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Ucrania respondió a la ofensiva rusa en el Donbass

Además logró la retirada de las tropas enemigas en Izium, dos golpes a Rusia en su afán de apoderarse del Donbass.

Las Fuerzas Armadas de Ucrania informaron que, tras la respuesta a la ofensiva rusa en el este del país, no solo consiguieron recuperar la ciudad de Marianka, ubicada a las afueras de Donetsk, sino que además en Izium lograron la retirada de las tropas enemigas, dos golpes a Rusia en su afán de apoderarse del Donbass.

El Comando General del Ejército ucraniano publicó en la red social Facebook su balance oficial diario en el que subrayó que la respuesta en Marianka provocó varias bajas en las Fuerzas Armadas rusas, derivando en una retirada y consiguiente dominio de Ucrania de la localidad.

Del mismo modo, en Izium, en el noreste, las tropas ucranianas lograron repeler una ofensiva rusa y también provocaron importantes bajas en las filas enemigas, obligándolos a retirarse a posiciones previas.

De esta manera, las autoridades militares ucranianas dejaron ver que las primeras horas de la anunciada nueva ofensiva en la región del Donbass se saldaron con una efectiva resistencia.

No obstante, lamentaron que Rusia continua atacando por tierra y aire infraestructuras civiles y militares a lo largo de todo el territorio ucraniano.

De hecho, Ucrania denunció que el Ejército ruso emplea la red de aeropuertos de Bielorrusia para, desde ahí, lanzar sus ataques aéreos a sus objetivos.

Las autoridades ucranianas informaron de otros tres muertos y 16 heridos en los últimos bombardeos rusos registrados sobre Járkov, la segunda ciudad del país y bajo intenso fuego enemigo desde hace semanas.

Asimismo advirtieron a la población de que la intensidad de los bombardeos creció en las últimas horas y recomendaron encarecidamente a los ciudadanos que permanezcan en sus refugios.

Mariúpol, el objetivo de Rusia

Los ataques sobre Járkov, una de las ciudades que dificultan el avance ruso, se suceden mientras en paralelo prosigue el asedio a Mariúpol, la estratégica ciudad portuaria en el sur de país, donde las tropas rusas instaron repetidamente a rendirse a los últimos soldados ucranianos resistentes, atrincherados en la acería Azovstal junto a un número indeterminado de civiles.

De hecho Rusia redobló hoy su ofensiva en el este de Ucrania con cientos de ataques más, incluyendo contra los últimos combatientes que defienden Mariúpol, en medio de renovados esfuerzos para evacuar a civiles de esa ciudad devastada por la guerra.

La toma de Mariúpol es crucial para la ofensiva que Rusia lanzó esta semana, en el marco de su invasión a Ucrania, para conquistar toda la región del este del país donde se encuentra, conocida como Donbass, que es el corazón industrial ucraniano.

La ofensiva abre la segunda etapa de la guerra iniciada hace casi dos meses, y llega semanas después de que Rusia sostuvo que que completó la primera.

Además retiró sus tropas de la norteña región de Kiev para abocarlas a la «liberación» del Donbass.

El Ministerio de Defensa ruso señaló hoy que sus fuerzas lanzaron intensos ataques en distintas partes de Ucrania, incluyendo el Donbass, en las últimas 24 horas, alcanzando 1.053 objetivos con artillería y 73 con bombardeos aéreos.

El vocero, Igor Konashenkov, agregó que también hubo ataques con misiles contra concentraciones de tropas y vehículos militares ucranianos en la sureña región de Jerson, que Rusia controla desde las primeras semanas de la invasión.

La ofensiva en el Donbass -que limita con Rusia- abarca un frente de 480 kilómetros que va desde el noreste al suroeste ucraniano, y la conquista de la región dejaría a Ucrania partida en dos y con muy escasas o casi ninguna posibilidad de revertirla, según analistas.

Se estima que miles y miles de personas, tanto civiles como militares, murieron desde el inicio del conflicto bélico.

