecido, «su último paradero conocido fue en una zona de combate», dijo Bogner.

Rusia invadió Ucrania el 24 de febrero: desde entonces, al menos 1.081 civiles murieron y 1070 resultaron heridos en ataques aéreos y de artillería, según cifras de la ONU, que de todas formas estima que el balance real es más alto.

Más de 3,67 millones de ucranianos buscaron refugio en los países vecinos, a lo que se suman unos 6,5 millones de desplazados dentro de Ucrania.

Numerosos países condenaron la actuación de Rusia en Ucrania y activaron varias baterías de sanciones individuales y sectoriales que buscan infligirle a la economía rusa el mayor daño posible.