Ecopetrol y Shell formarán un consorcio para explorar y producir petróleo y gas natural en Brasil

Del total del bloque ubicado en la cuenca de Santos, Shell tendrá una participación del 70%, mientras que Ecopetrol dispondrá del 30% restante.

La petrolera colombiana Ecopetrol y la angloholandesa Royal Dutch Shell, las únicas adjudicatarias en la licitación de 92 bloques, conformarán un consorcio para explotar un bloque de producción y exploración de petróleo y gas natural en aguas marítimas en Brasil.

Lo harán en la cuenca marina de Santos, donde están las áreas de producción de hidrocarburos más antiguas de Brasil.

Ecopetrol y Shell obtuvieron en concreto el bloque S-M-1709 por un valor de 1,2 millones de dólares, durante la última licitación realizada por la Agencia Nacional de Petróleo, Gas y Biocombustibles (ANP), que en un principio iba a llevarse a cabo en el 2020, pero que fue postergada por la pandemia de coronavirus.

En la subasta fueron adjudicadas apenas 5 de las 92 concesiones ofrecidas por la ANP para la exploración y producción de petróleo y gas natural en 11 sectores localizados en cuatro cuencas marítimas del país: Campos, Pelotas, Potiguar y Santos. La recaudación total superó los 5 millones de dólares por esas licencias.

Los otros cuatro se las quedó Shell, de forma individual, que ofertó 4,2 millones de dólares.

Cabe destacar que se inscribieron otras siete empresas: las multinacionales Chevron y Total; las brasileñas Petrobras (estatal) y 3R Petroleum; la estadounidense Murphy; la australiana Karoon; y la alemana Wintershall, pero ninguna ofertó.

El resultado fue apenas discreto, ya que la última licitación de bloques petrolíferos se realizó hace dos años, en octubre de 2019, y terminó con 12 sectores adjudicados de los 36 ofertados, pero con un récord de recaudación de 1.600 millones de dólares.

Y en esta oportunidad algunos de los bloques subastados estaban próximos a ecosistemas marinos extremadamente sensibles, lo que generó protestas de grupos ecologistas a las puertas del hotel de Río de Janeiro donde se llevó a cabo el polémico concurso.

La principal preocupación de los ambientalistas se centraba en algunas zonas ofertadas en Potiguar (noreste) y Pelotas (sur), cerca de las cuales hay ricos biomas marinos que sirven para la reproducción de peces importantes para la pesca y por donde pasan animales amenazados de extinción como la ballena azul.