Hoy, el organismo de la ONU para los refugiados informó que la cifra de personas que huyeron de Ucrania por la guerra superó los cinco millones, un millón más que los que había previsto al inicio de la invasión.

El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), con sede en Ginebra, informó que el número total de refugiados llegó a 5,01 millones, y precisó que más de la mitad del total, cerca de 2,8 millones, huyeron a la vecina Polonia.

Horas de angustia

Aunque completamente devastada por siete semanas de asedio, bombardeos y enfrentamientos callejeros, la portuaria Mariúpol, a orillas del mar de Azov, está controlada casi por completo por el Ejército ruso.

Los últimos combatientes que la defienden, soldados ucranianos y voluntarios extranjeros estimados en unos pocos miles, están rodeados en una enorme planta de producción de acero llamada Azovstal, bajo la cual corre una vasta red de túneles.

Rusia exigió a los combatientes en el enorme complejo industrial que se rindieran antes de las 14 (las 7 en Miami), para preservar sus vidas, pero el plazo venció sin respuesta de los atrincherados, que ya ignoraron dos ultimátums previos esta semana.

«Vivimos tal vez nuestros últimos días, si no horas. El enemigo nos supera por diez a uno», expresó en Telegram el comandante ucraniano Serguiy Volyna, de la 36ª Brigada Marina, resguardado en los pasillos subterráneos de esa gran fábrica metalúrgica.

Separatistas rusoparlantes controlan parte de las dos provincias de confirman el Donbass, las de Lugansk y Donetsk, desde que se alzaron en armas contra el Gobierno ucraniano, en 2014.

Hoy, los separatistas, que ahora combaten aliados con las fuerzas rusas, confirmaron que cinco militares ucranianos se rindieron en Mariúpol, que queda en Donetsk, y 140 civiles fueron evacuados, informó la agencia de noticias AFP.

Además de los soldados y milicianos que resisten, hay al menos 1.000 civiles resguardados en el subsuelo del complejo industrial, indicó la autoridad municipal de Mariúpol, que dice que más de 21.000 civiles murieron en la ciudad por los constantes ataques rusos.

La viceprimera ministro ucraniana, Iryna Vereshchuk, anunció un pacto con Rusia para evacuar de allí a «mujeres, niños y ancianos» a través de un corredor hacia la ciudad de Zaporiyia, un periplo de 200 kilómetros en dirección noroeste.

«No tengan miedo de ir a Zaporiyia, donde recibirán toda la ayuda necesaria: comida, medicamentos, productos de primera necesidad… Pero lo esencial será esto: estarán seguros», remarcó el alcalde de Mariúpol, Vadim Boichenko.

Los soldados rusos que operan en Mariúpol llegaron a la ciudad por el suroeste desde Crimea, la península ucraniana que Rusia se anexionó en 2014.

Si lograran tomar Mariúpol, podrían avanzar hacia el noreste, hacia la retaguardia de las fuerzas ucranianas en el Donbass, que quedarían encerradas entre ellas, por el oeste, otras tropas rusas por el norte, y soldados y separatistas ubicados más al este.

En este momento crítico, el presidente del Consejo Europeo, el belga Charles Michel, llegó hoy a Kiev para reunirse con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, en una nueva muestra de apoyo de la Unión Europea (UE) a Ucrania frente a la invasión de Rusia.

«En Kiev hoy. En el corazón de una Europa libre y democrática», escribió el político belga en su cuenta de Twitter.

Horas antes, el Pentágono estadounidense afirmó que Ucrania recibió recientemente cazas de combate y componentes para mejorar su fuerza aérea.

Sin embargo, fuentes de la comandancia ucraniana rebatieron que solo obtuvieron piezas para reparar sus aeronaves averiadas, informó AFP.

Por su parte, el gobierno noruego anunció el envío de un centenar de misiles antiaéreos, mientras que Washington prepara otro paquete de ayuda militar de 800 millones de dólares, menos de una semana después de anunciar otro por el mismo monto.