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Convencionales de izquierda descartan «aprobar para mejorar»

Más allá de que la opción Rechazo ostenta una clara ventaja, ellos creen que se puede revertir la tendencia con el borrador de la nueva Constitución tal cual está.

La Convención Constitucional (CC) terminó de redactar el borrador de la nueva Constitución de Chile -que será entregada el 4 de julio al presidente Gabriel Boric- y última encuesta Cadem marca una clara tendencia a favor de la opción Rechazo (51%) en relación a la alternativa Apruebo (33%), de cara a la votación del plebiscito de salida del 4 de septiembre.

Esta diferencia de 18 puntos porcentuales será «muy difícil» de revertir, de acuerdo a la visión de los analistas.

En consecuencia, el economista y uno de los fundadores del Frente Amplio, Noam Titelman, planteó en Twitter que para recuperar al Apruebo sería necesario que sus promotores «mejoren la oferta».

Por ejemplo, fortaleciendo el «aprobar para reformar», que no generó ninguna adherencia entre los constituyentes, salvo entre los de centro, como el Colectivo del Apruebo.

Pero Elisa Giustinianovich (MSC), de los convencionales que apoyan el Apruebo, consideró que eso sería equivalente a «manotazos de ahogado».

«Son los estertores de la política de los últimos 30 años, una política secuestrada y propia de una democracia tutelada donde hay mucho temor a perder poder», agregó.

Por eso, a su juicio, «el Apruebo para revertir la tendencia tiene que dejar los pies en la calle, ir puerta a puerta, en todas las esquinas difundiendo el trabajo maravilloso que hemos logrado hacer en esta nueva Constitución, porque cuando la gente se entera, se informa, hay una adhesión y una apropiación del texto y la propuesta de manera inmediata», enfatizó.

El pensamiento de Giustinianovich es el mismo que tienen todos los convencionales de izquierda: a medida que se conozca más el texto de la nueva Carta Magna, mayor adhesión tendrá el Apruebo.

«Todos vamos a dejar de ser convencionales, lo que adquiere real importancia es el texto de la Constitución y entiendo que el Gobierno se hará cargo de difundirlo para que toda la población logre tomar una decisión informada el 4 de septiembre, pero la Convención como institución culmina, se termina una etapa, adecuada en tiempo y forma, y lo que realmente importa desde el 5 de julio es la propuesta de texto constitucional», aseguró Amaya Alvez (FA).

Lo que argumentan quienes aseguran que se trata de un tema de difusión del texto es que su contenido es muy extenso, fue un proceso muy complejo de seguir y existieron muchas fuentes de información falsa.

«Nos corresponde informar, darle a la ciudadanía el texto armonizado, que puedan conocer el orden y el fondo de los artículos, aclarar los temas. Este fue un proceso complejo, una Constitución no es una ley. Es un texto de difícil lectura, pero que tenemos que entregar con la confianza de que podremos ir aclarando las dudas pendientes en torno a ciertos asuntos», afirmó Bárbara Sepúlveda (PC).

Según Mauricio Daza (INN) «existe mucho miedo, incertidumbre y confusión acerca de cuál es el contenido exacto de la propuesta final. Recién hoy la hemos terminado y contar con un documento nos va a permitir de alguna manera hacer desaparecer o responder satisfactoriamente estos miedos y estas inquietudes, aprensiones. Creo que con eso tenemos un buen escenario para crecer electoralmente», remarcó.

Una visión distinta

Sin embargo, para quienes impulsan el Rechazo, el mayor conocimiento del texto no generaría mayor adhesión al Apruebo, sino lo contrario.

En esa línea, el constituyente Eduardo Cretton (UDI) sostuvo: «Mientras más se difunda el texto, la gente más se da cuenta de lo malo que es y por lo tanto hay un problema: no se trata solo del texto, sino del proceso que no estuvo a la altura de lo que esperaba la mayoría de los chilenos y es imposible separar el texto del proceso».

En tanto, Roberto Vega (RN) opinó: «La propuesta de texto constitucional es lo que hay. Difícilmente podría aumentar la aprobación ciudadana frente a un texto que a todas luces divide a los chilenos y es refundacional».

«Mientras más se lee, más aumenta el rechazo al mismo. La gente nos pidió terminar con las divisiones de Chile, pero acá lo que entregamos es solamente la casa para algunos, y otros lamentablemente tendrán que seguir esperando», sentenció.

De esta manera, a pocos días de ser entregado el texto final a Boric (el lunes 4 de julio), las aguas están divididas.

Pero la verdad recién se sabrá el 4 de septiembre, el día que los chilenos votarán el plebiscito de salida de una nueva Constitución.