El róver Perseverance hizo un descubrimiento volcánico «completamente inesperado» en Marte

Los hallazgos tienen implicaciones para comprender y datar con precisión acontecimientos críticos de la historia del cráter Jezero.

Investigadores de la misión Perseverance de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) en Marte descubrieron que el lecho de roca sobre el que se desplaza su róver desde que el pasado febrero aterrizó en el planeta se formó probablemente a partir de magma al rojo vivo, algo «completamente inesperado»

Los científicos llegaron a la conclusión de que las rocas del cráter Jezero «interactuaron con el agua en múltiples ocasiones a lo largo de millones de años y que algunas contienen moléculas orgánicas».

«Los hallazgos tienen implicaciones para comprender y datar con precisión acontecimientos críticos de la historia del cráter, así como del resto del Planeta Rojo», detalló el equipo de investigación en una sesión informativa durante una reunión de la Unión Geofísica Estadounidense (AGU, por sus siglas en inglés), celebrada en la ciudad estadounidense Luisiana.

Incluso antes de que el róver (astromóvil) aterrizara en Marte, el equipo científico de la misión se preguntó si las rocas de la zona eran sedimentarias (es decir, una acumulación comprimida de partículas minerales que posiblemente fueron arrastradas hasta el lugar por un antiguo sistema fluvial) o si, al contrario, eran ígneas, posiblemente nacidas en flujos de lava que subían a la superficie desde un volcán marciano ya extinto.

«Estaba empezando a desesperarme porque nunca encontraríamos la respuesta», señaló Ken Farley, profesor de Geoquímica de la Fundación W.M. Keck y científico del proyecto Perseverance.

«Pero entonces nuestro instrumento PIXL echó un buen vistazo a la mancha desgastada de una roca de la zona apodada ‘Séítah del Sur’, y todo quedó claro: los cristales dentro de la roca proporcionaron la prueba concluyente», agregó.

El taladro situado en el extremo del brazo robótico de Perseverance puede raspar, o moler, las superficies de las rocas para que otros instrumentos, como el PIXL (Instrumento Planetario para la Litoquímica de Rayos X), puedan estudiarlas.

Ese instrumento utiliza la fluorescencia de rayos X para cartografiar la composición elemental de las rocas y, el pasado 12 de noviembre, analizó una roca de Séítah del Sur.

Los datos mostraron que la roca, denominada ‘Brac’, está compuesta por una inusual abundancia de grandes cristales de olivino engullidos por cristales de piroxeno.

«Esto fue completamente inesperado, y estamos luchando por entender lo que significa», confesó Farley.

«Pero voy a especular que probablemente no sea el suelo del cráter original. Por el diámetro de este cráter, esperamos que el suelo del cráter original sea significativamente más profundo que donde estamos ahora», concluyó.

Aún está por determinar si la roca rica en olivino se formó en un grueso lago de lava que se enfriaba en la superficie o en una cámara subterránea que quedó expuesta posteriormente por la erosión.