Marihuana, el debate

América dividida entre los países que consideran el consumo legal o ilegal

La legalidad o ilegalidad de la marihuana, la droga de mayor consumo en todo el mundo, es uno de los temas más debatidos en América, ya que en algunos países está permitido su uso con fines recreativos, en otros con propósitos medicinales y en los restantes directamente prohibido.

En Uruguay, Canadá y México, por ejemplo, es legal el uso recreativo; en Argentina, Colombia, Ecuador, Chile, Perú, Paraguay, Puerto Rico y Panamá está autorizada con fines medicinales; mientras que en Brasil, Bolivia, Cuba, Guatemala, Honduras, Nicaragua, El Salvador, República Dominicana y Venezuela está prohibido.

En Costa Rica, en tanto, es ilegal, pero su consumo se considera como un problema de salud público; mientras que en 15 estados de Estados Unidos está permitido el uso recreativo y en al menos otros 30 está autorizado con propósitos medicinales.

Panamá fue el país que puso el tema nuevamente en la agenda continental, ya que legalizó en las últimas horas el consumo medicinal de la marihuana, también llamada weed, herb, pot, grass, bud, ganja, Mary Jane y una gran cantidad de otros términos callejeros, que es una mezcla gris-verdosa de hojas y flores secas y trituradas del cannabis sativa, la planta del cáñamo.

El cannabis es una droga depresora del sistema nervioso que contiene dentro de sus compuestos la molécula de THC o tetrahidrocannabinol, el cual es el psicoactivo o psicotrópico de la planta del cannabis, presente en sus variedades o cepas, que son más de 2500, surgidas del cruce entre las subespecies s. sativa, s. índica y s. ruderalis seleccionadas para utilizarlas con fines recreativos y medicinales.

Uruguay fue el pionero en legalizar la marihuana recreativa en 2013. Canadá y México lo siguieron. Otros países permitieron su uso medicinal, como Colombia a la cabeza en 2016. Pero también están los que ni lo contemplan.

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se trata de la sustancia ilícita más utilizada en el mundo. Pero cada país tiene la libertad de permitir o no su consumo. Y el debate sigue abierto en América.